Fuente: Steve Buttry, steve.buttry@owh.com, (+1 402) 444-1345, www.notrain-nogain.com; www.poynter.org/profile/profile.asp?user=1795
En todas partes los editores y reporteros se quejan y discuten debido a la extensión de los artículos. Los buenos reporteros siempre recaban más información de la que realmente utilizan en sus historias. Los buenos editores siempre cuentan con más artículos, gráficas y fotografías que el espacio que verdaderamente pueden ocupar. Ya que actualmente el espacio en los diarios es sagrado, debe hacer valer cada palabra en sus historias. Independientemente del espacio que sus editores le adjudiquen, usted necesita afilar su capacidad para organizar la información y escribir historias compactas donde cada palabra sea significativa.
Planifique escribir de forma compacta
Coordine con su editor. Converse con su editor sobre las particularidades de la historia que piensa escribir antes de comenzar a recabar información. Probablemente en esta instancia sea precipitado hablar de la extensión del artículo, pero deben al menos acordar en cuanto a la longitud de la historia. Esto ayuda a que usted no desperdicie el tiempo recabando información que posteriormente no utilizará. A medida que usted recolecte información y escriba el artículo deberá determinar la extensión del mismo a efectos de evitar que el tiempo y esfuerzo invertido se conviertan en una total frustración.
Tenga presente al lector. La falla de algunas historias extensas es que se escriben en función de las fuentes y no de los lectores. Pregúntese por qué está incluyendo determinada información en un artículo. ¿Para causarle impresión a sus fuentes con su conocimiento? ¿Para quedar bien con una fuente? ¿O para informar al lector? Otro factor para tener en cuenta es decidir si usted está escribiendo para aquel lector que tiene un gran interés en el tema en cuestión o se trata de un lector no tan compenetrado con dicho tópico. Para la mayoría de las historias, usted debería escribir pensando en el lector promedio quien efectivamente leería la nota.
Haga que su historia sea productiva. Cuando se encuentre discerniendo qué información incluir en su historia, prepondere la información que el lector pueda utilizar. ¿Qué información ayudará al lector a enriquecer su juicio a la hora de votar a un candidato, de comprar un artículo, de elegir un espectáculo, o de tomar un camino para concurrir a su trabajo habitual?
Considere los seguimientos, las columnas laterales y las gráficas. No debe amontonar toda la información recabada en un único artículo. ¿Algunas cifras o datos podrían ser expresados de mejor manera mediante el uso de gráficas? ¿Podría situar cierta información secundaria en una columna lateral o en un apartado? Debe determinar si algunos temas podrían recibir un mejor tratamiento a través de artículos continuados que comprendan un seguimiento de la historia en lugar de acopiar toda la información en la misma nota.
Escriba mientras que recaba información. Mientras que investiga y realiza entrevistas, comience a escribir el artículo. Esto lo ayudará a desarrollar y pulir su enfoque con anticipación, y un enfoque modelado generalmente deriva en una historia compacta. Si escribe mientras realiza las investigaciones pertinentes también podrá identificar y enmendar las ambigüedades del artículo. Asimismo, podrá evitar que su artículo esté plagado de información redundante ( lo cual muchas veces lleva a escribir redundantemente).
Establezca el ritmo
El encabezado establece el ritmo de su historia. Un encabezado breve y sólido, invita al lector a enfrentarse a un texto que promete una lectura dinámica y entretenida. Un encabezado pesado, por el contrario, invita al lector a que concentre su atención en otra nota, y en tal caso no importa ni el largo ni la calidad de la historia que usted escribió.
Seduzca al lector. No conciba al encabezado como si fuese una valija donde puede acopiar toda la información posible. Contémplelo como si fuese algo encantador, breve y sugestivo. Si el encabezado captura la esencia del contenido del artículo, el lector seguirá leyendo para informarse sobre los hechos. No necesita incluir toda la información en el encabezado. Un encabezado extenso vislumbra falta de confianza, como si usted pensara que la historia no sería leída en su totalidad y por eso acumula toda la información en el encabezado.
Reduzca la longitud de los encabezados. Todos hemos leído encabezados excelentes compuestos por 30 palabras, quizás incluso 40 palabras. Sin embargo, esta clase de encabezados no son lo más comunes. La mayoría de los encabezados largos son pesados y no fluyen dinámicamente. Verifique el largo del encabezado y si es necesario cuente el número de palabras que lo componen. Si el mismo tiene más de 20 palabras, fíjese si realmente necesita incluir tanta información en el primer párrafo.
Reduzca la puntuación. La mayoría de los mejores encabezados tienen un sólo signo de puntuación, el punto y aparte. Observe la presencia exagerada de otros signos de puntuación. Intente escribir una oración con sólo una coma como máximo. Si el encabezado tiene muchos signos de puntuación, léalo en voz alta para determinar si es turbulento o armonioso.
Minimice las atribuciones. Las atribuciones extienden la longitud del encabezado y de la misma forma le suman fragilidad. Determine si puede escribir el encabezado con información fundada en hechos en lugar de atribuírsela a una fuente.
Elimine los números. Si utiliza números en el encabezado, el impacto debe ser trascendente y el significado y enlace inmediato de los mismos debe ser claramente evidenciado por el lector promedio. Si el lector debe detenerse y analizar los números, esto indica que los mismos no deberían estar incluidos en el encabezado, puede incluso que no deban estar incluidos en el artículo sino en una gráfica. Inusualmente se justifica el uso de más de dos números dentro de un mismo encabezado.
Escriba un encabezado alternativo. Si su encabezado sobrepasa las 20 palabras, escriba un encabezado más corto y compárelo con el original. No acepte un encabezado extenso sin haberlo nivelado previamente con uno más breve.
Conserve un enfoque puntual
Pregúntese cuál es el tema de la historia. Una historia compacta no es simplemente una historia breve. Una historia compacta, sin reparar en su extensión, es una historia con un enfoque claro y puntual. Pregúntese frecuentemente mientras que recaba información y escribe la historia, cuál es el tema de la nota, por qué el lector querría leerla. Bruce DeSilva de la Associated Press sugiere que uno se haga estas preguntas mientras encuentra el eje central de la historia: ¿Por qué a usted le interesa esto?, ¿por qué ha querido escribir esta historia?, ¿cómo lo afecta emocionalmente?, ¿quién se vería favorecido o afectado?, ¿alguien ganaría o perdería dinero?, ¿cómo resultarían afectados los lectores en cuanto a lo que usted ha encontrado?, ¿cuál es la novedad del tema?
Escriba un titular. La redacción de un titular lo puede ayudar a encontrar el foco del artículo. O puede ser un logotipo en caso que se trate de una serie de artículos, o tal vez una línea de presupuesto. No importa el dispositivo que use, asegúrese de escribir un buen titular. Como dice DeSilva, “nada de contenidos tales como: unidad considera investigación”.
Cuente su historia en tres palabras. Bill Luening del Kansas City Star recomienda identificar el eje central de la historia tras resumirla en tres palabras: un sustantivo, un verbo activo, y un objeto: “Generalmente estos elementos emergen como temas en lugar que como eje central de la historia, pero pueden conducir al resumen del tema. Tal vez, si la historia es una narrativa, puede dividirla en introducción, desarrollo y desenlace. La historia del Flautista de Amelín podría resumirse de la siguiente manera: las ratas invaden la ciudad, la ciudad contrata a un cazador de ratas, el cazador de ratas mata a las ratas, la ciudad traiciona al cazador de ratas, el cazador de ratas se roba a los niños. Moraleja: cumpla su palabra o los flautistas se cobrarán venganza”.
Cuéntele su historia a alguien. Si le cuesta encontrar el foco de la historia pude resultarle útil contarle a alguien el tema de la nota. Para algunas personas, las conversaciones son buenas para concentrarse en un tema puntual y lograr capacidad de síntesis. DeSilva propone la prueba de la parada de ómnibus: “Suponga que usted se encuentra en la parada del ómnibus y alguien desde arriba de un ómnibus abre la ventanilla y le grita: ‘¿de qué se trata la historia que está escribiendo?’. El ómnibus arranca y empieza su marcha lentamente. ¿Qué le respondería a esta persona?”.
Encuentre la sorpresa. ¿Hubo algo que lo haya sorprendido mientras buscaba información para la nota? Quizás ése deba ser el foco de la historia.
Identifique la emoción. Luening le pregunta a los redactores, “¿Dónde se oculta la emoción? De la misma forma en que lo expresa un amigo, ¿cuál es el núcleo emocional de lo que han descubierto?”
Utilice los elementos de la historia. Puede encontrar el foco de la historia si identifica sus elementos más importantes. Debe establecer si la trama es lo más importante, o si lo es el personaje, el contexto, el tema o el conflicto que presenta el artículo.
Organice la información. Identifique los puntos más importantes de su historia y la información que sostiene dichos puntos con mayor claridad. Esto debería consistir en el corazón de la historia y en muchos casos debería comprender a la historia en su totalidad. Si identifica tres o cuatro puntos, probablemente sean demasiados. Un resumen puede que lo ayude a organizar la información.
Escriba sin utilizar sus apuntes. Si ha investigado correctamente, y si ha estado pensando en el artículo, usted tiene una gran parte de la historia en su mente. Usted sabe cuáles son los puntos más importantes. Seguramente recuerda las contradicciones vergonzosas, las citas interesantes, la evidencia irrefutable. Por esta razón debería escribir el artículo sin la distracción que provocan la montaña de papeles, fotocopias y faxes. Algunas veces resulta contraproducente consultar los apuntes porque pueden desviarlo del eje central de la historia. De todas formas, es evidente que cuando termine de escribir debe consultar los apuntes para verificar la exactitud de los comentarios expresados por las fuentes. Cuando repase sus apuntes, probablemente encuentre algo que no incluyó en el artículo, pero si se olvidó de hacerlo seguramente fue porque dicha información no era tan relevante.
Tenga presente cuál será el final de la historia. Decida dónde quiere que termine el artículo. Mientras escribe tenga presente el final de la historia y utilice información y anécdotas que lo lleven hacia ese final a través del camino más directo.
Identifique y evite los desvíos. Los desvíos son comunes en las historias extensas. Le dedicará demasiado tiempo a la verificación de datos o respuestas. Es probable que como reportero deba tener que acostumbrarse a estos desvíos, pero como redactor debe asegurase que el lector no desvíe su atención del tema en cuestión. Intente que la historia sea directa, y presente una estructura armoniosa entre el comienzo y el final. No incluya variaciones que no son parte de la esencia de la historia. No intente utilizar toda la información que contiene su libreta de apuntes, el hecho que usted haya recabado un dato en particular no significa que tenga compartirlo con los lectores. Incluya solamente los hechos que ayudan a contar la historia. Quizás le dedicó demasiado tiempo a un aspecto que finalmente no era importante. No se detenga demasiado en estos puntos, si bien el hecho puede ser importante, no es trascendente explicarle al lector cómo obtuvo tal información. Concéntrese exclusivamente en los hechos. Algunas veces sucede que uno se detiene a describir una anécdota ocurrente o intrigante que no se relaciona directamente con la historia, pero uno lo hace porque simplemente está encantado con ella. Quizás debe incluir tal información en una columna lateral, o quizás simplemente deba contentarse por compartirlo con su editor o un colega. Si se trata de algo que lo distrae del eje central de la historia, intente dejarlo fuera de la misma.
Sea exigente. Utilice únicamente la mejor información, las mejores ilustraciones, los mejores ejemplos y las mejores citas. Cuanto mayor sea su exigencia en torno al contenido de la historia, mayor será la precisión y solidez de la historia. Algunos reporteros creen que las historias buenas son solamente las extensas. Indudablemente, una historia extensa y compacta tiene mayor profundidad y sustancia que una historia compacta pero breve. No obstante, si incrementa sus criterios de evaluación en cuanto a la calidad de la historia, y sólo incluye el mejor material disponible, seguramente obtendrá un artículo excelente de una extensión moderada.
Tómese el tiempo necesario para rescribir
Los mejores resultados para obtener una historia sólida y compacta se obtienen mediante la reescritura. Los consejos que se describen a continuación son técnicas aplicables a casi todas las clases de artículos:
Lea en voz alta. La lectura en voz alta ayuda a identificar aquellas oraciones inconsistentes y todo elemento que evidentemente debe ser eliminado o resumido. También ayuda a identificar las oraciones extensas.
Verifique cada oración. Luego de haber finalizado, examine cada frase y observe si se puede eliminar una palabra o directamente una frase sin alterar el significado.
Utilice palabras concretas y justifique el texto. Si piensa haber terminado la historia y el editor le dice que debe hacerle algunos recortes, trate de encontrar palabras más concretas y justifique el texto. Después trate de identificar párrafos que tengan sólo una o dos palabras en la última oración. Determine si puede recortar una o dos palabras de dichos párrafos. Si puede hacerlo sin dañar el contenido de los mismos, considere tomarlo como una rutina, más allá de justificar el texto o cambiar las palabras.
Reduzca el uso del verbo “haber”. Prácticamente cada frase que contenga conjugaciones del verbo “haber” puede tornarse más sólida (incluso más corta) si la rescribe sin derivaciones de dicho verbo. Este uso fusiona al verbo más débil del idioma inglés con palabras inconsistentes y vagas que disminuyen la relevancia del sujeto. Evite las siguientes formas: hay, hubo, hubieron, habrá, podría haber sido. Si usted tiene la tendencia de hacer esto, luego de finalizar el artículo realice una búsqueda exhaustiva del verbo “haber” y efectúe las modificaciones necesarias.
Minimice el uso de la tercera persona del verbo “ser”. Nuevamente, usted está combinando un verbo endeble con una palabra vaga, especialmente si no existe ningún antecedente. Los ejemplos serían los siguientes: es difícil, es fácil, es importante. Diga directamente lo que es fácil, difícil o importante.
Desafíe el uso del verbo “ser”. Es, son, soy, fue, fueron, han sido y siendo, son conjugaciones endebles del verbo “ser”. Algunas veces el verbo “ser” es el más preciso de todos los verbos. No puede y no debería eliminar todos los usos de este verbo. No obstante, debería siempre intentar encontrarle un sustituto. Determine si puede encontrar un verbo más sólido. Puede que esto no reduzca la cantidad de las palabras pero fortalece las palabras que usted utiliza.
Desafíe el uso de cualquier verbo frágil. Siempre que encuentre verbos tales como hacer, tener, o conseguir, vea si puede sustituirlos por verbos más sólidos. Esto no significa utilizar sinónimos de estos verbos, como ser obtener en lugar de conseguir o poseer en lugar de tener. Intente comunicar el mismo concepto de la oración mediante el uso de un verbo más sólido. Nuevamente, es probable que ahorre palabras, pero si puede fortalecer el sentido de las mismas, logrará que su historia sea más compacta.
Escriba con verbos activos. Los verbos activos no sólo fortalecen el sentido de sus oraciones, sino que también ayudan a abreviarlas. Los verbos pasivos por lo general requieren del uso de un número mayor de palabras. El sujeto de la oración debería ser el eje de la acción. Algunas veces (especialmente si detecta la presencia de “por” en la oración) puede simplemente dar vuelta la oración: “La condena fue anulada por una apelación judicial”, se tornaría: “Una apelación judicial anuló la condena”. Otras veces, usted se encuentra frente a una oración que contiene el sujeto adecuado pero necesita elegir un verbo activo:”Mike Fahey fue declarado ganador de las elecciones municipales el pasado martes”, se tornaría: “Mike Fahey ganó las elecciones municipales el pasado martes”.
Sustituya las frases con palabras. Observe las frases de su artículo e intente reducirlas a una simple palabra: “casi nunca” se puede modificar por raramente.
Elimine las palabras imprecisas. Es poco común que encuentre una oración optimizada por el uso de la palabra “muy”. Vea si encuentra otras palabras tales como, “muchos” e intente eliminarlas o remplazarlas.
Reduzca el uso de adverbios. En lugar de usar un verbo modificado por un adverbio, vea si puede usar un verbo más preciso que no necesite ser modificado: correr en lugar de caminar rápidamente.
Reduzca las atribuciones. Si sabe que algo es verdad, no necesita atribuírselo a una fuente. Algunas veces puede condensar las atribuciones con introducciones y viñetas. Si el contexto ilustrado antes de la cita, especialmente en los primeros párrafos, representa al interlocutor con claridad, es posible que no sea necesario incluir después la expresión “dijo”.
Evite el uso de palabras sofisticadas. No emplee la palabra utilizar cuando no dice más que la palabra usar. No escriba aproximadamente cuando puede decir alrededor. No escriba adquirir cuando puede expresar lo mismo con el verbo comprar.
Parafrasee las citas. Muchas fuentes se expresan con palabras confusas o propias del lunfardo que los reporteros no pueden utilizar en sus artículos. Sea exigente con las citas. Si no comunican opiniones fuertes o emociones, probablemente usted puede decirlo mejor (y de forma más compacta también) que el interlocutor. Si la fuente utiliza palabras del lunfardo que usted no emplearía a la hora de la redacción o que los lectores no usarían en una conversación, entonces interprete los comentarios de las fuentes y parafrasee con sus propias palabras.
Sintetice las frases. Cuando encuentre una frase que enlace varias preposiciones u oraciones consecutivas, considérelo como una invitación para sintetizar. Intente combinar o eliminar ciertas oraciones. Una frase que modifica un sustantivo quizás pueda ser remplazada por un adjetivo. Quizás simplemente necesite dividirla en dos o tres oraciones.
Diga lo que es y no lo que no es. No puede siempre hacer esto. Algunas veces debe decir lo que no es. Sin embargo, a menudo puede fortalecer y abreviar las oraciones si dice lo que es en lugar de lo que no es.
Evite el uso de “pero” e “y”. Algunas veces los redactores utilizan innecesariamente como transición “pero” e “y” para comenzar otra oración. Si la oración no colisiona con la anterior, el uso de “pero” es inapropiado e innecesario. “Y” es por lo general una transición innecesaria. El simple hecho de advertir que el artículo continúa, le da la pauta al lector de que usted tiene más para decir. Las otras palabras que son utilizadas en exceso en el idioma inglés y pueden ser eliminadas son: “que”, “el”, “la”, “los”, “las” y “un” o “una”. A menudo es necesario el uso de estas palabras, pero otras veces suenan extrañas.
Detecte las palabras redundantes. La palabra “antiguamente” en inglés no es necesaria cuando se está escribiendo en tiempo pasado. “Actualmente” o “ahora” en inglés no son palabras necesarias en tiempo presente.
Detecte aquellos hechos que sean redundantes. Advierta citas o ejemplos que establecen el mismo concepto más de una vez.
No introduzca el contenido de las citas. ¿Le ha adelantado a los lectores el contenido de una cita? Quizás este sea un buen lugar para sintetizar la información.
No debe citar a todos los entrevistados. ¿Las citas que ha incluido contribuyen a comunicar un concepto o idea en particular? ¿Representan un anticipo de la historia? Si simplemente está citando a alguien porque habló con él, no es necesario que lo cite si dicha información o comentario no es crucial para el artículo.
¿Cuál es el tema de la historia? Luego de haber concluido su primer borrador, pregúntese nuevamente cuál es el tema central de la historia. Algunas veces su visión puede cambiar a medida que progresa o realiza modificaciones en la redacción. Luego pregúntese si el encabezado es un fiel reflejo del contenido de la nota. De no ser así, debe determinar si ha perdido la noción sobre cuál es el eje central de la historia, lo cual significaría rescribir el cuerpo del artículo para respetar la esencia del encabezado, o si ha comprendido de mejor manera la historia a medida que avanzó en la instancia de redacción, lo cual significaría rescribir el encabezado para reflejar una nueva interpretación del contenido de la nota.
Recursos para incrementar el poder de síntesis narrativa
American Copy Editors Society: http://www.copydesk.org/words/
"Writing tighter while writing well" de Laurie Hertzel:
http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/Write/tight2.asp
"Last-minute strategies for improving your copy" de Jack Hart:
http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/Write/last.asp
"Writing is rewriting" de Kevin McGrath:
http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/Write/rewrit.asp
"The greatest writing tips the world has ever seen" de
John Hatcher:
http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/WriteARC/23tips.asp
"Journalists need to recalibrate their jargon detectors" de Joe Grimm:
http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/WriteARC/jargon.asp
"There is no ease in journalese" de
Joe Grimm:
http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/WriteARC/nalese.asp
"Questions focus stories" de Matt Helms:
http://www.freep.com/jobspage/academy/NWWhelms.htm
"Writer, edit thyself" de John Christie:
http://www.freep.com/jobspage/academy/selfedit.htm
"Writing short, writing well in a 50-inch web world" de Chip Scanlan:
http://poynter.org/content/content_view.asp?id=4454
"Write Good and Short" de Roy Peter Clark:
http://www.poynter.org/content/content_view.asp?id=4907
"Surgery Without Pain: A Tale of Revision" de Chip Scanlan:
http://poynter.org/column.asp?id=52&aid=11693
"Thirty Tools for Writers" de Roy Peter Clark:
http://poynter.org/content/content_view.asp?id=707
"The Power of Brevity" de Chip Scanlan:
http://poynter.org/column.asp?id=52&aid=32066