Justo un día antes de que el presidente Donald Trump anunciara la orden ejecutiva que suspendería la entrada a los Estados Unidos de quienes provinieran de siete países musulmanes y de refugiados de cualquier lugar del mundo, periodistas y funcionarios se reunieron en Bruselas para discutir de qué manera los medios pueden oponerse al discurso de odio contra migrantes y refugiados.
Aunque Trump aún no había emitido la orden, los participantes hablaron sobre el modo en que fueron cubiertas las elecciones estadounidenses, el Brexit y el crecimiento de los partidos anti-inmigrantes en toda Europa. Acordaron que cierta cobertura noticiosa ha alimentado el crecimiento de movimientos que demonizan a migrantes y a refugiados, pero que la divulgación responsable puede ayudar a las personas a ver a los migrantes bajo una luz diferente.
Patrocinada por la Unión Europea y la Alianza de Civilizaciones de la Organización de Naciones Unidas, la conferencia tenía como objetivo desarrollar recomendaciones para periodistas, medios de comunicación y gobiernos. Apuntamos algunas de ellas:
1. La alfabetización mediática debe estar integrada en los sistemas educativos, desde la primera infancia hasta el nivel profesional. Los ciudadanos deben ser capaces de evaluar las fuentes de la información que consumen para reconocer las noticias falsas o sesgadas. Las ideas para posibilitar esto incluyen la organización de cursos masivos y abiertos online (MOOCs) que ayuden a los maestros a aprender las mejores técnicas de alfabetización mediática y pongan a su disposición herramientas prácticas. Estos programas de alfabetización mediática también podrían permitir a los estudiantes crear su propio contenido o jugar juegos que les ayuden a identificar mejor las fuentes de calidad.
2. Darle más espacio a las voces de migrantes y refugiados. La cobertura de los medios sobre estas comunidades las presenta ya sea como víctimas o como perpetradores. Si bien los periodistas no deben censurarse a sí mismos al denunciar los casos en que los migrantes sean víctimas o perpetradores, también deben informar sobre sus vidas en un sentido más amplio: como padres, trabajadores, estudiantes, artistas, etc.
3. Los medios deberían regularse en cuanto a su cobertura de migrantes y refugiados, en lugar de dar a los gobiernos la oportunidad de imponer regulaciones sobre esa cobertura. Las leyes que imponen lo que los periodistas pueden y no pueden decir corren el riesgo de ser utilizadas para controlar los medios de comunicación, dijeron algunos oradores.
4. Denunciar a quienes anuncian en medios que publican discurso del odio y noticias falsas. El discurso del odio puede ser lucrativo para algunos medios. Si las empresas saben que los consumidores los castigarán por publicitar en medios que informan injustamente sobre cuestiones de inmigración, el discurso del odio podría ser menos rentable.
5. Iniciar un diálogo con las empresas de redes sociales para abordar su papel en la difusión de expresiones de odio. Esto puede incluir la capacitación de personas para que revisen el contenido de las redes sociales, o la búsqueda de soluciones técnicas, tales como algoritmos, para identificar y censurar las manifestaciones de odio.
6. Mantener principios éticos en la cobertura de temas de migración. Los periodistas profesionales siempre deben respetar la exactitud, la humanidad, la independencia, la imparcialidad y la transparencia. Mientras que los blogueros y personas que proporcionan información a través de las redes sociales no pueden hacer frente a las mismas expectativas de independencia e imparcialidad, de todas maneras deben ser precisos, humanos y transparentes.
7. Fijar procesos para monitorear los medios de comunicación y responder rápidamente a la información falsa o engañosa. Los periodistas deben tener fácil acceso a información precisa y a expertos de confianza que puedan ser entrevistados durante las noticias de última hora.
8. Fomentar las asociaciones entre los medios y la sociedad civil, e incentivar un mayor diálogo entre periodistas y activistas. Los periodistas siempre deben mantener su independencia, pero los activistas y organizaciones de la sociedad civil pueden aportar una perspectiva importante para su cobertura.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía DFID - UK Department for International Development.