Hace aproximadamente un año, la atención del mundo se posaba en las miles de personas que intentaban llegar a Europa por barco, huyendo de guerras, conflictos y de la violencia en sus países de origen. Cuando llegó el verano, quedó claro que ese flujo no iba a cesar: más de un millón de personas llegaron a Europa y un estimado de cuatro mil fueron reportadas como desaparecidas o ahogadas, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Las experiencias dolorosas dejadas atrás por hombres, mujeres y niños que huyeron en la búsqueda de seguridad motivaron una respuesta internacional de solidaridad. Surgieron así varias iniciativas como Techfugees, una comunidad que organiza hackathones para resolver problemas que afectan a los refugiados, o 19 Million Project, que reunió cerca de 100 periodistas, programadores y diseñadores en Roma el año pasado para repensar nuevas narrativas sobre la crisis.
Otros proyectos surgieron para abordar problemas menos visibles: los inmigrantes y refugiados que desaparecieron sin dejar rastro. Con un enfoque global y colaborativo, estos asumieron la tarea de descubrir qué pasó con ellos.
Para Ghost Boat, un proyecto de Medium, el crowdsourcing se convirtió no solo en una herramienta para resolver el misterio, sino en un modo de contar la historia. En junio de 2014, un barco con 243 personas a bordo desapareció mientras viajaba de Libia a Italia. Los familiares de los pasajeros, principalmente de Eritrea, nunca recibieron noticias del paradero de sus parientes, las autoridades no encontraron ningún rastro de la embarcación y el caso no fue investigado oficialmente.
Medium decidió iniciar la búsqueda en octubre pasado, después de ser contactados por el marido de una de las víctimas, quien compartió su historia como parte de la búsqueda de su esposa y su hija. Ghost Boat planteó un interrogante sin saber si podría responderlo, y logró que los lectores se sumaran.
“Le di vueltas a la historia en mi cabeza y mi interrogante principal como editor era cómo contar una historia que no tiene final. Y luego vi de qué modo: haces que lo central sea justamente encontrar ese final”, contó a IJNet el editor de Ghost Boat, Bobbie Johnson.
En la primera entrega de la serie, después de darle contexto al misterio del barco desaparecido y de brindar toda la información de la que se dispone, se invitó a los lectores a contribuir con la investigación, buscando datos o analizando teorías posibles. Incluso pusieron a disposición guías para investigar.
“El verdadero sentido de la historia es su complejidad”, agregó Johnson. “Desde luego que queremos encontrar a la gente perdida, pero también queremos explorar los problemas que hicieron posible que naciera un proyecto como Ghost Boat. Acercar a los lectores a la confusión, a la tragedia y al desastre parecía la manera lógica de explorar el tema”.
Desde el principio, la audiencia de Ghost Boat respondió, pero coordinar a los colaboradores –que en algunos momentos sumaron miles– manteniendo la motivación y la organización de la investigación ha sido un desafío.
“Si volviera a empezar de nuevo, probablemente buscaría la manera de mejorar la contención de la comunidad y de centrarnos en un conjunto de tareas regulares, pequeñas, alcanzables”, señala Johnson.
La investigación continúa y, después de agotar numerosas pistas y chocarse con callejones sin salida, han pasado a analizar imágenes satelitales para descubrir cuándo fue visto el barco por última vez. "El único plazo del proyecto es llegar a una conclusión”, dice Johnson.
Algunas ONGs también buscan la ayuda del público en sus búsquedas de personas en las rutas de inmigrantes. La OIM dirige Missing Migrants ("Migrantes Desaparecidos"), una iniciativa que usa distintas fuentes para rastrear las muertes de los inmigrantes. El público puede enviar información sobre migrantes desaparecidos o muertos en puntos álgidos del flujo de indocumentados, como el Mediterráneo y la frontera entre México y Estados Unidos. La organización investiga esta información, con el objetivo de mejorar las estimaciones posibles, dadas las limitaciones inherentes a la situación.
El Comité Internacional de la Cruz Roja, entretanto, ha establecido un sitio web para facilitar el reencuentro familiar en este contexto de flujos masivos de inmigrantes. En Trace the Face, los familiares de los inmigrantes pueden publicar fotos de quienes están buscando y estos últimos pueden publicar sus propias fotos para que sus familias los encuentren. La plataforma se vuelve crucial, dado que estas poblaciones están siempre en movimiento, no suelen tener una residencia fija y no están registradas por las autoridades del país en el que se encuentran.
Con la llegada del verano boreal, la OIM anticipa un gran influjo de inmigrantes en Europa, y por ello el trabajo colaborativo puede convertirse una vez más en una herramienta para descubrir qué ocurrió con quienes desaparecieron.
Belén Arce Terceros es una periodista especializada en asuntos internacionales y humanitarios.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Ann Wuyts. Imagen secundaria con licencia Creative Commons en Flickr, vía CAFOD Photo Library.