El año pasado, los delitos de odio contra las comunidades asiáticas en Estados Unidos aumentaron un 145%. En 2020, el pedido de justicia racial también recorrió el mundo tras el asesinato de George Floyd. Con el aumento de los delitos de odio contra determinadas comunidades y la mayor concienciación sobre este tipo de incidentes, los periodistas están informando más sobre estos hechos que antes.
En una mesa redonda organizada por el National Press Club Journalism Institute, titulada Cobertura de los delitos de odio: cómo los periodistas pueden hacerlo bien, los ponentes ofrecieron consejos sobre cómo los profesionales de los medios pueden mejorar su trabajo sobre los incidentes motivados por el odio, y las comunidades que se ven afectadas por ellos.
La sesión contó con la participación de Moriah Balingit, presidenta de la sección de Washington D.C. de la Asociación de Periodistas Asiático-Americanos y reportera de educación del Washington Post; Lecia Brooks, jefa de staff del Southern Poverty Law Center y educadora sobre delitos de odio y el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos; y Tara Rosenblum, premiada periodista de investigación de News 12 Network que dirigió un proyecto de dos años en el que documentó incidentes de odio en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut. Rachel Oswald, de CQ Roll Call y directora del equipo de desarrollo profesional del Journalism Institute, moderó el debate.
Sobrevivientes, no víctimas
Las panelistas destacaron la importancia de ver a las comunidades y a las personas que son objeto de los delitos de odio como algo más que víctimas. Los periodistas suelen informar sobre estas comunidades solo como víctimas. Sin embargo, muchos prefieren que se les reconozca por su resistencia y perseverancia.
"Descubrí a través de este proceso que lo mejor que puedes hacer es preguntarles cómo quieren ser llamados en tu cobertura. He entrevistado a docenas de personas que han experimentado formas extremas de odio, y nueve de cada diez veces su respuesta fue 'sobreviviente'", dijo Rosenblum.
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Rendición de cuentas por parte de funcionarios y fuerzas del orden
Las panelistas señalaron que los periodistas tienen el poder de hacer que las fuerzas del orden y los políticos rindan cuentas cuando se trata de informar y hacer un seguimiento de los delitos de odio en sus comunidades.
"Es buena idea que los periodistas presionen a esos organismos. Aumenta la sensación de que las fuerzas del orden van a responder", dijo Brooks. "Si los organismos encargados de hacer cumplir la ley dicen que los delitos de odio no ocurren, entonces las personas que provienen de los grupos que suelen ser víctimas no tienen ninguna fe en la aplicación de la ley y, a su vez, no denuncian".
Otra forma en que los periodistas pueden hacer que los funcionarios rindan cuentas es seguir haciéndoles preguntas y elaborando informes sobre el tema.
"Sigue haciéndolo", dijo Rosenblum. "Envía pedidos de acceso a la información, especialmente a los organismos que no cooperan contigo. Así sabrán que tienes los ojos puestos sobre ellos, lo que marcará la diferencia a la hora de rendir cuentas".
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Establece relaciones con las comunidades
Cuando se producen delitos de odio, muchas redacciones se han dado cuenta de que no tienen conexiones útiles ni conocen mucho a los supervivientes sobre los que informan, señalaron las panelistas.
"Tenemos que ir más allá de la cobertura episódica y cubrir de veras. A todas las comunidades de color les gustaría que se les cubriera, no solo cuando son atacadas", dijo Balingit.
Para evitar las lagunas de conocimiento, las panelistas sugirieron asistir a eventos locales y hablar con los residentes sobre la vida cotidiana y lo que sucede en la zona.
"Sal y empieza a hablar con ese grupo, con esas organizaciones, preséntate en sus centros de reunión y conversa con ellos, lo mismo que si estuvieses cubriendo al gobierno", recomendó Balingit.
Jamaija Rhoades es pasante de IJNet.
Imagen con licencia Creative Commons de Jason Leung, en Unsplash.