HUESCA, España – La publicación digital sobre economía y negocios Quartz — o qz.com — parece estar haciendo todo bien. En solo dos años construyó una audiencia de 10,9 millones de usuarios únicos al mes.
Pero el desafío es seguir creciendo en medio de un fuerte clima de competencia y empezar a generar ganancias. Así que el editor senior de Quartz, Gideon Lichfield, estaba en busca de respuestas e ideas, al igual que los otros 350 periodistas, profesores y estudiantes que asistieron al XVI Congreso de Periodismo Digital. También participó en este encuentro para profundizar acerca de los planes de su sitio de expandirse en África.
Ganar la competencia
Lichfield trabajó en The Economist durante 16 años y conoce tanto el mundo impreso como el digital. En una entrevista, me dijo que el periodismo digital requiere que los periodistas piensen más en su audiencia: “Cómo las personas consumen el periodismo, cómo acceden a él, cuándo lo leen, etc. Todo es completamente diferente”, dijo. “En una revista impresa no piensas en nada de eso. El formato ya está establecido”.
“En el mundo digital, cada periodista debe ser, hasta cierto punto, un diseñador de experiencia de usuario. Debe imaginar la forma en la que una persona se topará con su artículo, pensar qué es lo que le atraerá de este, qué la impulsará a compartirlo y qué hará que lo lea por completo, hasta el final. ¿Desde qué tipo de dispositivo accederá a él? ¿En qué momento del día? ¿Qué otros recursos puedo usar, aparte del texto, para transmitir mi mensaje de manera más clara y efectiva?"
Facebook como competidor
Le pregunté a Lichfield si le preocupaba el hecho de que Facebook y otras redes sociales estén usando contenidos de sitios como el suyo para capturar y conservar usuarios. (Al presidente de Quartz también le preocupa que los usuarios estén consumiendo su contenido fuera del sitio).
Es una relación amor-odio, admitió. Facebook lleva mucho más tráfico al sitio que cualquier otra fuente. Así que Quartz escribe titulares diseñados específicamente para atraer a usuarios de Facebook y redacta otros distintos para el sitio y para Twitter.
Entre las estrategias de Quartz para construir una audiencia leal y contrarrestar el efecto de Facebook, existe una actualización de noticias que le da a los visitantes del sitio la chance de leer los últimos titulares y de acceder a otros artículos adicionales.
Al igual que muchos otros sitios que compiten por tráfico, Quartz intenta estar en tantos canales como sea posible. Uno de ellos es un boletín electrónico que se despacha cada mañana a 110.000 usuarios. El boletín contiene una selección de media docena de artículos importantes. A menudo solo uno de esos pertenece a Quartz, contó Lichfield. Pero el boletín está diseñado para convertir al sitio en una fuente de información y cobertura de calidad, y también para atraer a la gente.
Sobre la longitud
Lichfield no tiene demasiado interés en hablar sobre la longitud ideal de los artículos. Para él, se trata de un tema de calidad y variedad. El contenido del sitio está dividido no en función de secciones, sino por las “obsesiones” de 50 periodistas. Así que mientras algunos artículos tocan temas populares como la niñez y la educación, otros son más especializados y tienen que ver con temas que obsesionan a los reporteros de Quartz como el banco Central Europeo o la política monetaria de China, y suponen un público más acotado.
Lo importante para los anunciantes es que su mensaje siempre va a aparecer junto a un contenido inteligente, dijo.
Le pregunté si tenía algún consejo para darle a estudiantes de periodismo y a jóvenes profesionales. Lichfield contestó que una vez escribió una columna pidiéndole a los jóvenes que no buscaran sus recomendaciones. El mejor consejo que alguna vez recibió fue que formara una red con gente de su misma edad o apenas mayor, debido a que esa generación acababa de pasar por lo que tú mañana enfrentarás. “El mundo en el que yo crecí es demasiado diferente al mundo en el que ellos están creciendo”.
Lichfield habló en inglés conmigo, pero en el escenario mostró un español fluido. Lo aprendió mientras dirigía la oficina de The Economist en Ciudad de México.
Este post fue publicado originalmente en el blog de James Breiner, News Entrepreneurs, y es reproducido por JNet con permiso.
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