Con protestas y violencia generalizadas, una inflación galopante, escasez de artículos de primera necesidad y el incendio intencional de casas, Sri Lanka se encuentra en un profundo estado de agitación e incertidumbre.
Gotabaya Rajapaksa continúa siendo presidente a pesar del deseo abrumador de la población de que sea destituido. Se ha nombrado a un nuevo primer ministro y a miembros del gabinete, pero aún se desconocen muchas cosas y nadie sabe cuándo se calmarán las tensiones.
Para saber más sobre los últimos acontecimientos, me puse en contacto con Chandani Kirinde, una premiada periodista con más de tres décadas de experiencia informando sobre la evolución política y social de la nación insular.
Kirinde trabaja actualmente como corresponsal especial del Daily FT, un importante periódico de Sri Lanka, y compartió conmigo su visión de los acontecimientos, además de ofrecer consejos para que tanto los periodistas locales como internacionales puedan llevar a cabo su labor informativa sobre la crisis actual, y mantenerse a salvo.
¿Cómo ha cambiado la situación sobre el terreno desde la dimisión del Primer Ministro Mahinda Rajapaksa?
La situación sobre el terreno no ha cambiado mucho, ya que sigue habiendo escasez de productos básicos, como combustible, gas doméstico, medicamentos o leche en polvo. Los cortes de electricidad son cotidianos. También continúan las protestas y las subidas de precios.
Por otro lado, ahora hay un mayor compromiso internacional y se ha avanzado en la obtención de ayuda para estabilizar la economía y satisfacer las necesidades urgentes de la población.
¿Qué opinas del reciente nombramiento de Ranil Wickremesinghe como Primer Ministro?
Fue una sorpresa porque mientras la mayoría de los partidos de la oposición habían propuesto un gobierno de coalición para sacar al país de la crisis económica, el líder de la oposición, Sajith Premadasa, era visto como el probable sucesor de Mahinda Rajapaksa como Primer Ministro.
Wickremesinghe, con un único escaño en el Parlamento, no era considerado un serio aspirante al puesto y su nombramiento tomó a todos por sorpresa. Asumir el cargo de Primer Ministro es una tarea difícil dada la situación del país. El nombramiento ha sido bien recibido internacionalmente, pero la respuesta local ha sido tibia. Sus críticos afirman que, al aceptar el cargo en un momento en el que la opinión pública exige la dimisión del presidente, ha dado un tubo de oxígeno a la familia Rajapaksa. Otros argumentan que, dada la situación de depresión en la que se encuentra la economía del país, ha aceptado el reto cuando otros lo rechazaban.
Desde el punto de vista político, Wickremesinghe sale ganando, ya que su partido, el Partido Nacional Unido, tuvo pésimos resultados en las elecciones parlamentarias de 2020. Si consigue estabilizar la economía, es un claro ganador, e incluso si no consigue mucho, siempre puede echarle la culpa al presidente y al gobierno anterior.
Ya se han producido varios ataques contra periodistas. ¿Es probable que esto continúe?
Los periodistas están bajo vigilancia, sobre todo desde que comenzaron las protestas que piden la renuncia del presidente. Han sido objeto de ataques y maltratos por parte de la policía y se han enfrentado a la ira de multitudes enfurecidas en algunas zonas del país.
Parece que sus redes sociales también están siendo vigiladas, a juzgar por el reciente incidente en el que un periodista fue interrogado por la policía por una fotografía que publicó en Twitter. Otra presentadora que trabajaba para una cadena de televisión estatal fue interceptada hace unas semanas tras plantear cuestiones sobre la falta de competencia del presidente en un post en redes. Además, dos corresponsales parlamentarios fueron intimidados y amenazados por dos políticos del partido gobernante mientras realizaban su trabajo. Es probable que veamos más incidentes de este tipo en los próximos meses, ya que los periodistas son siempre un blanco fácil.
¿Cuál es tu evaluación general de cómo los medios internacionales han cubierto la crisis hasta ahora?
Sri Lanka ha despertado un gran interés internacional y hay muchos periodistas extranjeros que están en el país informando sobre la situación. Como para cualquiera que se ve empujado a una situación que desconoce, son muchos los desafíos a los que se enfrenta la prensa internacional y por ello depende en gran medida de la ayuda de la población local.
Si bien ha habido tergiversaciones en algunos reportajes, en general la cobertura ha sido satisfactoria. Por supuesto, si se analiza con microscopio, examinando cada frase o cita, se tiene la sensación de que los reporteros internacionales no entienden la situación en su totalidad. Quienes entran y salen no captan los matices de una historia o situación como lo hacen los medios locales.
Por otro lado, los periodistas internacionales radicados en Colombo y los observadores de Sri Lanka tienen un buen conocimiento de los acontecimientos que están desarrollándose.
¿Qué consejo daría a los periodistas que actualmente cubren la crisis?
Es importante que los periodistas lleven siempre consigo la acreditación del medio para el que trabajan para que, en caso de ser cuestionados, puedan demostrar su identidad. Últimamente, el personal de los medios locales ha recibido chaquetas de prensa para facilitar su identificación y los fotógrafos/videógrafos han empezado a llevarlas. Dada la volatilidad de la situación en el país en este momento, existen riesgos independientemente de las medidas de seguridad que se tomen, como en cualquier situación de conflicto.
Hasta ahora los periodistas locales son los que han tenido que enfrentarse a amenazas, intimidaciones, etc. Pero esto podría cambiar a medida que evolucione la situación.
Las mujeres periodistas, en particular, tendrán que tener mucho cuidado, ya que podrían sufrir acoso, como es habitual en las calles, y más aún cuando trabajan en situaciones volátiles.
Foto vía Pexels de Eugene Dorosh.