Ser freelancer es difícil. La rutina puede ser impredecible, poco confiable y, a veces, las cosas no se resuelven, incluso si has hecho todo bien.
Como editor de Smarter Living del The New York Times, la mayor parte de mi tarea consiste en trabajar con profesionales independientes. En un día tranquilo recibo una docena de propuestas para artículos en mi bandeja de entrada; en los días más agitados, casi 200.
Las miles de propuestas o pitches que he leído en los últimos años generalmente entran en una de las siguientes tres categorías: excelentes (muy pocos), algo con lo que podemos trabajar (una pequeña pero decente cantidad), y malos (todo lo demás).
Antes de continuar, vale la pena tener en cuenta que una mala presentación de una idea (pitch) no es lo mismo que una mala idea para una historia. Los pitches se rechazan por innumerables razones: lo enviaste al medio equivocado, al editor equivocado, en el momento equivocado, o tu idea no estaba bien desarrollada. Y en tiempos en que los medios están evolucionando hacia la narrativa digital, las publicaciones están cada vez más abiertas a las estructuras narrativas no tradicionales. Así que no tengas miedo de proponer cosas raras (yo, por mi parte, amo cuando me llega una idea innovadora).
Pero la mayoría de los pitches malos son malos por las mismas razones, y a menudo se pueden salvar con algunos ajustes. Después de consultar con una docena de editores que encargan historias para publicaciones que van desde pequeños blogs especializados a revistas y periódicos nacionales, he reunido los seis errores más comunes que cometen los freelancers al proponer piezas, y lo que puedes hacer para impresionar a un editor.
(1) No sabes cuál es tu historia
La mayoría de los editores están dispuestos a arriesgarse con una gran historia, incluso escrita por un nuevo autor: el 75 por ciento de las historias que encargué el año pasado fueron escritas por periodistas que nunca antes habían colaborado en el New York Times. Pero no podemos ayudarte si no sabes qué estás proponiendo.
La variante más común dice así: "Hola, soy periodista freelance y estoy interesado en cubrir [X tema] en su sección". Me alegra que estés interesado, pero ... ¿cuál es la historia?
Otra versión es el correo electrónico súper largo que ofrece una “mirada” "exploración" o "inmersión profunda" sin rumbo sobre un tema. Me alegra que hayas pensado mucho en el tema, pero no olvides pensar en la historia real que contarás.
O peor: quieres que yo te diga cuál es tu historia.
"Los freelancers siempre tienen que llegar con la idea para una historia” dice Sarah Kessler, editora adjunta de Quartz at Work. "Recibo muchos correos electrónicos que simplemente dicen 'me gustaría ser colaborador de Quartz at Work’. Eso no es de mucha ayuda".
Una buena salvaguarda contra esto es escribir un claro, sólido y poderoso párrafo introductorio. Solo se trata de un borrador. Después de todo, aún no has realizado la cobertura que necesitas para completar la historia, pero saber exactamente de qué trata es crucial para despertar el interés de un editor.
(2) No chequeaste los archivos
Incluso si crees que tienes la idea más original del mundo y estás 100% seguro de que el medio al que la estás proponiendo nunca ha publicado algo así, chequea. A continuación, vuelva a chequear. Si omites este paso estás diciendo que o bien estás enviando propuestas a múltiples medios a la vez o bien la historia no te importa demasiado como para fijarte.
Conoce a tu nuevo mejor amigo: Google site search. Simplemente escribe "sitio: [medio] [sus palabras clave]" y ya está.
(No confíes en el motor de búsqueda incorporado en el medio).
"Proponer una versión de algo que ya he publicado, o una versión de algo que el escritor ya ha publicado pero para un sitio diferente" nunca funciona, dice Lisa Bonos, editora de Solo-ish en The Washington Post. "Esto último realmente me enoja. No puedes vender el mismo ensayo personal más de una vez. Si estás escribiendo una variación en una historia que has contado anteriormente, sé claro acerca de cómo esta nueva historia es diferente".
(3) Enviaste la propuesta a la sección o al editor equivocado.
Es descuidado y muestra que no hiciste la investigación básica requerida para publicar tu historia. Asegúrate de que tu idea se ajuste a la sección o el medio al que la estás proponiendo y de que estás enviando un correo al editor correcto.
“Proponerme algo que no tiene ningún sentido para mi publicación, sea por su temática o por su tono, demuestra que no has leído mi sitio”, dice Gina Vaynshteyn, editora en jefe de First Media. "Si no has hecho eso tarea, me pregunto cuán diligente serás con tu historia".
(4) Eres muy agresivo con el seguimiento
"Está bien hacer un seguimiento de los correos sin respuesta, pero espera una semana, no 24 horas", dice Kristin Iversen, editora ejecutiva de Nylon. “Cuando se rechaza la propuesta de un freelancer, no debería continuar enviando propuestas uno o dos días después; por favor, escríbeme solo una vez al mes, a menos que sea algo muy oportuno ".
(5) Tu historia es poco arriesgada o estrecha
Este error es un poco difícil de definir, pero probablemente explica al menos la mitad de las historias que rechazo. Si vas a pedirle a un editor que te pague por tu idea, asegúrate de que valga la pena pagar por ella. Piense en su alcance e impacto.
Este problema se manifiesta de muchas maneras, pero las constantes son: tu historia requiere muy poco o ningún trabajo de reporteo; podría ser escrita por cualquiera; se aplica a un grupo demográfico muy pequeño (advertencia: esto no es un problema si es intencional y la publicación está interesada en esa audiencia); tu historia tiene una vida útil muy limitada (de nuevo, no es un problema si eso es intencional y sabes que le interesaría a la publicación); o simplemente no tiene ningún alcance. Los editores quieren historias importantes y sustanciales.
Hazte esta pregunta: si un editor te dice: “¿A quién le importa?”, ¿tendrías una respuesta?
(6) No revelaste un conflicto de interés
La mayoría de las publicaciones tienen códigos de ética y/o directrices respecto de los conflictos de intereses. Pueden variar ampliamente, así que siempre –¡siempre!– sé claro al respecto. En el peor de los casos, el medio descubrirá que tenías un conflicto de interés después de publicado tu artículo (y lo descubrirán), lo que generalmente resulta en una corrección y en que entres a una lista negra.
Un editor de viajes de un medio internacional compartió esta historia:
No se me permite aceptar viajes de prensa, y lo mismo ocurre con las personas que escriben para nosotros. Por lo general, puedo darme cuenta de si alguien hizo este tipo de viaje, incluso si no lo divulgan, porque todos los autores me proponen la misma historia sobre el mismo destino al mismo tiempo. A menudo se trata de un viaje al que también fui invitado y tuve que rechazar.
Una periodista me ofreció una de esas historias, y le contesté cortésmente y le comenté sobre la regla de no hacer viajes de prensa. Su respuesta: "Seguramente te diste cuenta de que estaba en un viaje de prensa porque me estabas espiando”.
Un consejo: no acuses a los editores de espiarte. Y sé honesto.
Ya sabes qué no hacer. Ahora lo que deberías hacer.
Se reduce básicamente a tres cosas:
(1) Sé conciso pero informativo
Las propuestas no deberían tener más de, digamos, diez oraciones. Las mejores suelen tener incluso menos.
(2) Explica por qué a alguien le importaría
Haz que me interese por saber más, pero, lo que es más importante, quiero que cuentes esta historia a los lectores de mi publicación.
(3) Demuestra que puedes hacerlo
Si quieres proponer una historia enorme, ambiciosa y trabajosa que has estado pensando durante meses, hazlo. Pero asegúrate de explicar cómo la vas a hacer, y adjunta otras notas tuyas que demuestren de lo que eres capaz.
"Los mejores freelancers usan sus pitches para mostrar sus habilidades de escritura, especialmente cuando le escriben a un editor por primera vez", dice Nick Baumann, un editor de HuffPost. “Tu propuesta me da una mejor idea de tu trabajo en bruto que tus notas editadas. Si tu propuesta es fascinante y está bellamente escrita, tu historia probablemente también lo estará. Si el tono es confuso, es probable que la historia también lo sea".
Para terminar, te muestro una de las mejores propuestas que he recibido. Esta fue mi primera interacción con la autora Anna Goldfarb, y desde entonces se ha convertido en colaboradora habitual del New York Times:
¡Hola!
Vi que recibes propuestas, así que pensé en tirarme en el ring. ¡Hazme saber si alguna de estas ideas te gusta! [Ella envió tres ideas diferentes, pero incluyo solo la que acepté y publiqué más tarde]:
(Ensayo) Lo que desearía saber antes de mudarme con mi novio: siempre imaginé que mudarme con un chico sería como bucear en una piscina: una acción agraciada y veloz. Resulta que estaba absolutamente equivocada. En lugar de una inmersión, fue como hacer la Macarena, ya que hay una serie de pasos que deben ejecutarse en un cierto orden para que se considere un éxito.
Un poco sobre mí: me especializo en cultura y gastronomía y vivo en Filadelfia. Actualmente soy colaboradora de Elle, The Kitchn, Refinery29, Thrillist y más. Puedes ver mi lista completa de notas aquí.
¡Gracias por considerarme!
¿Por qué es tan bueno este pitch? Cuatro razones simples: no hay información de sobra; me dijo todo lo que necesitaba saber sobre la idea sin atorarme en detalles irrelevantes; sabe exactamente la historia que está proponiendo y cómo ejecutarla; y envió un enlace a más artículos.
Sí, es así de simple. No lo pienses demasiado.
Tim Herrera es editor de Smarter Living del New York Times.
Este post apareció originalmente en NiemanLab y se publica en IJNet con permiso.
Imagen con licencia CC en Unsplash vía G. Crescoli.