A pesar de las amenazas que pesan sobre su seguridad, los periodistas ucranianos se juegan la vida para documentar las atrocidades de la invasión rusa y difundir las historias de los más afectados.
Entre estos periodistas se encuentra la ganadora del Premio Internacional de Periodismo Knight 2024, Valeriya Yegoshyna, reportera de Schemes, el proyecto de investigación del servicio ucraniano de Radio Free Europe/Radio Liberty.
"Cuando me sumé al equipo de Schemes, me ayudaron a aprender lo que significa ser periodista de investigación", dice Yegoshyna. "Luego de que publicáramos mi primera investigación me di cuenta de que podía cambiar el mundo".
Y lo ha hecho, asegurándose de los ojos sigan puestos sobre Ucrania, historia tras historia.
El trabajo de Yegoshyna han revelado crímenes de guerra en la ciudad de Izium y cómo el ejército ruso ha utilizado empresas militares privadas para reclutar soldados bajo pretextos falsos, además de casos de corrupción en su Ucrania natal.
Yegoshyna ha padecido burnout y atravesado situaciones traumáticas, pero sigue empeñada en sacar a la luz los efectos de la invasión rusa en su hogar.
"Un amigo me preguntó una vez por qué hago el trabajo que hago", recuerda Yegoshyna. "Le contesté sin dudarlo: porque me siento lo bastante fuerte para hacer lo que hago y no derrumbarme".
Devoción por contar
Yegoshyna entró en el periodismo por accidente, cuando era adolescente en la ciudad de Odesa, al sur de Ucrania. Al principio, vio la profesión como una forma de rebelarse contra las expectativas de su familia de ingenieros.
"Decidí que quería estudiar sociología y trabajar con la gente, pero mi familia pensaba que no era la mejor opción para mi vida".
En 2016, Yegoshyna hizo unas prácticas en Schemes, donde descubriría su pasión por el periodismo. Antes del estallido de la guerra, su cobertura reveló malas prácticas en las extendidas fuerzas del orden municipales y expuso irregularidades de funcionarios del gobierno, entre otras investigaciones.
Su trabajo le ha valido prestigiosos premios, como el premio nacional de investigación periodística del Festival Mezhyhirya en 2018, y un año después fue incluida en la lista de los 30 mejores periodistas menores de 30 años del Kyiv Post.
La familia de Yegoshyna, antes recelosa, se convertiría en un pilar de apoyo. "Cuando mis investigaciones empezaron a tener repercusión, mis padres lo entendieron todo", dice. "Estoy muy agradecida a mi familia, sobre todo a mi madre, por apoyarme, porque mi profesión impone restricciones a mis seres queridos y ellos lo aceptan".
Documentar los estragos de la invasión
La invasión a gran escala de Ucrania ha provocado una inmensa pérdida de vidas, la destrucción de poblados y ciudades enteras y desplazamientos masivos.
Aproximadamente un millón de personas han muerto o resultado heridas desde febrero de 2022, y más de tres millones de ucranianos han dejado sus hogares. Más de 100 trabajadores de la prensa han sido asesinados, 18 de ellos mientras realizaban su labor informativa.
Yegoshyna, quien cambió rápidamente el enfoque de su trabajo para cubrir el conflicto, recuerda los primeros meses de la guerra como un torbellino de actividad y estrés. "En los primeros meses de guerra no quería tomarme días libres. Mi equipo y yo trabajábamos casi 24 horas al día, siete días a la semana, con descansos para echar una siesta, sin ninguna alegría. Incluso perdí mucho peso", cuenta.
Yegoshyna y sus colegas han informado sobre la violencia que sufren las mujeres ucranianas, los crímenes de guerra cometidos por los soldados rusos y las repercusiones del conflicto en el precio de los alimentos para el ejército ucraniano.
El trabajo ha tenido un impacto en la salud mental de Yegoshyna. "Después de la invasión casi perdí toda emocionalidad; fue una reacción defensiva para poder continuar con mi trabajo", dice.
En septiembre de 2022, Yegoshyna y su colega oyeron que en Balakliya, ciudad ocupada de la región de Kharkiv, en el este de Ucrania, habían torturado gente. Tras su liberación, conocieron a dos hombres que habían pasado por eso. "Estos hombres aguantaban muy bien", cuenta Yegoshyna. "Yo lloré fuera de cámara y uno de ellos empezó a disculparse por contar las cosas terribles que había sufrido. Decidí, pasara lo que pasara, encontrar a sus agresores".
Meses después, publicaron un reportaje en el que revelaban la identidad de los agresores.
Más recientemente Yegoshyna y otros periodistas de Schemes han recibido intimidaciones por su trabajo. En octubre de 2024, un individuo que se describía a sí mismo como representante de un grupo terrorista envió por correo electrónico amenazas de bomba a cientos de medios de comunicación, escuelas, empresas y embajadas ucranianas. Yegoshyna y dos de sus colegas fueron mencionados por su nombre en esos correos, en los que se les culpaba de incitarlo a planear el supuesto atentado. El hecho ocurrió pocos días después de que Schemes publicara una investigación sobre cómo los servicios de inteligencia rusos reclutan adolescentes para llevar a cabo ataques incendiarios contra vehículos militares ucranianos.
"Puedo suponer que la investigación probablemente ha tocado la fibra sensible de los funcionarios de inteligencia rusos", dice. "Nuestra redacción también recibió amenazas de bomba ese día".
Para hacer frente al estrés, Yegoshyna da un paso atrás para disfrutar de las pequeñas cosas que le dan alegría.
"Mis colegas y yo empezamos a tomarnos un día libre periódicamente. Solo una vez cada una o dos semanas. Y he vuelto a escuchar música", cuenta. "Me permito experimentar algunas alegrías, porque necesito recursos para continuar. No somos robots y el cuerpo y la mente tienen capacidades y reservas que necesitan renovarse".
Mantener los ojos sobre Ucrania
A medida que se acerca el tercer aniversario de la invasión —y que el interés mundial por Ucrania ha disminuido, aunque los ataques rusos no cesan—, el apoyo de los periodistas en el extranjero es ahora más necesario que nunca, insta Yegoshyna.
"Nuestros colegas extranjeros todavía vienen a Ucrania y buscan historias para mostrar el horror de la guerra, pero la atención a finales de 2024 es mucho menor que en 2022", dice. "Los crímenes de guerra, el bombardeo de infraestructuras civiles, los asesinatos de civiles y las ejecuciones de prisioneros ucranianos, sin embargo, no han hecho más que intensificarse".
La ausencia de cobertura internacional de la guerra puede allanar el camino a más conflictos, teme Yegoshyna. "La insuficiente atención y apoyo a Ucrania puede animar a otros regímenes autocráticos a iniciar una nueva guerra en otro lugar. Que la guerra en Ucrania es 'algo lejano' es una ilusión. En 2022, era una ilusión creer que no presenciaríamos una sangrienta guerra de desgaste en Europa", dice.
Para Yegoshyna, recibir el Premio Internacional Knight de Periodismo es una prueba de que su trabajo y el de otros periodistas ucranianos para mantener los ojos puestos en el conflicto sigue siendo importante.
"Ganar este premio significa que lo que hacemos aquí en Ucrania sigue siendo importante. Significa que las historias humanas, por horribles que sean, merecen ser contadas".
Fotos cortesía de Valeriya Yegoshyna.