Como estudiante de periodismo, puede que ya sepas escribir, entrevistar y hacer fact-checking, pero no necesariamente cómo convertir esas habilidades en una carrera profesional. Y es normal. Aprender el oficio es una cosa; encontrar tu lugar en el sector es otra.
Las prácticas o pasantías son una forma habitual de aprender cómo funcionan las redacciones y de publicar, pero las oportunidades no son muchas, y a veces requieren mudarse o trabajar por poco dinero. Y con la reducción de los puestos permanentes en las redacciones, el camino hacia la profesión ya no es tan sencillo como antes.
Por eso trabajar como freelance puede ser una forma práctica de abrirse camino o de explorar los formatos y temas que más te gustan.
Los freelancers suelen colaborar con distintos medios sin formar parte del staff. Se te ocurre una idea, se la envías a un editor y, si le interesa, te encargará el artículo y te pagará por él. No hay contrato laboral, así que tú gestionas tu horario y tu carga de trabajo.
Si sabes detectar una buena historia que resuene en el público, puedes trabajar por cuenta propia desde cualquier lugar, incluso sin contactos previos en los medios. Así empecé yo hace más de 10 años. A continuación, algunas cosas que he aprendido en el camino y que pueden ayudarte a iniciar tu carrera como freelance.
Empieza con una idea fuerte
No hace falta una primicia increíble. Las grandes historias pueden empezar con algo que hayas observado en tu comunidad o con una pregunta oportuna que valga la pena explorar.
Lo importante es tener una idea concreta, no solo un tema general. Por ejemplo, en lugar de escribir sobre la salud mental de los estudiantes, podrías escribir sobre los modelos de apoyo a la salud mental dirigidos por estudiantes en las universidades.
Los editores prefieren una propuesta única y bien desarrollada a una lista de opciones dispersas, así que limítate a una idea por vez y asegúrate de que vaya más allá de las noticias de última hora o los anuncios que la redacción ya esté siguiendo.
Puedes destacarte ofreciendo cubrir temas para los que la redacción no tenga tiempo, acceso o experiencia. Una forma de conseguirlo es desarrollar un nicho. No es esencial, pero la experiencia en un tema determinado puede ayudarte a encontrar nuevos ángulos. Yo empecé escribiendo sobre arte, basándome en mi formación en historia del arte, luego pasé al género y finalmente me extendí a temas más amplios.
Envía una buena propuesta o pitch
Un pitch es un correo electrónico breve y profesional en el que presentas tu idea a un editor y propones reportearla para su medio.
El asunto del correo debe ser simple, como “Pitch” o "Propuesta". Suma también un título provisional para tu artículo, e incluye:
- Un buen enfoque o encabezado: demuestra que tu idea está bien definida. Si no puedes escribir un encabezado, es posible que tu pitch sea demasiado amplio.
- Por qué ahora: explica la relevancia de tu propuesta. ¿Está relacionada con un evento actual, una tendencia o un contexto estacional?
- Un resumen: unas pocas líneas sobre qué reportearías, cómo lo abordarías y por qué es relevante para la audiencia. Si cuentas con algo único —acceso, experiencia vivida, conocimiento especializado—, menciónalo.
- Fuentes potenciales: se espera que sugieras a quiénes entrevistarías. No necesitas dar nombres, solo un plan para contactar a las personas adecuadas.
- Enlaces a trabajos previos: no te preocupes si aún no tienes publicaciones tradicionales. Puedes enlazar un artículo estudiantil, una entrada de blog o un boletín para mostrar tu estilo de escritura.
A menos que el medio solicite un borrador completo —generalmente en el caso de ensayos u opiniones—, siempre presenta tu idea primero para que el editor pueda ayudarte a darle forma al texto. Para inspirarte, puedes consultar ejemplos en Journo Resources y The Open Notebook (en inglés).
Encuentra al editor adecuado
Una vez que preparaste tu propuesta debes decidir dónde enviarla.
La mayoría de las publicaciones tienen una lista de contactos en su sitio web. Algunas tienen guías para el envío de propuestas o correos electrónicos específicos. Si no es así, busca redactores jefe, directores o editores de sección (de artículos, cultura u opinión), no periodistas, y revisa sus biografías en las redes sociales en busca de direcciones de correo electrónico.
Explora las convocatorias abiertas en Bluesky, LinkedIn o X para saber qué medios está aceptando propuestas.
Si no recibes respuesta en un plazo de siete a 10 días, no pasa nada si envías un breve y cortés mensaje de seguimiento. No te lo tomes como algo personal. Los editores están ocupados y puede que tu idea no sea la adecuada. Pero puedes presentarla en otro sitio.
Expectativas claras
Si tu propuesta es aceptada, el editor te dará un plazo de entrega, el número de palabras o caracteres y los honorarios. Si falta algo, no dudes en preguntar.
La historia puede cambiar ligeramente con respecto a la idea original: debes estar abierto a sugerencias, pero di lo que piensa si algo no está claro o no va por buen camino.
Algunas publicaciones envían un acuerdo de colaboración; otras confirman los detalles por correo electrónico. En cualquier caso, asegúrate de que estás de acuerdo en lo que vas a entregar, cuándo, cuánto te pagarán y cuándo.
Construye relaciones
Una carrera sostenible como freelancer depende de la constancia. El cumplimiento de los plazos, la capacidad de respuesta y la entrega de textos limpios ayudan mucho. Si vas a retrasarte, avísalo cuanto antes. Demuestra profesionalidad.
Cuando recién empezaba, quedaba siempre en contacto con los editores que me habían dado mis primeras oportunidades. Aprovechando esas relaciones, en lugar de buscar firmar en varios medios, empecé a recibir encargos sin necesidad de presentarlos.
No es necesario establecer una red de contactos en el sentido tradicional. Me limité a enviar ideas y a intentar ajustarme a las expectativas de los editores.
Súmate a una comunidad
Una de las mejores cosas que puedes hacer desde el principio es relacionarte con los demás.
No subestimes a tus pares. Tus compañeros de hoy pueden ser editores mañana. Comparte recursos, intercambia oportunidades y apóyense mutuamente. Muchas de las cosas más útiles que he aprendido provienen de conversaciones con otros periodistas.
Formar parte de una comunidad también facilita la gestión del rechazo: vas a darte cuenta de que todo el mundo es rechazado más de una vez.
Consulta grupos online como Freelancing for Journalists or The Society of Freelance Journalists. No tienes por qué resolverlo todo por tu cuenta.
Foto de Charlotte May vía Pexels.