Las imágenes traumáticas siempre han sido parte del periodismo, pero en el ciclo de noticias de 24 horas de hoy en día, quienes trabajan en los medios están expuestos a noticias negativas como nunca antes.
Gavin Rees, del Dart Centre Europe, una iniciativa dedicada a mejorar la cobertura mediática del trauma, dice que ha visto de primera mano de qué manera los trabajadores de las redacciones están cada vez más expuestos a imágenes intensas.
“Hasta cierto punto, esto ha ocurrido antes; hubo imágenes bastante horribles que circularon durante la primera guerra en Irak y en el genocidio en Ruanda", dijo a IJNet. "La diferencia es la intensidad del material: hoy está grabado en alta definición, generado por el usuario y llega directamente al periodista”.
Antes los periodistas podían elegir si querían ir a zonas de conflicto o cubrir esos temas, pero ahora tienen menos control sobre las imágenes a las que se exponen.
“Solía ser más fácil decir que no ibas a manejar cierto tipo de información; que ibas a evitar exponerte a material traumático eligiendo diferentes tipos de asignaciones”, dice Rees. “Pero ahora el material está entrando en las oficinas de una manera nunca vista”.
Muchas escuelas de periodismo aún no enseñan a los estudiantes cómo la cobertura de hechos traumáticos puede impactar tanto en los lectores como en los periodistas. Sin embargo, Reese sostiene que las redacciones están mejorando en el tratamiento de las imágenes traumáticas y con sus consecuencias entre el staff.
“La gente tiene cada vez más conciencia al respecto”, señala. “Tendemos a ponernos al día después de que los problemas ya golpearon y no antes, y eso es complicado cuando se trata de personas que sufren algún tipo trauma, ya que todavía es un tema muy estigmatizado y a la gente no le gusta admitir una debilidad”.
Estudios muestran que los periodistas suelen ser más resilientes que la población en general, ya que tienden a sentir un sentido del deber y consideran que su trabajo es significativo, lo que ayuda a protegerlos durante situaciones estresantes, explica Rees.
Sin embargo, los periodistas no son completamente inmunes a sufrir los efectos adversos de la exposición constante a imágenes traumáticas. Una preocupación es que los periodistas que desarrollan trastorno por estrés postraumático (TEPT) tienden a retrasar la notificación de sus síntomas, dice Rees.
Esta es la razón por la cual las guías producidas por el Centro Dart para el Periodismo y el Trauma –y una mejor comprensión de cómo la mente y el cuerpo reaccionan a los estímulos traumáticos– pueden ayudar a los periodistas a reconocer si sus sentimientos son el inicio de los síntomas del TEPT. La exposición a imágenes traumáticas tiende a hacer que la gente se sienta sensibilizada y entumecida, pero estas emociones no son necesariamente anormales. Una señal de que un periodista está empezando a sufrir TEPT es si comienza a desconfiar de sus compañeros de trabajo, apunta Rees.
“Tu cerebro está respondiendo a situaciones muy violentas frente a sí. Si pierdes esa sensación de seguridad durante el tiempo que estás mirando las imágenes, es más probable que te sientas inseguro acerca de otras cosas también, incluso de tus colegas o jefes”.
También es importante que los directores sean conscientes de estas cuestiones para que su personal se sienta más seguro.
“Los mejores jefes lideran con el ejemplo”, dice Rees. “Están abiertos a los problemas y no tienen miedo de reconocer sus propias reacciones al lidiar con material intenso”.
Las prácticas de los medios están evolucionando para proteger mejor a los periodistas y al público de las imágenes traumáticas. El desarrollo de innovaciones tecnológicas para advertir automáticamente a los espectadores antes de ver este tipo de imágenes podría contribuir a paliar este problema.
Sin embargo, Rees piensa que hay muchas redacciones que todavía necesitan equilibrar su deber de informar al público, mientras protegen a las personas (y a ellas mismas) del trauma.
“Hay momentos en que la gente va que ver lo que realmente está sucediendo en el mundo, y eso podría significar mostrar imágenes que son inquietantes y angustiantes”, dice.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Kimli.