Los desafíos del periodismo ante las nuevas variantes del COVID-19

Aug 27, 2021 en Cobertura del coronavirus
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En alianza con nuestra organización matriz, el Centro Internacional de Periodistas (ICFJ), IJNet conecta a periodistas con expertos en salud y redacciones internacionales a través de una serie de seminarios web sobre COVID-19 como parte del Foro de Cobertura de la Crisis Mundial de la Salud.

El presente artículo corresponde a nuestra serie sobre el coronavirus. Entra aquí para leer más.

Es muy importante que los periodistas brinden la información requerida sobre las nuevas variantes del coronavirus, como la Delta o Lambda, de manera que la población esté informada sobre los riesgos y los ante las posibilidades de mayor contagio, pero es igualmente necesario evitar el sensacionalismo, la falta de rigurosidad y la búsqueda de mayor audiencia transmitiendo el miedo, porque causan mucho daño en el actual contexto de la pandemia.

Esto fue uno de los conceptos vertidos por la doctora colombiana Zulma M. Cucunubá, PhD en epidemiología de enfermedades infecciosas durante el seminario online “Variantes Delta y Lambda, lo que sabemos hasta ahora”, organizado por el Foro de la Crisis Mundial de la Salud de ICFJ e IJNet. La experta participó junto a su colega chilena Marcela Gatica Andrades, PhD en inmunología y maestra en ciencias en enfermedades infecciosas y divulgadora científica.

Cucunubá valoró el crecimiento del periodismo especializado en temas médicos y científicos a nivel internacional, en el contexto de la pandemia, pero lamentó que persisten las prácticas negativas en busca de ganar audiencias. “Algunos medios siguen insistiendo en comunicar noticias sensacionalistas, solo por ganar adeptos. Esto es peligrosísimo y muy delicado, porque aparece el caso de una persona que se infectó con COVID-19 luego de haberse aplicado la vacuna y hacen una gran noticia de eso, generalizando el tema, buscando ganar audiencia en base a impartir miedo. Debemos evitar esas prácticas”, cuestionó.

La doctora Gatica Andrades compartió la preocupación de su colega, insistiendo en que falta mayor especialización para comunicar sobre temas médicos o científicos. “Tenemos un déficit de científicos especializados en comunicación y de periodistas especializados en ciencias. Los medios se quedan mucho en las coberturas sobre polémicas que envuelven a los gobiernos y que no son relevantes. Falta explicar bien las diferencias entre la utilidad de una mascarilla N-95 y la de una mascarilla de tela, o porqué si tengo una protección de acrílico en mi oficina, igual estoy en riesgo de contagiarme si no tengo buena ventilación. La clave es entregar información precisa y concisa a la población, para que pueda tomar decisiones de mejor cuidado, estando bien informada. Nos bombardean con información, pero no nos dicen el cómo y el porqué de lo que pasa”, destacó.

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El peligro adicional de las variantes

Constituye un proceso natural que los virus cambien constantemente con la mutación. Cuando un virus tiene una o más mutaciones nuevas, se conoce como una variante del virus original. El virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad por COVID-19 actualmente tiene muchísimas variantes, pero la que causa más preocupación es la variante Delta, por mostrar mayor rapidez en contagiar a más personas.

Cucunubá destacó que la Delta se encuentra en la lista de variantes de preocupación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero no así la variante Lambda, que todavía está en el grupo de las “de interés”, a pesar de haberse detectado una fuerte presencia de la misma en el Perú.

Según explicó, la OMS clasifica las variantes en tres grupos, según su peligrosidad:

  1.  Variantes de preocupación (VOC), en las que hay una evidencia comprobada de un aumento de la transmisibilidad o un cambio sustancial perjudicial en la epidemiología. En estas categorías están las variantes Alfa, Beta, Gama y Delta;
  2. Variantes de interés (VOI), que demandan estudio, pero todavía en un segundo plano; en esta clasificación está la Lambda;
  3. Alertas para investigación posterior.

“El proceso natural es que pasen primero a ser una alerta que requiere monitoreo, posteriormente de interés y luego de preocupación”, indicó.

“Con el virus original, una persona infectada podía transmitir el virus a otras dos. Una variante como Delta tiene un efecto mucho mayor, transmitiendo el virus rápidamente a 5, a 8, incluso a 12 personas. Cuanto más transmisibles son estas variantes, se hace más difícil el control. Es decir, toda medida pierde un poquito de efectividad. El tapabocas sigue siendo muy importante, pero es un poco menos efectivo. Lo mismo pasa con las vacunas. La mayoría de ellas han reducido su eficacia frente a la infección, a la probabilidad de infectarse una vez vacunado, pero la buena noticia es que la eficacia frente a los desenlaces graves, como la hospitalización o la muerte, sigue siendo muy alta”, argumentó.

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Según dijo, “eso se mantiene no solamente con vacunas como Pfizer, Moderna, Astrazeneca, sino también con Sinovac y otras. Las vacunas están resistiendo el embate de estas variantes y conservan su altísima eficacia frente a desenlaces graves, no así frente al riesgo de infección. Por eso, a través de la cobertura periodística tenemos que mantener el llamado a seguir utilizando todas las otras herramientas, como son el uso de la mascarilla, el distanciamiento, la ventilación adecuada, para reducir el riesgo de infección y de desenlaces graves”, agregó.

Puedes ver el seminario web completo aquí:


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