Sevgil Musaieva, redactora jefe de Ukrayinska Pravda, fue elegida por la revista Time como una de las personas más influyentes de 2022 por la cobertura que ella y su equipo han hecho de la guerra en Ucrania.
El medio, que publica regularmente historias y análisis de la vida de la gente y del impacto social de la guerra en el país, recibe cuatro millones de visitas diarias. A los pocos meses de la invasión rusa, se había convertido también en una plataforma a la que acudían influyentes figuras públicas y funcionarios del gobierno y el ejército para compartir sus puntos de vista.
En diciembre hablé con Musaieva sobre los desafíos de gestionar una redacción y mantener informado al público durante el conflicto.
Tras la invasión, ¿se cambió algún proceso de trabajo en Ukrayinska Pravda?
Habíamos decidido algunos unos principios editoriales específicos en 2018 que ajustamos aun más para adaptarnos a las condiciones de la guerra, por ejemplo, usar palabras neutrales y objetivas al escribir noticias, como "fuerzas rusas" en lugar de "fuerzas de Putin".
También lanzamos nuestra propia política editorial para ser explícitos con nuestros periodistas y la audiencia. Además, al empezar la guerra, formamos a todos los redactores, incluidos los reporteros de primera línea, sobre seguridad y primeros auxilios. La invasión nos empujó a reforzar muchos aspectos de nuestros conocimientos; creo que la situación contribuyó a reforzar los medios de comunicación ucranianos.
¿Cómo ha cambiado tu trabajo como redactora jefe de Ukrayinska Pravda desde la guerra?
Hemos vivido en condiciones de guerra durante 10 años, pero tras la invasión todo se hizo más difícil y abrumador. Durante los primeros meses trabajamos 24 horas al día, siete días a la semana. Después de cuatro meses, empezamos a tomarnos uno o dos días libres.
Intentamos también tomarnos unas vacaciones cortas para pasar algún tiempo con familiares y amigos, ya que algunos de ellos están en el frente. La guerra ha afectado no solo nuestro trabajo, sino toda nuestra vida.
¿Ha sido difícil seguir produciendo contenidos durante la invasión?
Tenemos mucha motivación, sobre todo porque la guerra afecta a nuestro país y nuestra nación. Hacer periodismo fiable sobre lo que está pasando era para nosotros un acto de patriotismo. Definir los problemas en toda su amplitud e idear formas de afrontarlos era el camino a seguir. Por ejemplo, un apagón total con corte completo de electricidad e Internet nos hizo abrir una oficina en Polonia y tener allí un equipo de reserva ante la posibilidad de otro apagón o ciberataque.
Y lo que es más importante, somos una familia. Nuestra salud y seguridad son siempre una prioridad antes que las noticias. Cuando dos de nuestros compañeros estuvieron a punto de perder a sus familias, todos les dimos nuestro apoyo, incluso documentamos lo sucedido. También ofrecemos una especie de terapia de grupo y sesiones de diálogo en las que compartimos nuestros sentimientos y miedos, y recibimos apoyo psicológico.
¿Disponen de un plan financiero para garantizar la continuidad del proyecto?
Antes de la guerra, dependíamos en un 90% de la publicidad y en un 10% de los donantes, y eso variaba de vez en cuando. Con la invasión rusa, intentamos ofrecer un trabajo distinguido y preciso en cada pieza para ganarnos la confianza del lector. Eso elevó nuestro porcentaje de apoyo financiero de donantes ucranianos e internacionales e incluso de lectores.
Actualmente, la financiación de Ukrayinska Pravda se divide en un 60% de donantes, un 30% de anuncios y un 10% de los lectores. Sin embargo, tenemos un plan con el que intentamos crear sostenibilidad para las fuentes de financiación. Somos una empresa rentable, y esto significa que desarrollar nuestros servicios, como el lanzamiento de una app, es necesario para ganarnos la confianza del público y, por tanto, más financiación.
¿Por eso ahora tienen una versión en inglés?
Sí, tras el comienzo de la guerra notamos un aumento significativo de lectores en nuestro sitio web y en las redes sociales, incluso de fuera de Ucrania, así que lanzamos una versión en inglés. Podemos hacerlo gracias a traductores voluntarios y redactores que dominan el inglés, tanto de Ucrania como de otros países.
Un mes después de publicar la versión inglesa, encontramos un donante alemán y otros donantes europeos y ucranianos que nos apoyaron. Así pudimos pagar a estos voluntarios, lo que ha contribuido a la continuidad de la iniciativa.
¿Qué errores y posteriores aprendizajes te ha dejado trabajar durante esta crisis?
Lo que me preocupa de intentar evitar cometer errores es transmitir información incorrecta. Aprendí a pedir disculpas a nuestra audiencia cuando caíamos en la trampa de la información engañosa.
Los precedentes son importantes a la hora de informar, pero la calidad y la autenticidad no lo son menos. Ahora entiendo que puede haber un medio que sea más rápido informando que nosotros, sobre todo los que tienen más recursos, pero nosotros tenemos la oportunidad de profundizar en las noticias con más calidad y fiabilidad.
¿Qué deben tener en cuenta los periodistas que trabajan en zonas de conflicto?
Lo más importante es cuidar la salud. La seguridad sobre el terreno es fundamental. Hay numerosos libros, artículos y cursos gratuitos en línea sobre seguridad y primeros auxilios en zonas de conflicto.
Mantén al día a tu editor. La información sobre tu paradero y tu nivel de riesgo es importante. Además, si tu salud mental y emocional es buena, significa que serás capaz de informar sin problemas. Escucha siempre a tu cuerpo y respóndele. Deja de trabajar inmediatamente si te encuentras mal.
Hay que tener en cuenta la opinión del público y sus comentarios. Otro consejo: hay que ser consciente de que un periodista que cubre zonas de guerra puede ser utilizado por todos los bandos. Ser lo más imparcial posible es importante, incluso para la propia seguridad.
Imagen cortesía de Shaima Madboly.