Los medios incorporan cada vez más producciones de videos y las escuelas de periodismo profundizan sus capacitaciones en esta área. Editores de noticias y profesores están invirtiendo mucho más tiempo en la visualización de videos. Sin embargo, no todos están capacitados para juzgar su calidad.
A continuación presentamos una guía para quienes no tengan demasiada experiencia en la producción de videos:
La primera regla es la más importante. Yo la llamo “la prueba de la pizza grande”. Es cierto: puedo comerme una pizza grande entera. ¿Pero es algo que debería hacer?
Hay algunas historias que no necesariamente funcionan en video. ¿Una pieza aburrida sobre la municipalidad con una pista de sonido tediosa en la que habla un funcionario en voz monótona? A nadie le importa. No debes hacer ese video. Funcionará mejor en papel.
¿Una entrevista en la que los hechos más importantes de la historia son contados por un portavoz? No la hagas. El video es una herramienta que se luce mejor cuando puede reunir acción, emoción o construcción de personajes. Hacerlo solo porque “necesitamos tener videos en el sitio” es con frecuencia una pésima idea.
Las noticias televisivas ya se han dado cuenta de esto; es por eso que a veces verás 20 segundos de coches de policía transitando por una calle, mientras el presentador cuenta acerca de una nueva reglamentación que pondrá a más de 20 agentes de policía en la calle. El video es solo una referencia para lo que dice la voz, que es lo importante. Ahí no hay nada para ver. Cuando estés decidiendo qué poner en una historia, pregúntate si deberías comerte la pizza entera o si eso solo va a traerte problemas más adelante.
Aquí hay otros tres puntos clave, en términos técnicos.
1. Evita distracciones en el plano
El espectador está buscando cualquier razón para abandonarte. Necesitas trabajar en base a esa suposición. Vivimos en una sociedad con poco tiempo. Así que debes minimizar las distracciones de tu video. Existen dos tipos de distracciones: las de plano y las técnicas.
Una distracción de plano sería, por ejemplo, una planta o una lámpara que emerge detrás de la cabeza del entrevistado. También podría serlo un conjunto de personas en foco moviéndose detrás del sujeto (algo que ocurre con frecuencia en los videos hechos con dispositivos móviles, debido al funcionamiento de esas cámaras) o un cartel en el fondo, que los espectadores posiblemente leerán en lugar de poner toda su atención en los protagonistas de la historia.
O incluso puede ser algo tan simple como un entrevistado que se balancea de atrás y hacia delante en el plano porque está sentado en una mecedora. Una distracción técnica podría ser una iluminación que proyecta una sombra sobre el rostro del entrevistado, una imagen temblorosa debido a que la cámara estuvo siendo sostenida por una mano durante un período prolongado (y no por un trípode), o un foco que va y viene durante una escena.
Tu alarma de calidad debe sonar si se presentan alguno de estos casos.
2. Busca un buen sonido
Una entrevista con buen sonido es una entrevista en la que se puede escuchar lo que dice el sujeto sin distracción alguna. Un espectador puede quedarse mirando una mala imagen, pero no tolerará un mal sonido. Existen muchas maneras de mitigar un mal sonido, pero enfoquémonos en cómo hacer para evitarlo.
Lo primero es ese ruido ambiente “phphphphph” que ahoga a la propia entrevista. Puedes aumentar el sonido general del clip, pero el ruido también aumentará en proporción: si subes el sonido del clip, subirás también el del ruido. Los espectadores pueden tolerarlo un poco, pero no debe llegar a ser abrumador. Lo mismo con los niveles generales de sonido, que deben ser coherentes dentro de una pieza. El espectador no puede escuchar con esfuerzo una parte de la historia y luego ser aturdido por la otra. Regla general: lo que suena para ti, también sonará para el resto.
El segundo tema del sonido es el ruido de fondo. A veces no puede evitarse debido al entorno en el que se desarrolla la entrevista, pero las estridencias de fondo son difíciles de ignorar. Y más aún lo son los sonidos específicos del ambiente, particularmente los que están en los mismos rangos de frecuencia (piensa en una entrevista que ocurre en una cocina mientras que alguien está guardando los platos) o aquellos prolongados y discernibles de fondo, como el que hace un tren en movimiento.
Aquí hay elementos técnicos, pero también un tema del servicio al cliente: ¿Quién quiere escuchar una entrevista donde lo que está pasando en el fondo es más interesante que lo que está sucediendo en el primer plano?
3. Asegúrate de que no se vea desprolijo
Hay errores técnicos en la edición que pueden arruinar un buen contenido. Presta atención a los “flash frames”, esos cuadros negros que aparecen entre clips que no son adyacentes en una línea de tiempo. Fíjate también en los saltos de los niveles de iluminación en una escena (dentro-fuera-dentro-fuera es un salto muy común, o cuando se va y viene entre una entrevista y el b-roll). Ten cuidado con los errores de sincronización, como cuando el audio se desfasa de la pista de video y parece una película mal doblada.
Esto es apenas un vistazo de todo lo que puede ir mal en un video. Se trata de los errores más obvios. Algunos se corrigen con una lección de 10 minutos sobre, por ejemplo, cómo aprender a encuadrar entrevistas. Otros se arreglan fácilmente con la compra de un trípode o un micrófono. Y otros, como los errores de edición, requieren saber sobre el tema para reconocerlos y detectarlos.
Judd Slivka es profesor adjunto de periodismo convergente en la Escuela de Periodismo de Missouri. Anteriormente ha trabajado como periodista para el Arkansas Democrat-Gazette, el Seattle Post-Intelligencer y el Arizona Republic. Síguelo en Twitter.
Este post fue publicado originalmente en American Journalism Review y es reproducido en IJNet con permiso.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, via Luke Roberts.