En el mundo altamente tecnologizado de nuestros días, los periodistas se enfrentan a niveles de ataques en línea sin precedentes.
Ya sea que profieran insultos o pidan el asesinato de un reportero, los mensajes pueden distribuirse instantáneamente y a escala masiva. El doxing, los bots y los bombardeos por correo electrónico se han convertido en las armas preferidas de los trolls que buscan intimidar a los medios y controlar las noticias.
Para abordar este problema, en julio pasado Reporteros sin Fronteras (RSF) publicó el informe “Online harassment of journalists: the trolls attack" ("Acoso online a periodistas: el ataque de los trolls" - aún no traducido al castellano).
“Sentimos que teníamos que denunciar esta tendencia. Por eso hicimos el informe", dijo Elodie Vialle, jefa de la oficina de periodismo y tecnología de RSF.
Durante seis meses, la ONG con sede en París utilizó su vasta red de corresponsales para explorar cómo operan los acosadores cibernéticos, a quiénes se dirigen y las herramientas que utilizan para lanzar campañas de odio.
"El acoso online es un fenómeno que se está extendiendo por todo el mundo y ahora constituye una de las amenazas más graves para la libertad de prensa", dijo el secretario general de RSF, Christophe Deloire, cuando se publicó el informe. "Las guerras de la información no solo se libran entre países... Los depredadores del periodismo también despliegan ejércitos de trolls para cazar y acosar a todos los que investigan e informan los hechos con honestidad".
El estudio de RSF llegó a todo el mundo y documentó el acoso online en 32 países, incluyendo China, Turquía, Argelia e Irán. Los corresponsales entrevistaron a expertos en delitos informáticos, gerentes de redacción, abogados y staff de medios. Algunos periodistas les dijeron que habían sido atacados "a una escala que nunca imaginaron posible".
El informe señaló que las nuevas tecnologías y las redes sociales ofrecen a los "enemigos de la libertad de prensa una cámara de eco sin precedentes para magnificar el discurso de odio y la desinformación". RSF destacó los objetivos de los ataques de los trolls.
En abril, la freelancer Rana Ayyub estaba sentada en un café de Nueva Delhi con un amigo cuando apareció un video pornográfico en su teléfono móvil. Se sorprendió al ver su rostro superpuesto sobre el de una mujer desnuda realizando un acto sexual.
“Vi los dos primeros fotogramas y me quedé inmóvil. Quería vomitar y me contuve para no llorar", escribió la periodista de investigación en un artículo de opinión del New York Times. "Ese video estaba destinado a humillarme, a romperme".
Ayyub ha recibido amenazas de violación y muerte online por sus artículos políticos y su cobertura de las minorías de la India. Los trolls también han publicado su número de teléfono y la dirección de su casa. Este incidente de “slut-shaming”, como ella lo llama, fue un nuevo golpe bajo.
"Si su odio llega hasta ese punto, ¿qué evitará que entren en mi casa y me maten?", dijo Ayyub en el informe. RSF solicitó al gobierno de la India y a la policía de Nueva Delhi "hacer todo lo posible" para protegerla.
El acoso masivo a periodistas nunca ha sido tan sencillo de llevar a cabo. Los atacantes de Ayyub utilizaron plataformas gratuitas como WhatsApp, Facebook, Twitter e Instagram, y lo hicieron sin tener que viajar ni abandonar sus hogares.
Vialle, autora del informe, describió las consecuencias que tienen estos ataques sobre los periodistas.
“Imagina recibir cientos de mensajes todos los días: insultos, amenazas de muerte, amenazas de violación. Muchos periodistas se desconectan por un tiempo o dejan de trabajar ciertos temas para evitar ataques", dijo. “El acoso online conduce a la autocensura. Se convierte en una cuestión de supervivencia ”.
El reportero argelino Abdou Semmar dejó de tratar temas sociales después de que los trolls amenazaran con violar a su hermana.
“Estos ataques online afectaron mi vida familiar. He reducido mi presencia en las redes sociales. Ya no hablo de gays. Hablo menos sobre temas que son tabúes sociales para no dar armas a mis enemigos. Es desafortunado, pero tienes que ser estratégico si no quieres ser forzado al exilio", dijo Semmar en el informe.
RSF cuenta que el veterano periodista francés David Thomson huyó a Estados Unidos el año pasado luego de recibir amenazas de muerte mientras cubría redes yihadistas.
Además de documentar el acoso, el informe también ofreció 25 recomendaciones, entre las que se incluyen "fortalecer las leyes que autorizan el procesamiento por acoso a periodistas online y hacerlas cumplir estrictamente".
Sin embargo, la mayoría de las personas no tienen la oportunidad o la autoridad para realizar cambios sistémicos, y los autores del informe también incluyeron sugerencias para organizaciones, redacciones, anunciantes e individuos. Por ejemplo, sugieren organizar capacitaciones para el personal de la redacción y formar un grupo de trabajo para monitorear y reunir evidencia cuando el acoso online ocurre.
"No se trata solo de proteger a los periodistas. Se trata de proteger la integridad del debate público y de nuestras democracias", dijo Vialle.
Un tutorial incluido en el informe, “Journalists – how to deal with troll armies” ("Periodistas: cómo lidiar con los ejércitos de trolls"), recomienda a los medios emprender capacitaciones y explicar "reglas indispensables" a su staff. Esto incluye retirar toda la información personal de las cuentas online, establecer una alerta de Google de los nombres de los periodistas, usar frases de contraseña en lugar de contraseñas y nunca hacer clic en enlaces sospechosos.
Para más información, el tutorial recomienda los siguientes recursos:
- Safety Guide for Journalists, de Reporteros sin Fronteras
- Online Pest Control for Journalists, una guía sobre cómo responder al acoso, de TrollBusters.
- El manual de PEN America para escritores, periodistas y empleadores sobre cómo luchar contra el acoso online.
- El sitio de Tactical Technology para mujeres víctimas de acoso cibernético
Imagen con licencia Creative Commons en Unsplash, vía Blake Connally.