Esta es la sexta y última entrega de una serie sobre nuevos desafíos del fotoperiodismo. Haz clic en estos links para leer la primera parte, la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta.
En la primera semana de octubre, Paul Moakley, vice editor de fotografía de revista Time, tuvo que invertir mucho tiempo en el feed de Instagram de la publicación.
Tenía un fotógrafo en Puerto Rico documentando las secuelas del huracán María y otro en Las Vegas cubriendo el tiroteo masivo que acababa de ocurrir. El trabajo de ambos fotoperiodistas iría directamente a Instagram, donde sus relatos se contarían a través de imágenes individuales, videos cortos e historias de esa plataforma.
“Si se trata de noticias, las imágenes llegan primero a nuestras redes sociales”, dice el editor.
Time fue uno de los primeros medios en adoptar Instagram, inaugurando su feed a pocos meses de su existencia.
"Todos nuestros editores, incluyéndome a mí, alentamos a los fotógrafos a participar personalmente, jugar con Instagram y pensar en Instagram", cuenta. "Cuando fue el huracán Sandy, asignamos cinco fotógrafos y les dimos las llaves del feed. Fue la primera vez que experimentamos con eso. Creo que fuimos el primer medio en entregar por completo las llaves de nuestra cuenta de Instagram a fotógrafos que trabajan en el terreno”.
Algunos fotógrafos trabajaban con sus cámaras y luego subían las imágenes al feed. Otros trabajaban directamente con sus teléfonos celulares.
Instagram contaba con 500 millones de usuarios activos diarios en septiembre pasado. Los medios han intentado aprovechar la creciente audiencia de la plataforma, que se centra en imágenes de gran alcance, sean fotos o videos cortos.
No es de extrañar, pues, que Moakley haya querido experimentar con su staff y con freelancers para descubrir cómo usar mejor la plataforma para contar historias.
Para Moakley no hay una forma establecida de hacerlo. Algunas historias requieren más imágenes que otras. Moakley también pasa tiempo reflexionando acerca de cómo mejorar el uso de Instagram Stories, que puede ser un recurso más íntimo e inmediato.
"Es más trabajo, pero creo que estamos en un buen lugar con nuestro feed de Instagram. Cualquiera que nos siga puede tener una idea de lo que está sucediendo”, explica. "Si solo miraras a Instagram para enterarte de las últimas noticias, tendrías una idea de los principales eventos del mundo a través de videoclips y fotografías sólidas".
Pauline Eiferman, editora de fotografía de Roads & Kingdoms, también utiliza la plataforma para seguir a los fotógrafos que han captado su interés, incluso cuando no tiene trabajo para ellos en ese momento.
"Cuando comienzo a seguir a alguien en Instagram, se vuelve parte de mi red y veo su producción periódicamente”, dice. "Si no me parece relevante puedo dejar de seguirlo, pero en general sigo a alguien a veces durante meses, y luego, algún día, habrá una oportunidad para asignarle una historia".
Y si bien para ella la plataforma puede resultar abrumadora, es una buena manera de estar al tanto de lo que ocurre en su industria mientras trabaja en otros proyectos.
Imagen con licencia CC en Flickr, vía georgios kaleadis. Imagen secundaria de Paul Moakley, cortesía de Peter Hapak.