Exíjale más a sus artículos

por Anonymous
Oct 30, 2018 en El ABC del periodista

Rescriba para darle a sus historias un final magistral

 

 William Forrester, el novelista ficticio de la película “Finding Forrester”, aconsejaba lo siguiente: “El primer borrador se escribe con el alma, las correcciones se escriben con la cabeza”.

 

Roy Peter Clark, del instituto Poynter recomienda: “Limite su poder de autocrítica cuando comienza a escribir las historias, libérelo luego en la instancia de revisión”.

 

El novelista Alan Gurganus dice, “Escribo para poder releer el texto”.

 

Chip Scanlan sugiere que los redactores “reduzcan sus estándares” para evitar cualquier bloqueo. En la etapa de revisión es cuando uno debe ser exigente. Exija el máximo de sus artículos en esta etapa. Incluso si ha escrito un borrador excelente, sea aún más exigente. La revisión y reescritura convierten a una buena redacción en una redacción excelente y a una redacción excelente en la mejor redacción.

 

Técnicas generales para la revisión

 

Estas técnicas no funcionan para todos los redactores, y usted no podrá hacer uso de todas ellas en cada historia. Intente aplicarlas en varios artículos y utilice las sugerencias que se adapten de mejor manera en una determinada situación.

 

  • Comience a escribir con anticipación. La revisión no es algo que tome lugar al final del proceso de redacción. La revisión es el proceso de redacción. Mientras que realiza las entrevistas e investiga, comience a escribir el artículo. Esto le permite escribir mientras que el material está fresco y le ayuda concentrarse en el trabajo restante. También le brinda mayores oportunidades para pulir la redacción. De esta manera puede ser que para cuando termine la historia, tenga en su poder dos o tres encabezados, ya que el encabezado final puede ocurrírsele recién cuando esté realizando una de las últimas entrevistas o cuando alcance una perspectiva global de la historia que no era posible tener al comienzo. Pero debe preguntarse si escribir tres o cuatro párrafos con el mismo cuidado y pulido del encabezado puede perjudicar a la historia.

  • Revise cada vez que escriba. Cada vez que escriba un artículo, léalo y revise lo previamente escrito. Esto ayuda a pulir el texto. Asimismo ayuda a detectar inconsistencias y actualizar la información. Lo ayuda a impulsar la nueva instancia de redacción.

  • Lea en voz alta. Lea la historia en voz alta. Esto le dará la noción adecuada para establecer el ritmo, la voz y marcar las pausas en su artículo. Lo ayudará a identificar aquellos pasajes que necesiten mayor atención a la hora de la reescritura.

  • Tómese un descanso. Si el tiempo se lo permite, guarde el artículo por un rato (una hora, un día) cuando crea haber terminado. Luego retómelo, léalo nuevamente, y lime las asperezas restantes.

  • Lea su ejemplar luego que haya sido editado. Después que el editor finalice de revisar su artículo, léalo nuevamente. Si no entiende alguno de los cambios realizados, pregúntele qué ha ocurrido (para aprender, no para discutir). Si no está de acuerdo, entonces defienda su posición con los debidos argumentos. No obstante, si su redacción no fue correctamente interpretada, ¿le va a explicar a cada lector por qué la historia tiene sentido? Las probabilidades indican que si su enfoque no le ha parecido coherente al editor (quien debe leer el artículo), seguramente el lector no se sienta interesado por su nota. Si no le convencen las observaciones realizadas por el editor, intente entonces establecer un tercer enfoque para ver si logra obtener lo que esperaba la primera vez, y contemple las apreciaciones expresadas por su editor.

  • Dedíquese exclusivamente a revisar un aspecto en particular. Una vez que haya terminado, concéntrese exclusivamente en algún aspecto de la redacción que quiera mejorar: las características de los verbos, el uso de las citas, la descripción, etc.

 

Plantéese preguntas claves

¿Cuál es el tema de la historia? Luego de haber concluido su primer borrador, pregúntese nuevamente cuál es el tema central de la historia. Algunas veces su visión puede cambiar a medida que progresa o realiza modificaciones en la redacción. Luego pregúntese si el encabezado es un fiel reflejo del contenido de la nota. De no ser así, debe determinar si ha perdido la noción sobre cuál es el eje central de la historia, lo cual significaría rescribir el cuerpo del artículo para respetar la esencia del encabezado, o si ha comprendido de mejor manera la historia a medida que avanzó en la instancia de redacción, esto significaría rescribir el encabezado para reflejar una nueva interpretación del contenido de la nota.

 

¿Qué es lo que quiere el lector? Imagínese quién leería la historia. ¿Se ajusta al perfil de su público lector? ¿Asume que el lector tendrá el conocimiento necesario como para entender todo el contenido de la historia? ¿Contiene mayor información referente a los procesos y a la información interna que la que querría el lector? ¿Tiene la historia el suficiente atractivo como para seducir al lector a que lea otras historias referentes al mismo tópico? ¿Piensa que el lector le comentará el artículo a sus familiares o amigos? Si piensa que será así, ¿qué aspectos remarcaría? ¿Su redacción resalta tales aspectos relevantes? ¿El artículo le explica al lector por qué el tema en cuestión es importante para él? De no ser así, ¿debería explicárselo?

 

¿Cuál es la noticia? Pregúntese cuáles son las noticias. ¿Están destacadas debidamente en el artículo? Es fácil perder de vista a las noticias cuando uno se encuentra concentrado para escribir un encabezado original. Por lo tanto, esto es algo para tomar en cuenta luego de haber culminado la historia. Quizás pueda probar mediante la redacción del titular de la historia. Si se está basando en el sexto párrafo o en algún pasaje sobresaliente del texto para escribir el titular, pregúntese si ese no debería ser el encabezado.

 

Cuestione su trabajo

 

Una de las técnicas de revisión importantes es cuestionar al primer borrador. Considere varios aspectos del mismo y vea si algunos cambios lo favorecerían. Algunas veces cuando uno se cuestiona el trabajo realizado pueden surgir mejoras importantes, y puede aumentar su confianza en cuanto al abordaje original.

 

Escriba un encabezado alternativo. Una vez que haya finalizado el borrador, considere establecer otro enfoque. Escriba un encabezado, o quizás un párrafo inicial diferente para poder contemplar otro abordaje. Si éste resulta ser mejor que el original, logrará mejorar la calidad de la historia. Si el original es mejor, este ejercicio aumentará su confianza en cuanto a la redacción del artículo. Realice esta práctica incluso cuando el encabezado sea de su agrado.

 

Intente burlarse del encabezado. ¿Ha escrito algo obvio que posiblemente le causará gracia a los lectores? ¿El encabezado está compuesto por términos yuxtapuestos de forma absurda o contradictorios? Si conoce a algún colega que suela reírse de este tipo de errores, pídale que lea el articulo con antelación. Si no le dice nada al respecto por lo menos sabrá que él no se reirá de su historia.

 

No se pierda en el proceso. En muchas crónicas, particularmente las de corte político o judicial, los reporteros deben aprender y comprender varios procesos. Algunas veces el reportero pierde perspectiva y piensa que la importancia del proceso tiene las mismas connotaciones para los lectores que para las fuentes. Los lectores se preocupan más de los resultados. Una vez que haya finalizado una historia que comprende varios procesos, examine cuán sólido ha sido su enfoque en tal proceso y determine si el mismo es apropiado. Si el encabezado se centra en el proceso o incluye algunos detalles del mismo, considere si no sería mejor concentrarse en los resultados.

 

Examine cada oración. Cuando crea haber terminado, examine cada oración del texto. En cada frase determine si puede eliminar alguna palabra sin alterar el significado. Vea si puede remplazar una oración con otra más breve o directamente con sólo una palabra. Esto es especialmente importante si la historia es más larga que lo aconsejado por el editor. Esta clase de síntesis puede simplificar notoriamente la extensión de un artículo y la dinámica que le brinda puede contribuir para que el editor finalmente decida otorgarle más espacio.

 

Examine cada palabra. Quizás no pueda hacer esto en todas los partes del artículo, pero practíquelo con el encabezado y con los pasajes sustanciales. Por más breve que sea el encabezado, considere si puede abreviarlo. Si tiene más de treinta palabras es definitivamente demasiado largo. Un encabezado de esas características debe fluir armoniosamente, y es difícil que un encabezado tan largo pueda conseguir eso. Intente escribir un encabezado de 10 palabras como máximo. Quizás no pueda hacerlo para esta historia en particular pero siempre es bueno intentarlo. Si el encabezado tiene más de veinte palabras, contemple cada parte del mismo y evalúe si dicha información no podría constituir el primer párrafo del artículo.

 

Examine los verbos. ¿Está usando verbos sólidos?¿Están conjugados en voz activa? Nunca utilice la forma “ser o estar” (to be) sin probar antes algunas alternativas. Algunas veces, es el verbo adecuado, pero pruebe si alguna otra funciona mejor. Analice y trate de sustituir verbos tales como, tener (to have), hacer (do) y conseguir (to get).

 

Examine las preposiciones y las conjunciones. Identifique las frases que contengan preposiciones, especialmente en el encabezado, y considere si la información que brindan justifica la suma de palabras. Determine si pueden ser remplazadas por un adjetivo o un adverbio. Si una frase contiene un “pero” o un “o”, considere si no puede dividirla en dos oraciones.

 

Examine los adjetivos y los adverbios. Considere si las oraciones tendrían mayor fuerza sin cada adjetivo y adverbio. Pregúntese qué es lo que aportan. ¿Puede eliminarlos usando un verbo o sustantivo más específico?

 

Analice las oraciones. ¿Puede eliminar una oración sin perjudicar el contenido de la historia?¿Puede remplazar una frase con una única palabra?

 

Utilice sus herramientas

Utilice la computadora. Use los programas informáticos para controlar la gramática y la ortografía. Es posible que no detecten ningún error, pero si lo hacen se alegrará por ello. No hay excusas para justificar errores que podrían haber sido detectados hasta por una computadora. Y por favor, no cambie todo lo que la computadora le indica, asegúrese que se trata de un error.

 

No confíe obsesionadamente en las computadoras. Edite y escriba nuevamente el texto en otro lugar tan rigurosamente como si lo estuviera haciendo en la computadora. Los programas informáticos no detectan todos los errores gramaticales u ortográficos. Algunas palabras consonantes en su morfología no son detectadas por los programas de corrección.

 

Utilice los manuales de estilo. Si bien puede pensar que todo el contenido es homogéneo en cuanto al estilo, verifique por lo menos una o dos cosas mientras que realiza la revisión del texto para estar seguro. Si detecta algún error continúe verificando que lo demás está correctamente escrito. Cuando encuentre un error de estilo apúntelo para tenerlo presente en el futuro.

 

Utilice el diccionario. Por lo menos consulte una palabra en el diccionario mientras que realiza la revisión del texto. Si bien usted puede estar seguro de la ortografía y significado de dicha palabra, puede aprender otra acepción de la palabra, lo cual puede llevarlo a utilizar otra palabra. Verifique por lo menos una palabra en el diccionario del programa informático. No obstante, verifique el significado de esta palabra en el diccionario para tener certeza de que su significado es el que usted estaba buscando.

 

Listas de verificación

 

No tendrá el tiempo suficiente para verificar todos estos puntos, pero por lo menos corrobore uno o dos cada vez que realice la revisión del texto. Cuando identifique algún aspecto que denote fragilidad, contrólelo de ahí en más cada vez que realice una revisión.

 

Evite el uso de frases débiles. Si está utilizando frases débiles tales como “hay” o “es”, evalúe si puede reemplazarlas con verbos y sujetos más sólidos y específicos. Estas frases combinan los verbos más débiles del idioma inglés con pronombres inconsistentes, las cuales a menudo sustraen los sujetos de las oraciones.

 

Intente que sea simple. Pregúntese si no está incluyendo demasiada información en el encabezado. ¿Está respondiendo las cinco preguntas clásicas a la vez cuando podría esperar hasta llegar al segundo o tercer párrafo? No trate de comprimir todo en el encabezado.

 

Establezca un único concepto. ¿El encabezado comprende varios puntos? Si es así, quizás todavía no haya definido cuál es el tema central de la historia. Determine cuál es el punto más importante y escriba un encabezado que establezca un único concepto.

 

Reduzca la puntuación. La mayoría de los mejores encabezados tienen un solo signo de puntuación, el punto y aparte. Observe la presencia exagerada de otros signos de puntuación. Intente escribir una oración con sólo una coma como máximo. Si el encabezado tiene muchos signos de puntuación, léalo en voz alta para determinar si es convulsivo o armonioso.

 

Minimice las atribuciones. Las atribuciones extienden la longitud de las oraciones y de la misma forma las vuelven inconsistentes. ¿Puede establecer un concepto con información factual en lugar de atribuírsela a una fuente? Si no es así, quizás deba reforzar sus reportajes para escribir con mayor propiedad. ¿Puede escribir una atribución general para compendiar varios párrafos en lugar de repetir la expresión “dijo” en cada uno de ellos? Intente que la atribución sea mínima especialmente cuando se trata del encabezado.

 

Elimine los números. Si utiliza números en el encabezado, el impacto debe ser trascendente y el significado y conexión inmediata de los mismos se debe justificar claramente. Si el lector debe detenerse y estudiar los números, esto demuestra que los mismos no deberían estar incluidos en la historia, especialmente en el encabezado. Determine si debe utilizar una gráfica o por lo menos una mejor explicación sobre el significado y relación de los números con el contenido de la historia. Si está utilizando más de tres números en un párrafo, examine tal párrafo con sumo cuidado.

 

Una evasiva es suficiente. Si ha incluido en el contenido central del encabezado expresiones tales como “puede que” o “podría”, pregúntese si realmente es necesario añadirle atribuciones. Primeramente, considere si puede escribir una declaración con mayor impacto, o al menos considere si puede evitar el uso de atribuciones.

 

No exagere con los detalles. Un detalle relevante puede fortalecer el encabezado, pero muchos detalles pueden asfixiarlo de información. Condense el encabezado desplazando los detalles que pueden esperar a ser incorporados más adelante. Raramente es necesario incluir conjuntamente el nombre y categorización de una persona en el encabezado. Si el nombre no es inmediatamente familiar para el lector, simplemente utilice aquellos datos que ayuden a identificarlo. Si se trata de un individuo común, incluya solamente su nombre y explíquele al lector quién es esta persona.

 

Uso de clichés. Esté alerta de los clichés que se presenten en su texto.

 

Diga lo que es, no lo que no es. Algunas veces debe decirle al lector lo que no es, pero usualmente debería decirle lo que es. Si una oración, especialmente el encabezado, posee en su contenido un “no” o un “nunca”, considere si puede modificarlo para decir lo que es.

 

Golpee rápidamente. Examine las primeras palabras del encabezado. ¿Son sólidas? ¿Van al grano directamente? ¿Puede comenzar el encabezado con palabras claves para identificar inmediatamente el tema de la historia?

 

Concluya con solidez. Examine las últimas palabras de cada párrafo. ¿Son sólidas? ¿Transportan directamente al lector hacia el siguiente párrafo?

 

Esfuércese

 

La verificación de cada dato para asegurar la exactitud de los hechos es totalmente otro proceso, se trata de un tópico para otro taller y otro ensayo. Sin embargo, se merece un recordatorio ya que muchos redactores verifican la información y escriben simultáneamente. Verifique dos veces cada hecho, cada nombre, cada ocupación profesional, cada palabra, cada cifra, cada término matemático. Exíjase

 

Exíjase

 

Bob Baker, redactor de Los Angeles Times ofrece una última perspectiva en cuanto a la revisión:

 

Los redactores que usted admira, al igual que los grandes deportistas, se exigen hasta las últimas consecuencias. Si bien no se lastiman físicamente ni se despiertan con calambres al día siguiente, son concientes de la necesidad de revisar y rescribir una y otra vez, por lo menos una vez más de lo que ellos preferirían.

 

Es justamente en esta culminante, demoníaca, salvaje y autoexigente edición, cuando usted se obliga a leer una vez más el texto a efectos de lograr esa perspectiva global, lógica y secuencial que lo diferenciará del resto de sus colegas. Esto no suele ser una instancia entretenida, por lo general irrita, y algunas veces es percibida como una pérdida de tiempo. Si no experimenta estas sensaciones cuando realiza una última revisión y edición de su texto, debería examinarlo una vez más.

 

Esta disciplina de revisión exhaustiva comienza como la búsqueda para descubrir los excedentes del texto, digamos un último 5% de los sobrantes. No obstante, este hábito evoluciona hacia un plano más sofisticado, en el cual usted también comienza a afinar la historia para tornarla más expresiva y agresiva a la vez. Se dará cuenta que gradualmente utilizará enfoques más audaces para decir más en menos espacio y se dará permiso para decir las cosas de forma más directa, y no tan elípticamente como solía hacerlo.

 

Baker cita otros ejemplos relacionados en un ensayo referente a la revisión en la siguiente dirección electrónica: http://www.newsthinking.com/story.cfm?SID=117

 

Otros recursos para la revisión de textos

 

"Surgery Without Pain: A Tale of Revision", de Chip Scanlan:

http://poynter.org/column.asp?id=52&aid=11693

 

"Two Questions that Drive Revision", de Chip Scanlan:

http://poynter.org/column.asp?id=52&aid=11279

 

"Writer, edit thyself", de John Christie:

http://www.freep.com/jobspage/academy/selfedit.htm

 

"Thirty Tools for Writers", de Roy Peter Clark:

http://poynter.org/content/content_view.asp?id=707 

 

 

 Fuente: Steve Buttry, steve.buttry@owh.com, (+1 402) 444-1345, www.notrain-nogain.com; www.poynter.org/profile/profile.asp?user=1795