Periodistas en Cuba han sido blanco de represión y asedio para evitar el ejercicio de su profesión durante el 15-N, una serie de manifestaciones convocadas para este 15 de noviembre en las que se demanda la liberación de las personas encarceladas tras las protestas del 11 de julio, así como el fin de la represión policial.
Las autoridades cubanas realizaron un despliegue policial y militar pocas veces visto en La Habana para disuadir las protestas, según han reportado algunos periodistas en redes sociales. Además, el gobierno del Presidente Miguel Díaz-Canel declaró que la manifestación era ilegal y la consideró una “provocación desestabilizadora”.
Entre los métodos de represión a periodistas registrados desde días anteriores al 15 de noviembre destacan arrestos domiciliarios extrajudiciales, citatorios con autoridades, la suspensión de servicios, el retiro de acreditaciones, la presencia de agentes de seguridad cerca de las casas de periodistas y algunos “actos de repudio”, como se les conoce a las manifestaciones en las que partidarios del régimen se reúnen para agredir física y verbalmente a activistas o periodistas.
“Prácticamente todos los periodistas independientes estamos sitiados en nuestras casas, a algunos les han cortado el servicio telefónico y de acceso a internet. El país ha estado totalmente militarizado, es lo que hemos visto”, dijo Camila Acosta, corresponsal en Cuba del diario español ABC, LatAm Journalism Review (LJR).
Acosta lleva más de cuatro meses sin poder salir de su casa tras haber cubierto las manifestaciones del 11 de julio. La periodista fue acusada de los cargos de “desorden público e instigación a delinquir”, por lo cual podría enfrentar de 3 meses a un año de prisión. Por lo pronto permanece en arresto domiciliario en espera de juicio, aunque no ha tenido acceso a ninguna carpeta de investigación.
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Sin embargo, decenas de periodistas permanecen retenidos en sus domicilios desde el pasado fin de semana sin ninguna orden judicial, vigilados de cerca por miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), algunos de ellos vestidos de civil, según informó el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP).
“No hay una orden judicial, simplemente ponen una patrulla y a veces varios oficiales de la seguridad del Estado a las afueras de tu casa y cuando te dispones a salir simplemente te dicen que no puedes hacerlo, te lo impiden. Y si te niegas, te arrestan”, explicó Acosta.
A esos comunicadores se suma el columnista para el Washington Post y cofundador del medio digital El Estornudo, Abraham Jiménez Enoa, quien la mañana del domingo 14 de noviembre informó en sus redes sociales que agentes de seguridad del Estado cubano permanecían afuera de su casa, quienes le comunicaron que estaba “en arresto domiciliario” y le impidieron salir a la calle.
Al mediodía del lunes, Jiménez Enoa publicó que seguía sitiado y su hogar estaba rodeado incluso por más agentes vestidos de civil que el día anterior.
Asimismo, la periodista Luz Escobar, del diario digital 14yMedio, publicó la noche del domingo en su perfil de Facebook que un hombre vestido de civil y un policía permanecían afuera de su casa, y una patrulla estaba en la esquina de su edificio. Escobar publicó un video en el que la persona no uniformada le impide salir de su casa y le ordena que deje de grabar y baje su teléfono celular.
Escobar había denunciado dos días antes, el 12 de noviembre, que había sido citada en el Órgano de Menores del Ministerio del Interior (MININT), donde le informaron que habían visto a sus dos hijas menores jugando en el exterior “con el cubrebocas mal puesto” y le advirtieron que no podría llevar a las niñas a la marcha del 15-N, o estaría incurriendo en un delito. La periodista dijo que interpretó lo anterior como un asedio y presión para no cubrir las protestas.
Este tipo de intimidación también lo sufrió la periodista de ADN Cuba Yadiris Luis Fuentes, quien fue citada para un interrogatorio en la sede de la Policía Nacional Revolucionaria el viernes 12 de noviembre, de acuerdo con el sitio. Se trató del segundo interrogatorio al que fue sometida en menos de un mes, luego que el 15 de octubre fue citada y amenazada de ser procesada judicialmente por el delito de “mercenarismo”.
“El régimen cubano nos trata como delincuentes, terroristas, lacra social. Que informemos es un delito en el Código Penal imaginario y conveniente que la dictadura redacta y amaña cada día”, escribió la periodista en Twitter.
El periodista Orelvys Cabrera, del sitio CubaNet, también fue citado el viernes 12 de noviembre por autoridades para acudir a la sede de la Seguridad del Estado en la provincia de Matanzas, donde estuvo retenido luego de las protestas del 11 de julio, según contó al medio.
Días antes, el 27 de octubre, Cabrera había sido llamado por la Policía Nacional Revolucionaria a una “entrevista” en la que fue cuestionado sobre sus planes de cubrir la protesta del 15-N y en la que le informaron que iba a permanecer bajo vigilancia las 24 horas del día, dijo CubaNet.
“Me citaron básicamente para informarme que voy a ser vigilado por el jefe del sector que me atiende. Que tendré seguimiento las 24 horas del día y que van a hacer una investigación en mi cuadra para ver lo que pueda arrojar sobre mi comportamiento social”, dijo el periodista a CubaNet.
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Pero no solo los periodistas cubanos han sido afectados por medidas represivas y de censura. El fin de semana previo al 15-N, les fueron retiradas sus acreditaciones a tres reporteros, un fotógrafo y un camarógrafo de la Agencia EFE en la isla.
Ante el rechazo internacional y tras una serie de gestiones diplomáticas de la Embajada de España en Cuba, solo dos de los cinco periodistas recuperaron sus credenciales.
“Seguimos sin novedades, cubriendo el #15NCuba con una periodista y un cámara acreditados de los seis que formamos el equipo EFE. Esperamos que nos reacrediten cuanto antes. Si no, aún bajo mínimos nos esforzaremos al máximo para contarles al detalle todo lo que suceda hoy”, escribió el lunes por la mañana en su cuenta de Twitter Atahualpa Amerise, coordinador de redacción de EFE en Cuba.
Se recrudece la situación de la prensa independiente en Cuba
Desde las protestas del 11 de julio en Cuba, en las que varios periodistas fueron arrestados y hostigados por ejercer su profesión, y que atrajeron las miradas internacionales a la situación de la isla, las condiciones para ejercer el periodismo se han vuelto más difíciles y peligrosas, dijo Acosta.
“En el caso de la prensa independiente, ni siquiera somos reconocidos, vivimos constantemente toda la situación represiva. Después del 11 de julio esto ha aumentado”, agregó.
Los periodistas detenidos fueron liberados eventualmente con el pago de multas y tras recibir “actas de advertencia”. Sin embargo, los periodistas cubanos saben que pesa sobre ellos la constante amenaza de ser arrestados nuevamente.
Acosta afirmó que es la única periodista independiente que está esperando ser juzgada por los cargos que se le imputan mientras permanece en arresto domiciliario. El Gobierno español ha estado en conversaciones con el Ministerio de Exteriores de Cuba para pedir su liberación, sin embargo ésta no ha sido concedida.
“Ahora mismo la política que están siguiendo en mi contra es retenerme dentro de mi casa. Es la forma que ellos tienen de evitarme el trabajo reporteril en las calles y esto se puede extender hasta un año, sin ser sometida a juicio”, explicó Acosta.
Incluso si los cargos son retirados eventualmente, la periodista ya habrá pasado varios meses privada de su libertad. Sin embargo, el internet y las redes sociales han ayudado a que Acosta siga ejerciendo su profesión desde su casa.
“Yo trato de sobreponerme a todo eso, trato de trabajar pese a todo. Y [me siento] orgullosa porque si estas son las consecuencias de decir la verdad, pues lo asumo muy orgullosa”, dijo. “Para nada me arrepiento de lo que estoy haciendo: seguir adelante, seguir informando al menos desde casa y no bajar la cabeza”.
Este artículo fue publicado originalmente en LatAm Journalism Review y es reproducido en IJNet con permiso.
Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash.