Procedente de Karachi, Pakistán, Sharmeen Obaid-Chinoy ha abordado audazmente los abusos cometidos contra mujeres y niños en sus documentales durante los últimos 16 años. Su trabajo le ha valido dos premios de la Academia, seis premios Emmy y que se haya impulsado cambios legislativos importantes en su país de origen.
Tras el lanzamiento de su documental "Saving Face" en 2012, acerca de los ataques con ácido contra mujeres, la provincia más poblada de Pakistán comenzó a procesar esos casos a través de tribunales antiterroristas, garantizando una justicia más rápida para las víctimas. Su película de 2015, A Girl in the River: The Price of Forgiveness, exploró el intento de "asesinato de honor" de una joven que se casó con un hombre sin el permiso de su familia. La película atrajo la atención sobre una laguna legal que permitía que esos actos quedaran impunes. El parlamento paquistaní aprobó una ley para criminalizar los asesinatos de "honor" después del estreno de la película.
Pero a medida que el reconocimiento global creció, Obaid-Chinoy enfrentó reacciones cada vez más hostiles en Pakistán, incluyendo amenazas regulares de violencia física y campañas de acoso online.
"Cuando Saving Face ganó un Premio de la Academia, la gente comenzó a desacreditarme a mí y a mi trabajo, porque de repente me había vuelto demasiado grande y mi voz se había amplificado demasiado", cuenta. "Fue entonces cuando comencé a darme cuenta de que hay fuerzas muy serias en Pakistán que no quieren que las mujeres tengan voz".
Obaid-Chinoy ha estado a la altura de los desafíos de su trabajo durante toda su carrera, que comenzó cuando era adolescente. A los 17 años publicó una historia de investigación que llevó a que vandalizaran su casa. El apoyo de su familia la motivó a seguir.
"Mi padre me dijo algo que siempre se ha quedado conmigo, que es ‘Si dices la verdad, yo estaré contigo y también lo hará el mundo'", explica. "Me hizo sentir que podía hacer y decir lo que quisiera, y siempre habría alguien me apoyaría".
Antes de aceptar el Premio Internacional Knight de Periodismo 2017, Obaid-Chinoy habló con IJNet sobre cómo amplificar las voces de los oprimidos y estimular el cambio social en un entorno mediático difícil.
¿Qué significa para ti el Premio Knight?
Ganar este premio es muy importante para mí, porque reconoce el conjunto de mi trabajo, no solo una película. La mayoría de las personas conoce mis Premios de la Academia, pero soy periodista desde que tengo 14 años. Es increíble haber cerrado el círculo de haber sido capacitada por el ex-becario ICFJ Knight Arnold Zeitlin hace años, y ganar el Premio Knight ahora.
Buena parte de tus films cuentan historias de personas que sobrevivieron a la violencia. ¿Ha sido difícil entrevistarlos?
Es muy difícil entrevistar a personas que sufren cosas indescriptibles y saber que tú puedes volver a tu vida y que ellos continuarán viviendo de esa manera. También debes encontrar fuerza en el hecho de que a pesar de todo lo que les ha sucedido, continúan con sus vidas y encuentran el coraje para seguir. Entonces, si ellos pueden continuar, tú debes tener el coraje de documentar esa historia.
Estás muy involucrada en iniciativas educativas para jóvenes periodistas y realizadores de Pakistán. ¿Qué consejo le darías a los periodistas que recién están comenzando?
Mi consejo número uno para dejar una huella en el periodismo es encontrar una historia a la que sabes que tendrás acceso, que te tomará un poco de tiempo investigar o resolver, pero que te puedas aferrar a ella. A veces la historia más obvia que no se cuenta puede ser la historia más difícil de contar. Creo que hoy en día muchas personas sienten que necesitamos encontrar grandes historias. Necesitas encontrar la historia adecuada para ti, y esa historia puede convertirse en tu gran historia.
¿Qué te motiva a seguir haciendo tu trabajo a pesar de los desafíos y amenazas?
Tengo la suerte de trabajar con personas increíbles en Pakistán que arriesgan sus vidas todos los días por un mañana mejor. Son hombres y mujeres cuyos nombres y trabajos no son noticia, que saben que se están poniendo en peligro, pero continúan haciéndolo, y es por eso que continúo haciendo mi trabajo. Me inspira su valentía frente a la adversidad; me inspira su visión de nuestro país.
Cuando era niña siempre hablábamos sobre el fundador de Pakistán, Muhammad Ali Jinnah, de su visión y de lo que quería para las mujeres paquistaníes. Él imaginó un país progresista donde los hombres y las mujeres tuvieran los mismos derechos. Ese es el Pakistán que quiero dejarle a mis hijos.
Imágenes cortesía de Sharmeen Obaid-Chinoy.