Pronto Túnez acudirá a las urnas para celebrar sus primeras elecciones presidenciales desde que el presidente Kais Saied diera un "autogolpe" en 2021, disolviendo el Parlamento del país y reescribiendo la Constitución.
Organizaciones de derechos humanos y think tanks políticos expresan dudas sobre la libertad y la imparcialidad de los comicios, ya que el gobierno de Saied tiene un historial de represión a los medios independientes y prohibió a los observadores internacionales llevar a cabo su supervisión.
Destacados candidatos de la oposición han sido condenados a prisión, al igual que algunos periodistas, lo que llevó a la UE a expresar su preocupación por su capacidad para cubrir libremente las elecciones. Este mismo mes, el gobierno detuvo a cinco periodistas. Dos fueron puestos en libertad, mientras que tres permanecen en prisión desde el 15 de mayo, acusados de difundir información falsa en redes sociales o artículos críticos con el gobierno.
A finales de diciembre, las autoridades arrestaron al periodista de Al Jazeera Samir Sassi y al comentarista de una emisora independiente, Zied el-Heni. Mientras que las autoridades no presentaron cargos contra Sassi, el-Heni fue acusado de "insultar a otros en redes sociales" durante una emisión en la que criticó al ministro de Comercio del país, Kalthoum Ben Rejeb.
Estas detenciones se suman a las múltiples detenciones de periodistas llevadas a cabo por las autoridades tunecinas en 2023, entre ellas la de Noureddine Boutar, director de Mosaique FM, emisora de radio independiente frecuentemente crítica con el presidente Saied.
En vísperas de las elecciones presidenciales de 2024, hablé con varios periodistas tunecinos sobre la erosión de la libertad de prensa en su país.
Libertad de prensa en Túnez
Túnez es considerado el único país en el que la Primavera Árabe desembocó en un traspaso de poder pacífico y una transición a la democracia. En 2014, los tunecinos aprobaron una nueva Constitución, y ese mismo año, y de nuevo en 2019, el país celebró elecciones democráticas libres.
Uno de los resultados de la revolución de 2011 fue una nueva libertad de prensa, con el florecimiento de medios independientes. "Solíamos ser el primer país árabe en cuanto a libertad de prensa y libertad de expresó", afirma Abdelkrim Hizaoui, fundador y director del Centro de Desarrollo de Medios de Túnez, que fundó en 2014.
Bahija Belmabrouk, redactora jefe de la agencia de noticias TAP, lleva más de 20 años trabajando en periodismo. Recuerda el periodo posterior a la Revolución tunecina como una época en la que los reporteros gozaban de libertad. "Después de la Primavera Árabe, tuvimos espacio para decir lo que queríamos, cuando queríamos. Podíamos criticar a cualquiera, en cualquier lugar", dijo.
En 2019, el outsider político Kais Saied puso patas arriba esta libertad. Presentándose como candidato conservador independiente, Saied ganó las elecciones presidenciales y, dos años más tarde, emitió una declaración de emergencia para despedir al primer ministro, congelar el Parlamento y asumir el poder ejecutivo total.
Desde 2021, la libertad de prensa en Túnez ha caído en picado, pasando de 72 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019 de Reporteros sin Fronteras a 118 en 2024. "Ahora la situación se está poniendo muy mal, muy rápidamente", dice Hizaoui. "Tenemos un gobierno de un solo hombre en Túnez".
Leyes y autocensura
Las leyes promulgadas para silenciar a los periodistas han servido para anular su labor informativa.
Al menos 20 personas han sido detenidas o procesadas en virtud de una ley de 2022 sobre ciberdelincuencia, el Decreto Ley 54, que prohíbe vagamente difundir "datos falsos, rumores, documentos falsos o falsificados [...] con el fin de atentar contra los derechos de terceros, o perjudicar la seguridad pública o la defensa nacional, o sembrar el terror entre la población".
La vaguedad de la redacción de la ley ha permitido al gobierno de Saied detener a opositores políticos, periodistas y miembros de la judicatura. Entre los acusados se encuentra Nizar Bahloul, director Business News, quien fue arrestado y acusado de difundir información falsa en noviembre de 2022 tras publicar un artículo en el que criticaba a la primera ministra Najla Bouden.
"Hoy todos los periodistas tienen miedo de ser castigados y encarcelados", dice Hizaoui. "En los medios de comunicación públicos no se puede leer, ver u oír ningún contenido que critique al presidente o al gobierno. Todavía tenemos algunos contenidos críticos en los medios privados, en los periódicos, pero ya no en los medios públicos".
Los periodistas también han sufrido represalias por criticar las políticas del gobierno. En abril de 2023, Belmabrouk publicó un artículo sobre ONGs criticando las políticas tunecinas hacia los inmigrantes indocumentados, tras el discurso pronunciado por el presidente Saied en febrero de 2023, en el que ordenaba a los funcionarios tomar medidas urgentes para hacer frente a la inmigración irregular. Tras la publicación del artículo, a Belmabrouk le prohibieron publicar su trabajo durante seis meses.
"No tenemos derecho a criticar las decisiones estratégicas que ha tomado el gobierno. No podemos criticar al presidente ni al primer ministro", dice Belmabrouk.
Como los periodistas se han convertido en blanco de la administración Saied, muchos se autocensuran.
"Hay muchos casos de periodistas que tienen miedo de trabajar, porque existe un verdadero clima de miedo instalado por las autoridades tunecinas contra los trabajadores de la prensa", explica Florianne Heine, directora regional para el Norte de África de Reporteros sin Fronteras. "Desgraciadamente, hay una verdadera campaña contra los periodistas independientes y los periodistas que se atreven a dar información de forma libre".
Más allá de las elecciones
La situación de la libertad de prensa en Túnez puede parecer grave, pero no es desesperada, acota Hizaoui.
"No podemos volver a la situación del periodo de la dictadura [antes de la revolución de 2011]. No podemos volver atrás porque la gente ya ha conseguido esta libertad", señala. "Tenemos que seguir comprometidos y seguir presionando a los medios de comunicación y a sus propietarios".
En enero, los principales medios de Túnez emitieron una declaración desde la sede del Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos en la que reconocían que la libertad de prensa en el país está en crisis. La declaración también articulaba una serie de demandas, entre ellas que el gobierno dejara de utilizar el Decreto Ley 54 y otras leyes para "perseguir, intimidar y encarcelar a los periodistas".
"Los periodistas tunecinos son valientes, y han vivido la experiencia anterior a 2011. Son conscientes de que son los mayores garantes de la libertad de prensa y la libertad de expresión en Túnez con su sindicato y su sociedad civil, y lideran una lucha feroz por el respeto a la libertad de prensa", dice Heine. "No tienen otra opción que ganarla".
Foto de Hammami Ghazi en Unsplash.