Cuando Danielle Batist imparte talleres para periodistas, a menudo comienza ubicando a los participantes del otro lado del mostrador. Les pregunta cómo se sienten, como consumidores, después de ver el noticiero de la noche.
En general, dice Batist, responden de la misma manera que lo haría cualquier espectador: derrotados, desesperanzados y pesimistas respecto a todos los problemas que acaban de enterarse y sobre los que parece no haber solución posible.
Esta es la razón por la cual Batist está liderando esta iniciativa para el periodismo constructivo, dando capacitaciones en redacciones y universidades, y también instruyendo a periodistas individualmente. Con esto, busca ponerle un freno a la impotencia que a menudo resulta del periodismo tradicional, y trata de inspirar una nueva forma de pensar acerca de cómo explicar los acontecimientos mundiales.
Este deseo se remonta al tiempo en que Batist colaboraba con Positive News, una publicación británica establecida en 1993, que cuenta historias que no cubren los medios tradicionales, especialmente acerca de buenas noticias en lugares conflictivos del mundo.
“Me empezaron a preguntar cada vez más acerca de las historias que escribía allí: cómo encontrarlas, venderlas y ofrecerlas a un medio”, cuenta.
Al mismo tiempo, aparecían nuevas investigaciones acerca del impacto negativo que el exceso de malas noticias tiene en el público. Así que Batist y el innovador de medios Sean Dagan Wood, editor en jefe de Positive News, crearon el Proyecto de Periodismo Constructivo. Hace un año, el proyecto sumó una iniciativa de capacitación. La organización está situada en Londres pero se está expandiendo rápidamente. El próximo taller, que comenzará el 12 de junio, está dirigido a freelancers que, según Batist, puedan incorporar fácilmente los principios del periodismo constructivo en su trabajo.
¿Qué es exactamente el periodismo constructivo?
No es algo hueco, se apresura a señalar Batist. Aunque el periodismo constructivo está en el mismo territorio que el periodismo de soluciones o el periodismo positivo, ella no lo considera como algo excesivamente luminoso ni artificialmente optimista. Se trata nada más que de contar toda la verdad completa acerca de un incidente.
“Lo que intentamos hacer es, en última instancia, fortalecer al periodismo”, dice; “dar la historia completa”.
Eso significa cubrir no solamente los detalles sombríos, los obstáculos y las dificultades asociadas a una determinada problemática social, sino también incluir qué es lo que está funcionando para cambiar esa realidad y quién lo está consiguiendo. Se trata de un análisis acerca de, por ejemplo, qué está ayudando a poner fin a la falta de vivienda, en lugar de limitarse a proporcionar estadísticas sobre la población sin hogar. O de un reportaje acerca de una crisis humanitaria que incluye la manera en que diferentes grupos están encarando la reconstrucción, y no solo las cifras sobre la magnitud de los daños.
Batist explica que el periodismo generalmente se enfoca en sus cinco preguntas básicas: quién, qué, dónde, cuándo y por qué.
“Nuestra intención es añadir una sexta pregunta: ¿Y ahora qué?”, dice. “Un artículo no debería concluir en el por qué y dejar a los lectores sintiéndose impotentes acerca de qué hacer con esa información”.
Algunos estudios destacados en la web del Proyecto de Periodismo Constructivo demuestran qué tan a la defensiva y desesperanzados se sienten los lectores actualmente.
¿Por qué se lo necesita?
Según Batist, los medios que son más constructivos y completos a la hora de brindar la información pueden mejorar su relación con la audiencia. Investigaciones están demostrando una mayor participación de ésta en los artículos constructivos. Batist también nota que la sección de comentarios es mucho más civilizada en los medios que están ofreciendo soluciones a los problemas, en comparación con los que solo muestran lo que está mal.
Quienes no comprenden al periodismo constructivo creen que amenaza el objetivo central del periodismo, que es vigilar las acciones de los funcionarios y políticos, y hacer un seguimiento de los delitos y de los actos de corrupción.
“Lo que yo siempre digo es que, efectivamente, esa es absolutamente la función central del periodismo y no estamos intentando que deje de serlo”, dice Batist. “Sin embargo, ¿por qué no estamos investigando lo que está bien en el mundo? También deberíamos investigar seriamente lo que se hace para plantear soluciones y, especialmente, buscar aquellas que han demostrado estar funcionando”.
Consejos para practicar el periodismo constructivo
- El periodismo constructivo no tiene que ser necesariamente etiquetado como tal ni llamado de una manera en particular. El artículo puede ser sencillamente una buena y jugosa historia, y resaltar algún impacto puede ser un punto más a favor para un freelancer que intenta publicar el artículo.
- Los periodistas a veces quedan atrapados en una narrativa predeterminada –por ejemplo, contando todo en términos de víctimas y perpetradores–, pero Batist dice que si te sales de eso, puedes ver la historia a través de una óptica diferente. No te fijes solamente en quiénes están mal, sino también en aquellos que están prosperando.
- Es innegable que las personas traumatizadas o involucradas en un gran hecho destructivo han enfrentado momentos difíciles, pero ten en cuenta que hay algo llamado “crecimiento postraumático” en el que la gente encuentra fortaleza a partir de una experiencia negativa. No asumas que solo son víctimas que han sido afectadas negativamente.
- Cambia las preguntas que le haces a las fuentes. Por ejemplo, a la hora de hablar con ex delincuentes, Batist dice que a menudo pregunta de qué manera la prisión les ha cambiado la vida, en lugar de enfocarse solamente en la peor parte de su historia.
- Utiliza fuentes atípicas. En lugar de entrevistar solamente a los responsables políticos, habla con gente común que pueda ser un agente de cambio y pueda hablarte de los progresos que ha conseguido.
- Pregúntate cuál es la forma típica en que podría contarse la historia que abordarás, y cuéntala de una manera distinta.
Imagen de Batist (izquierda) y Wood (derecha), tomada por Tom Lawson y reproducida con permiso.