El dos veces ganador del World Press Photo Sergey Maximishin contó a IJNet lo que piensa sobre el periodismo ciudadano y cómo malas fotos a veces pueden dar lugar a grandes historias.
Maximishin enseña fotoperiodismo en la Escuela de fotografía moderna Photoplay en Moscú y la escuela de fotografía Zekh en San Petersburgo. Sus fotografías han aparecido en Time, Newsweek, The Washington Post, The Wall Street Journal, Stern y BusinessWeek.
IJNet: ¿Dónde encuentras ideas para tus historias?
Sergey Maximishin: ¿Cómo encuentro ideas para historias? Siempre estoy en busca de ideas. Leo artículos en la web, hablo con la gente. A menudo miro las fotos de aficionados, porque las fotos malas a menudo conducen a buenas ideas. No hay mejor manera de conocer gente que acercarse a ellos y decir: "Hola, mi nombre es Sergey y soy periodista". Esa es mi única manera.
IJNet: ¿Cuál es la historia detrás de la foto "Tea Break"?
SM: Al principio, pensé que estaba trabajando en una historia acerca de un teatro donde los actores tenían síndrome de Down. Entonces cambié el acento un poco. Me di cuenta de que dos actores del estudio, Yasha y Masha, eran afectuosos el uno hacia el otro, y le pregunté a Yasha si amaba a Masha y dijo "sí". Entonces le pregunté a Masha si amaba a Yasha y ella dijo "sí". Así que retraté una historia de amor.
Esta foto es parte de una serie tomada en la Institución de Psiconeurología número 7. Se hizo famosa porque ganó el concurso de fotografía World Press Photo. Es como un fotograma de una película.
IJNet: ¿Usted manipula sus imágenes?
SM: Por supuesto, cualquier imagen fotográfica requiere un poco de post-producción. Otra cosa es que un reportero gráfico tiene límites muy rígidos de lo que puede y no puede hacer con una imagen. Puedo añadir un poco más de contraste a una imagen, recortarla un poco, quitarle el polvo, pero no puedo alterar el componente de información.
IJNet: ¿Qué distingue a un reportero gráfico de un reportero ciudadano?
SM: A veces hay más verdad en sus imágenes que las de los reporteros gráficos profesionales. Un periodista profesional sabe siempre lo que se espera. Un bloguero es como un espejo, que captura todo lo que se refleja en él. Los periodistas ciudadanos a menudo pueden capturar algo que no puede ser capturado por un periodista profesional. Nosotros nunca hubiéramos visto lo que estaba sucediendo en la prisión de Abu Ghraib o la ejecución de Saddam si no fuera por las personas con teléfonos móviles que se encontraban allí.
Pero hay cosas que los periodistas ciudadanos no harían nunca: el seguimiento de una historia, por ejemplo. Un periodista ciudadano no volvería un año después al lugar de un terremoto para ver lo que pasó allí desde entonces y cómo vive la gente, ya que eso requiere habilidades periodísticas especiales. Es por eso que los periodistas ciudadanos no interfieren con el trabajo de los periodistas de prensa. Pero, gracias a ellos, a menudo nos enteramos de la verdad sólo porque una persona con un teléfono móvil pasó por un lugar determinado en un momento determinado.
Esta es la primera parte de la entrevista con Maximishin.
Derechos de autor: Sergey Maximishin