El clima extremo es a la vez inabarcable y personal. Desde lejos, la forma que toma un desastre es relativamente clara, aunque los detalles no lo sean: inundaciones repentinas, como las que azotaron Texas, Carolina del Norte y Nuevo México durante el fin de semana del 4 de julio, o los huracanes que seguramente azotarán más adelante, o las olas de calor que abrasan grandes extensiones, o incendios forestales y tornados que parecen surgir como la mala hierba.
Sobre el terreno, los detalles se acentúan: tu casa queda destruida; personas que quizá conoces pierden la vida (a fecha de 15 de julio, se habían registrado al menos 132 muertes solo por las inundaciones en Texas, y unas 170 personas más se encuentran desaparecidas). La forma que toma un desastre es la forma de una casa, un barrio o una comunidad.
Afrontar un desastre —antes, durante y después de que se produzca— puede ser abrumador y supone lidiar con un laberinto de organismos y normativas locales, estatales y federales de las que nunca antes habías oído hablar. Y entre el doble golpe del deterioro de los medios locales y el aumento de la desinformación en redes sociales, incluso encontrar información precisa sobre el desastre puede resultar difícil.
Por eso, Grist, medio sin fines de lucro dedicado al clima, ha creado Disaster 101: una guía a través de todas las etapas de un desastre, desde los preparativos previos hasta cómo sobrellevarlo y navegar por el laberinto de recursos disponibles. Está pensada para ser compartida y adaptada —por organizadores comunitarios, gobiernos locales y medios de comunicación por igual—, y diseñada para que acceder a los recursos más importantes, aun con internet limitado.
"Los destinatarios originales de Disaster 101 eran las personas que pudieran sufrir desastres, es decir, un grupo muy amplio; básicamente, cualquiera en la actualidad", dice Lyndsey Gilpin, directora de community engagement de Grist, quien encabezó el proyecto. Gilpin creó un recurso similar cuando dirigía la publicación Southerly, que cesó sus operaciones en 2023, y Grist también había colaborado con Blue Ridge Public Radio de Asheville, Carolina del Norte, para crear una guía específica sobre el huracán Helene después de que azotara el estado en septiembre de 2024.
Unos meses después de la publicación de la guía sobre Helene, Katie Myers, quien cubre cambio climático en los Apalaches como parte de una colaboración entre Grist y Blue Ridge Public Radio, le dijo a Gilpin que muchos en la zona estaban buscando recursos sobre vivienda y desahucios. "Me di cuenta de que debíamos hacer una versión más amplia, porque sino tendríamos que recrear lo mismo una y otra vez para otros desastres", me dijo Gilpin.
Disaster 101 es tanto una guía como un explicador. Los primeros nueve artículos (uno de los cuales es una traducción al español) se focalizan en la información más relevante cuando un desastre es inminente o acaba de ocurrir. Entre ellos se incluyen guías para prepararse y acceder a recursos de ayuda y recuperación, así como guías sobre derechos de los inmigrantes y derecho al voto tras los desastres. Los dos últimos son una respuesta directa a las medidas adoptadas a nivel federal; el artículo sobre los derechos de los inmigrantes, que también se ha traducido al español, incluye consejos sobre qué hacer si te encuentras con el ICE, por ejemplo.
Estas nueve guías están disponibles en texto sin formato, por lo que se puede acceder a ellas incluso con datos limitados, algo que Gilpin y sus colegas de Grist aprendieron de Blue Ridge Public Radio al elaborar la guía sobre el huracán Helene. También están disponibles en formato PDF, por lo que se pueden guardar sin conexión o imprimir y distribuir. Muchas de ellas también comienzan con consejos para encontrar información veraz, lo que, explica Gilpin, se debe a la multiplicación de teorías conspirativas sobre la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) tras el huracán Helene. La esperanza, dijo, es que las personas que consulten la guía comprendan que es confiable porque ha sido verificada por una organización periodística.
Después de las guías en plain text, hay seis artículos que tratan principalmente sobre la relación entre los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático. "No quería que esto fuera lo primero que viese la gente. Cuando estás viviendo una catástrofe, no piensas en el cambio climático", me dijo Gilpin. "Eso es algo en lo que piensas después, con el tiempo. Pero tampoco quiero que la gente deje de interesarse por Grist, Disaster 101 o cualquier información que se pueda compartir, porque su reacción inmediata es 'Ah, pero en el podcast que escucho dicen que el cambio climático no existe'; una creencia muy extendida en Estados Unidos. Por eso considero muy importante encontrar a las personas donde están, aunque eso signifique tragar nuestro orgullo y no decir el término 'crisis climática'".
Disaster 101 está diseñado para compartirse, republicarse y, quizás lo más importante, adaptarse, de modo que las personas que normalmente no tienen acceso al trabajo de Grist puedan beneficiarse de sus recursos. La guía anima explícitamente a las personas a adaptar las guías al contexto local e incluso incluye una plantilla para periodistas locales con sugerencias sobre cómo encontrar historias y dónde añadir información de contacto de agencias estatales y locales. Será un documento vivo, que se actualizará a medida que cambien las circunstancias a nivel nacional. Si, por ejemplo, la administración Trump lleva a cabo sus planes de desmantelar la FEMA, o el ICE comienza a hacer redadas de inmigrantes en zonas afectadas por desastres, lo que dice la guía sobre la ayuda federal tendrá que cambiar.
"Quiero que todo el mundo copie y mejore Disaster 101", dice Gilpin. Ella espera que quienes estén interesados en difundir más información sobre desastres —ya sean gobiernos locales, grupos de ayuda y justicia climática, o medios de comunicación— tomen lo que Grist ha creado y lo pongan en práctica, haciendo que las guías sean lo más relevantes posible a nivel local. "Solo estamos sentando las bases. Como redacción nacional creo que es un gran servicio que podemos ofrecer".
Gilpin también espera que las guías ayuden a crear vínculos más fuertes entre las organizaciones de justicia medioambiental de todos los estados, con muchas de las cuales habló mientras elaboraba Disaster 101. Estas organizaciones suelen distribuir enormes documentos de Google Docs con recursos tras los desastres. Disaster 101 está diseñado para facilitar ese trabajo —puede ser difícil para un periodista local cuya redacción se encuentra literalmente bajo el agua saber por dónde empezar— y tal vez también para aumentar la confianza entre los periodistas y las comunidades.
"Espero que esto ayude a construir una red más sólida en torno a los desastres en general, no solo tras el evento sino también fuera de la temporada de desastres, y que realmente fortalezca el ecosistema de información en torno a estos fenómenos", señala Gilpin. "En este momento todo es ad hoc porque no hay mucha orientación por parte del gobierno federal. Cuanto más podamos los periodistas asociarnos y colaborar con aquellas personas que ya están haciendo trabajo sobre el terreno, más sólido será ese ecosistema de información".
Este artículo fue originalmente publicado en Nieman Lab y se reproduce y traduce en IJNet bajo Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0.
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