“A los periodistas nos hacen creer que debemos buscar siempre un equilibrio entre dos versiones y que la verdad estaría en el medio. En el caso de la invasión rusa de Ucrania, eso no es posible. Poner la versión del Ministerio de Defensa de Rusia, en contraste con la versión del Ministerio de Defensa de Ucrania, sin tener en cuenta qué país es el atacante, qué país es el atacado y en qué territorio ocurre la guerra, no sirve. No debemos caer en la trampa del falso equilibrio”.
Esta es una de las principales recomendaciones que brindó la periodista ucraniana Alina Mosendz, quien escribe para el medio verificador StopFake y actualmente se halla en algún lugar no revelado, por razones de seguridad. Junto con el periodista argentino Ignacio Hutin, experto en geopolítica, participaron del seminario web “Claves para entender el conflicto entre Rusia y Ucrania”, organizado por el Foro Pamela Howard sobre Cobertura de Crisis Mundiales de ICFJ e IJNet.
Mosendz aseveró que los periodistas no deben llamar solamente “conflicto” a lo que está ocurriendo en su país, sino que corresponde denominarlo claramente como una guerra y una invasión militar por parte de Rusia.
“No es solo un conflicto entre dos países, que debe ser arreglado solo entre ambos. Es como si ustedes son dueños de una casa, un día viene un ladrón, ocupa una habitación y se queda a vivir allí por la fuerza. Llamas a la policía y a los vecinos para denunciar la situación, pero te dicen que ‘es un conflicto entre ustedes, solucionen entre ustedes’, cuando ellos deberían intervenir y hacer cumplir la ley, ayudarte a expulsar al invasor”, indicó.
Quienes informan sobre la invasión rusa deben ver lo que está sucediendo desde una perspectiva histórica. “Esta no es una guerra que empezó hace solo dos semanas, sino hace ocho años, cuando se ocupó cerca del 7% de nuestro territorio, con cerca de 15 mil muertos en todo este tiempo y con grandes pérdidas económicas, solo que Rusia negaba que estaba detrás y quería hacer aparecer lo que sucedía como una guerra civil interna. Hoy tenemos una gran escalada de esta guerra y ya no se puede negar que es Rusia la que invadió a Ucrania”, explicó.
Hutin coincidió con su colega en que la guerra lleva ocho años, pero estaba focalizada en la zona del Donbás, la región al este de Ucrania, y aseguró que Rusia estuvo siempre detrás de los ataques. “La diferencia es que Ucrania ha cambiado mucho en estos ocho años, ya no es la misma nación de cuando empezó la guerra en 2014. Hoy tiene un ejército mucho más preparado, más inversión militar, más armamento y tecnología. A Rusia no le será fácil imponer sus objetivos, como sí ocurrió con la invasión a Georgia”, destacó.
Agregó que “Rusia siempre negó estar involucrada en esa guerra, pero todos sabemos que envió armamentos, soldados, directivas, que incluso eligió a las autoridades de las repúblicas autoproclamadas del Donbás. A partir del 24 de febrero de 2022, ya no hay debate sobre este tema, porque ahora es evidente que Rusia está en guerra con Ucrania, que fue Rusia la que invadió Ucrania, y que ya no está negando nada”.
Desmontar las versiones falsas
Mosendz y Hutin coincidieron en que es importante que los periodistas que escriben sobre la invasión rusa a Ucrania sepan distinguir las informaciones manipuladas por las partes interesadas, y sepan verificar los datos, abordando una narrativa que demuestre los abusos de la guerra.
“Hay detalles pequeños que a los ucranianos nos importan mucho, como que los periodistas que escriben sobre esta guerra en español, en inglés, en alemán, en francés, al referirse a la capital de nuestro país la nombren como Kiev, que es que es una transliteración del nombre ruso de la ciudad, Киeв. Nosotros preferimos que la llamen Kyiv, que se acerca más al nombre en ucraniano original Київ. Sabemos que la RAE recomienda usar Kiev, pero quisiéramos que no le hagan caso y llamen a nuestra capital como la llamamos los ucranianos, porque esa es una manera de apoyarnos también”, dijo Mosendz.
Para una mejor cobertura periodística sobre la invasión hay que tener en cuenta la posición rusa, agregó Hutin. “Hay que escuchar a Rusia, tratar de entender cuáles son sus posiciones, más allá de que sean reales o no, porque eso sirve para analizar el conflicto, sobre todo porque solemos recibir información solo de este lado del mundo, de occidente, pero es importante también desmontar las informaciones falsas”, destacó.
En ese sentido, los medios periodísticos rusos insisten mucho en que no se llame guerra, ni invasión, a lo que está ocurriendo en Ucrania, sino que usan los mismos términos del presidente ruso Vladímir Putin, de que es solo una operación militar especial de desmilitarización o de desnazificación.
“Putin asegura que grupos ultranacionalistas ucranianos están llevando a cabo un genocidio de la población rusa del Donbas, en la región oriental de Ucrania. Este discurso es fácilmente rebatible. Estoy de acuerdo de que en Ucrania existe cierta discriminación hacia la población técnicamente rusa y los ruso-parlantes, como también existe discriminación hacia grupos humanos en otros países, pero una cosa es hablar de discriminación y otra muy distinta es hablar de genocidio”, destacó Hutin.
La prueba que rebate esa versión, según el periodista, es que de las aproximadamente 15 mil muertes que se produjeron en los ocho años de guerra en la región del Donbás, menos del 20% fueron víctimas civiles. “Si hubiera un propósito real de genocidio, la cifra sería mucho mayor”, indicó.
Con respecto al objetivo de la desnazificación esgrimida por Putin, comentó que en Ucrania existen grupos neonazis de extrema derecha, algunos de ellos armados, como el Regimiento Azov, pero que no tienen el poder. “Ucrania no es un Estado nazi. En Ucrania los nazis no tienen el poder, de ninguna forma. Hay grupos armados que nacieron como organizaciones paramilitares y luego se fueron incorporando al ejército regular. Muchos son de extrema derecha y otros nacionalistas. Muchos tuvieron su propio brazo político, fueron a elecciones y eso nos da la pauta de cuan poco apoyo tienen, ya que, de todos estos, uno solo ocupa una sola banca en el Parlamento. No tienen la fuerza que Putin les otorga. Los grupos neonazis que existen en Alemania, Francia o Polonia, esos si son un problema más grave, pero no en Ucrania. Lo que expone Putin es una falacia”, alegó.
Mosendz, por su parte, consideró importante realizar un trabajo constante de chequeo de las informaciones sobre la guerra que llegan a través de las redes sociales y muchos medios de comunicación. “Es lo que hacemos en StopFake, con mucha rigurosidad. No es fácil darse cuenta de las manipulaciones, pero quienes conocemos nuestra cultura, sabemos distinguir que un soldado que habla en ucraniano en realidad es ruso, o viceversa, o sabemos distinguir que el paisaje que quieren hacer pasarnos por un lugar en realidad es otro muy distinto, o que la situación corresponde a otro tiempo. Les recomendamos que acudan a quienes conocen y puedan ayudarles a desmontar las mentiras”.
Hutin indicó que a él le resulta muy útil armar listas de Twitter para seguir a periodistas confiables que se encuentran en las zonas críticas de la guerra o en sitios de decisión política, incluyendo a autoridades rusas y ucranianas, líderes de fuerzas combatientes, protagonistas claves que aportan buena información.
“Principalmente, hay que usar la inteligencia. No te pueden hacer creer que una niña ucraniana es la que habla con un soldado ruso en una imagen, cuando en realidad es una niña palestina, pues todo es muy diferente, desde la ropa hasta el paisaje. Hay que saber revisar y chequear debidamente lo que no están dando”, enfatizó.
Aquí puedes ver el seminario web en forma completa:
Imagen de Ajuntament Barcelona en Unsplash.