Para Anna Kiedrzynek, la salud mental no es una moda. Es la lente a través de la cual cubre diversos temas. Con su trabajo se esfuerza por resaltar problemas sociales y culturales de su país de origen, Polonia.
Has trabajado en profundidad sobre salud mental. ¿Cómo sientes que ha cambiado el tema con los años?
Hoy hablamos cada vez más sobre salud mental, pero todavía no estoy del todo satisfecha con la forma en que lo estamos haciendo. Es menos tabú, pero no en todas las áreas.
Por ejemplo, se está hablando más sobre depresión, lo cual es genial. Pero en Polonia, todavía no tenemos el lenguaje para hablar, por ejemplo, de enfermedades mentales crónicas como el trastorno bipolar o la esquizofrenia.
¿Cómo encaras estas coberturas?
Lo que encuentro realmente molesto en los medios de comunicación, y lo que intento evitar en mi trabajo, son las actitudes anti-psiquiatría. Por ejemplo, a los medios les gusta mostrar a los hospitales psiquiátricos como lugares terribles, casi sacados de una película de terror.
Para mí es muy importante mostrar los sistemas de atención de salud mental, especialmente los estatales, no como lugares horribles, sino lugares para hacer que la gente se sienta mejor. Hay que desestigmatizar a la psiquiatría.
¿Cuál de las historia que hiciste es tu favorita?
Una de mis piezas favoritas, publicada hace poco, es una historia sobre cómo las personas LGBT fueron acogidas por agricultores polacos. Todavía existe un gran problema con la percepción de las personas LGBT en Polonia. No tienen derechos y muchos partidos conservadores los consideran "diferentes", y no de manera positiva.
Para este artículo escribí sobre el proyecto de un artista llamado Daniel Rycharski, que puso en contacto a personas LGBT de las grandes ciudades de Polonia con agricultores de la zona en la que creció. Fue realmente satisfactorio capturar lo que realmente ocurría con personas que solíamos ver como muy conservadoras, muy tradicionales, tal vez incluso homofóbicas. Creo que tanto el artista como yo con este artículo pudimos capturar cómo ciertas cosas están cambiando para mejor.
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¿Cuáles han sido los desafíos más grandes que has encontrado en tu trabajo?
Si quieres hacer un periodismo lento y de alta calidad, el desafío es económico. Es muy difícil ganarse la vida haciendo solo lo que estoy haciendo. El mercado es duro y los contratos de los periodistas suelen ser temporales. Hay muchos periodistas jóvenes y talentosos, pero no hay suficiente espacio para ellos en los medios polacos.
Por eso tengo la impresión de que cambiar de la forma corporativa de trabajar a una forma lenta es básicamente tratar de financiarse con becas y grandes subsidios. De esa manera, puedes garantizarte algún tipo de seguridad. Este problema económico hace que todo sea mucho más difícil.
¿Qué consejo darías a periodistas en formación?
En primer lugar, diría que mires a tu alrededor, porque las historias están en todas partes. Sobre todo, comienza a trabajar con noticias. Incluso si en el futuro quieres convertirte en un realizador de documentales o escribir crónicas, es bueno comenzar en el ciclo de las noticias.
Cree siempre en las historias que quieres contar y no te rindas con demasiada facilidad, porque los desafíos serán muy grandes y, a veces, inesperados. Ser periodista también significa estar dispuesto a cambiar y adaptarse a nuevas circunstancias.
Abigail Adcox es pasante de Comunicaciones en ICFJ.
Imagen cortesía de Anna Kiedrzynek.