Freelancers francesas forman un colectivo de periodismo feminista

por Clothilde Goujard
Nov 14, 2018 en Freelancing
Women work together

Audrey Lebel dejó hace poco su trabajo full-time en una redacción para convertirse en freelancer full-time. Aunque sabía que la decisión traería sus dificultades, quería tener más libertad para centrarse en las historias que le interesaban. Y, al poco tiempo, descubrió que el trabajo independiente no era tan aislado ni competitivo como esperaba.

Mientras buscaba un espacio compartido de oficina, encontró algo mejor: un equipo de freelancers que compartían sus valores personales y periodísticos.

Lebel se unió a Judith Duportail, Cerise Sudry-Le Dû y Pauline Verduzier en su nuevo colectivo periodístico Journalopes, que puede traducirse, en inglés, a Journo-bitches.

El colectivo no solo comparte una oficina en París, sino también valores de solidaridad y comunidad, y trabaja en temas relacionados con los derechos de las mujeres y los derechos humanos.

"Es un estado de ánimo compartido. Es amabilidad, sororidad, ayuda mutua, compartir contactos, aconsejarse y apoyarse cuando un editor no ha respondido, ha rechazado una propuesta o quiere que revisemos una historia", explica Lebel.

En los últimos dos años llegaron nuevos miembros y el equipo ahora tiene seis mujeres, lo que Lebel considera un número práctico para un grupo que desea permanecer cohesionado y manejable. Duportail y Sudry-Le Dû se mudaron recientemente, a Berlín y Estambul respectivamente, pero las redes sociales las ayudan a permanecer estrechamente conectadas.

Las periodistas se ponen al día a diario en un grupo privado de Facebook y tienen un grupo de WhatsApp en el que mezclan conversaciones personales y profesionales. Cada mes organizan una reunión en Skype donde hablan sobre su trabajo en curso e ideas para proyectos futuros.

Si bien todas cubren los derechos de las mujeres, han cultivado una experiencia en diferentes temas, incluyendo redes sociales, la intimidad y los derechos de las mujeres en diferentes regiones del mundo.

Lebel dice que rara vez hay competencia, y siempre que surge una tensión en el equipo se comunican de inmediato. En lugar de generar problemas, su fuerte identidad les ha permitido llegar a ser más conocidas, y promueven el trabajo del grupo a través de sus redes sociales colectivas.

"Hemos ganado visibilidad porque tras dos años estamos claramente identificadas como un colectivo feminista y femenino que cubre temas sociales relacionados con los derechos de las mujeres en Francia y el extranjero", dice Lebel.

Las periodistas se apoyan mutuamente en los fracasos y los rechazos, pero también celebran los éxitos de las demás, lo que aumenta la confianza del equipo. El año pasado, por ejemplo, Lebel reporteó desde Ucrania.

"No creo que me hubiera ido a vivir a Ucrania sin las Journalopes", dice Lebel. "Ellas me demostraron que podía hacerlo".

Mientras estuvo allí Lebel nunca se sintió sola; incluso se ha sentido más segura por ser parte del colectivo. Cada vez que una miembro va a una zona de conflicto, comparte sus números locales con el resto del grupo, así como los de su fotógrafo y fixer.

"El grupo tiene nuestra agenda, incluidos los días y los lugares donde planeamos estar", cuenta Lebel. "Es una ventaja increíble".

Cuando Journalopes acababa de nacer, sus miembros ya tenían claro que no querían ser amigas sino compañeras de trabajo, pensando que mezclar trabajo y amistad no sería eficiente ni productivo. Sin embargo, a través de sus experiencias compartidas, se acercaron y ahora se consideran una familia. Durante su reunión mensual de Skype, hablan sobre trabajo, pero suelen terminan compartiendo temas personales.

"Como en cualquier colectivo, redacción o equipo, hay tensiones, pero sabemos cómo manejarlas", dice Lebel. "Con Journalopes todas hemos encontrado lo que queríamos, y estar juntas es una verdadera fortaleza”.


Imagen con licencia CC en Unsplash, vía Mimi Thian.