De estudiante de literatura a corresponsal: las memorias de Clarissa Ward

Jan 14, 2021 en Seguridad digital y física
Image of Clarissa Ward wearing a press badge

La corresponsal internacional de CNN Clarissa Ward estudiaba literatura comparada en la Universidad de Yale el 11 de septiembre de 2001, cuando las torres gemelas del World Trade Center de Estados Unidos fueron atacadas. A partir de entonces quiso involucrarse más en los asuntos globales, lo que la llevó a seguir una carrera en el periodismo.

“Me sentía avergonzada por no haber sido más consciente de lo que estaba pasando en el mundo", dice Ward.

Poco después del 11 de septiembre, aceptó su primer trabajo de periodismo como pasante no remunerada para CNN en Moscú. Luego trabajó como asistente en Fox News, Nueva York. Hoy, 19 años después, Ward ha viajado a numerosos países, informado sobre diferentes temas y entrevistado a personas de todos los ámbitos de la vida. Ha informado desde Bagdad, Beijing, Beirut, Moscú, Nueva York y Londres, trabajando para Fox, ABC, CBS y CNN.

"He querido ser una comunicadora entre mundos", cuenta. “También he querido actuar como una suerte de traductora, porque sentía que de alguna manera la falta de comunicación, la deshumanización y la falta de compromiso eran parte del problema”.

En abril pasado, Ward publicó sus memorias, "On All Fronts", que repasa su carrera cubriendo desastres naturales, guerras y conflictos. Comenzó a escribir el libro cuando estaba embarazada de su primer hijo en 2018. Y lo que empezó como una carta a su hijo por nacer se transformó en lo que Ward llamó una "carta de amor al periodismo".

“Es una carta de agradecimiento a todas las personas que he conocido en el camino y que me han dado una taza de té o una revelación”, dijo. "Hay muchos pequeños actos de bondad que suceden detrás de escena, detrás de la cámara, y que no aparecen en las noticias de la noche".

 

Ward covering the 2011 Tsunami in Japan
Ward entre los escombros del tsunami de 2011 en Japón.

Inmersión en la comunidad

Ward pasó gran parte de su carrera informando en el Medio Oriente, posterior al 11 de septiembre. También cubrió el conflicto en Siria, el tsunami en Japón y la incursión rusa en Georgia.

Ward se integraba en las comunidades sobre las que informaba. Pasó un tiempo viviendo con las tropas estadounidenses, los talibanes y familias locales de todo el mundo. La inmersión total, dice, enriquece las coberturas. “Es como un curso intensivo”, observa. “Especialmente si llegas de la nada durante un par de semanas y no puedes darte el lujo de pasar un año en un lugar. Creo que obtienes una visión mucho más profunda si estás inmerso".

Desafíos en el terreno

Después del 11 de septiembre, Medio Oriente se consideraba inseguro para los periodistas estadounidenses, y en particular para las mujeres periodistas. Sin embargo, ser una reportera en la región también podía ser una ventaja. “Es increíblemente valioso [ser mujer], en el sentido de que en las sociedades más conservadoras, tengo acceso al 50% de la población que mis colegas masculinos no”.

Aun así, informar desde zonas de conflicto es riesgoso. En su libro, cuenta la vez que presenció a una turba enfurecida que golpeaba a un hombre, un incidente que decidió filmar para uno de sus segmentos. "Quería que el espectador viera la fealdad del momento sin filtro", escribió.

En ocasiones, Ward también se vio obligada a decidir si se involucraba en situaciones que pudieran poner en peligro su autoridad como periodista imparcial. En algunos casos hay áreas grises, y cada periodista debe decidir por sí mismo cómo abordarlas. "Mientras todos nos basemos en el uso de hechos, información veraz y relatos de testigos oculares para armar nuestras coberturas, entonces está bien que seamos un poco subjetivos", explica.

Una vez, por ejemplo, cuando Ward estaba con los talibanes, quiso entrevistar a un comandante. El comandante, sin embargo, se negó a ser visto con una mujer en la calle. Ward usó imágenes tomadas de esa conversación para la historia en sí.

Ward reporting in Northern Syria in 2016
Ward en el norte de Siria, 2016.

Periodismo y salud mental

En su libro, Ward también reflexiona sobre el impacto que su trabajo tuvo sobre su salud mental. De vez en cuando bebía después de una dura noche de trabajo y, a veces fumaba, a pesar de no ser fumadora. “Si pasas años en situaciones violentas de primera línea, viendo cómo mueren personas, teniendo miedo por tu propia vida, rodeado de personas en medio del dolor y el trauma, y eso no te afecta emocionalmente, probablemente seas un sociópata”, dice Ward. “Lo más probable es que, si haces este trabajo, te veas afectado. Tiene un precio, y eso es completamente normal".

El consejo de Ward a los periodistas respecto de la salud mental tiene varios ángulos.

En primer lugar, consigue un terapeuta con quien consultar durante o después de una tarea estresante, recomienda. O, al menos, habla con alguien en quien puedas confiar. Es importante tener un grupo de amigos o una red de apoyo con los que puedas volver a la vida "normal", y con los que a la vez puedas ser honesto acerca de lo que viviste.

“Creo que la parte más difícil de este trabajo no es necesariamente lo que ves en el campo, sino volver a la vida normal y esperar reintegrarte de inmediato, salir a cenar, beber y reírte”, dijo Ward. "Y tienes que ser capaz de hacerlo, vivir plenamente y estar presente en ambas partes de tu vida, pero lleva tiempo y práctica, y deberíamos poder tener una conversación más honesta sobre eso".

Ward reconoce el estigma en torno a los problemas de salud mental y abuso de sustancias que existen dentro del periodismo. La mejor manera de abordar el problema es atacarlo de frente, dándole más espacio al tema tanto dentro de las salas de redacción como a través de las relaciones interpersonales de periodista a periodista, señala.

[Lee más: Recomendaciones para sobrellevar coberturas angustiantes y traumáticas]

 

Su familia

Después de casi una década de relación a larga distancia, Ward se casó con su pareja en 2016 y siete meses después quedó embarazada de su primer hijo. Estos acontecimientos de su vida marcaron un cambio en la forma en que abordó su carrera.

Ward's wedding to husband Phillip

Durante muchos años, Ward era la primera en asumir una misión en zonas de guerra o zonas de desastre. Ahora tenía que pensar un poco más en su seguridad y la de su futuro hijo. También descubrió que las cosas le afectaban más. “Cuando estaba trabajando, me di cuenta de que era mucho más porosa emocionalmente de lo que era antes. Me conmovía más, en especial por la difícil situación de las madres y el sufrimiento de los niños”, dijo Ward. "Obviamente, cualquier ser humano normal se siente conmovido por esas cosas, pero había llegado un punto en el que era casi insoportable para mí".

Si bien CNN le dejaba optar por hacer o no coberturas durante su embarazo, Ward finalmente decidió irse a casa. Había estado cubriendo el conflicto en Yemen y había experimentado varios ataques de ansiedad por temor a que su bebé no pateara tanto como solía hacerlo. Aun así, ser madre no ha cambiado la opinión de Ward sobre viajar a lugares peligrosos para cubrir una historia.

Su primer hijo, Ezra, nació en marzo de 2018 y su segundo hijo, Caspar, nació en junio de 2020. Durante su segundo embarazo, Ward tuvo que trabajar en medio de la pandemia. Y como muchos periodistas, esto significó aprender a informar desde casa.

“Es la primera guerra que he tenido que cubrir desde mi sala de estar”, cuenta. “La pandemia me recuerda al nivel de disrupción que hubo el 11 de septiembre, y de la misma manera que después del 11 de septiembre, no entendimos completamente las implicaciones y ramificaciones de todo lo que estaba sucediendo”, dice.

Desde que comenzó la pandemia, ha contribuido a la cobertura de noticias de última hora de CNN sobre COVID-19 y las tensiones entre Estados Unidos e Irán. Ella y su equipo también concluyeron recientemente una investigación sobre el envenenamiento del líder de la oposición rusa Alexey Navalny, encontrando y confrontando a los agentes rusos que, según dicen, llevaron a cabo el crimen.

Desde que comenzó la pandemia, ha contribuido a la cobertura de noticias de última hora de CNN sobre el COVID-19 y las tensiones entre Estados Unidos e Irán. Ella y su equipo también concluyeron recientemente una investigación sobre el envenenamiento del líder de la oposición rusa Alexey Navalny, encontrando y confrontando a los agentes rusos que, sostienen, organizaron el atentado contra su vida.

El futuro del periodismo

Se necesitarán periodistas muy comprometidos para seguir contando historias y desconectarse de los ataques que reciben en estos días y del ruido alrededor, dice Ward.

Para los periodistas jóvenes, en particular durante la COVID-19, Ward aconseja que aprovechen el tiempo extra que podrían tener ahora: "Aprovecha para ponerte al día en todo lo que puedas, sea en innovaciones tecnológicas, aprender a filmar, aprender edición básica, escribir todo lo que puedas o viendo viejas noticias y documentales. Haz todo lo que puedas para mejorar tu conjunto de habilidades".

Aunque Ward anima a cualquiera a seguir una carrera en el periodismo, dijo que también se necesita pasión para ser exitoso.

“Es un trabajo difícil en muchos niveles logístico, emocional, personal, y conlleva muchos sacrificios. Es exigente”, observa. "Pero si estás dispuesto y si sientes curiosidad... yo diría que es el mejor trabajo del mundo".


Imágenes cortesía de Clarissa Ward.

Katya Podkovyroff Lewis es una periodista freelance de Salt Lake City, Utah.