Cómo los periodistas y lectores pueden comprobar la autenticidad de una fotografía

por Nicole Smith Dahmen
Oct 30, 2018 en Periodismo multimedia

Las fotografías son mucho más que un elemento estético: nos ayudan a contar mejores historias.

Las fotos pueden proporcionar información al documentar eventos noticiosos, dar pruebas de descubrimientos científicos y evidenciar los horribles efectos de una guerra o de desastres naturales.

Las historias que incluyen fotografías captan más rápidamente la atención del público. Las fotos se procesan rápidamente, y pueden aumentar la interacción en las redes sociales. Y como las fotografías son una fuente de información visual, no existe barrera idiomática para interpretarlas, como en el caso de las noticias escritas o habladas.

Tal vez lo más importante: las fotografías pueden generar fuertes reacciones emocionales en las audiencias, y tienen la particularidad de ser recordadas y reconocidas de tal manera que sirven como marcadores icónicos colectivos de eventos históricamente significativos.

Pero las fotografías también pueden confundir, falsear y mentir. Hay imágenes que son alteradas digitalmente, pero también estamos viendo ejemplos de fotografías no manipuladas que reciben una descripción politizada para apoyar un punto de vista particular.

La proliferación de fotografías manipuladas digitalmente, sumada a la propaganda política, ha ayudado a inaugurar la era de la post-verdad. Y respecto a las "noticias" fabricadas, la evidencia demuestra que las mismas fotografías ayudan a alimentar su viralización como narrativas falsas.

En la imagen superior, el rostro del hombre ha sido dado vuelta, rompiendo con la dirección natural de la sombra. ¿Puedes reconocer la diferencia?  [Vía Cognitive Research: Principles and Implications]

Sí, las imágenes fotoperiodísticas –como cualquier noticia– son una construcción de la realidad. Sin embargo, los buenos periodistas visuales trabajan diligentemente para asegurarse de que sus fotos sean representaciones exactas. Ha habido graves violaciones éticas por parte de algunos medios de comunicación a la hora de manipular imágenes, pero son pocas y distantes entre sí. Además, los códigos de ética del periodismo son claros en que las fotografías no deben "distorsionar los hechos" o ser editadas de tal manera que "engañen a espectadores o tergiversen a los sujetos".

Con las fotografías, como con toda información, el público debe ser escéptico y evaluar críticamente la credibilidad de su contenido. Sin embargo, el cuestionamiento público "a menudo está ausente o ha sido poco desarrollado". Además, investigaciones recientes sugieren que, en general, el público no puede identificar fotos manipuladas. Esto es especialmente preocupante debido a que los algoritmos informáticos están asumiendo la tarea de la alteración digital, mientras el software de edición de fotografías se vuelve cada vez más sofisticado.

Por lo tanto, sí, es cada vez más difícil detectar la manipulación digital. Pero hay pasos que tanto los periodistas como el público pueden –y deben– tomar para identificar estos casos.

En primer lugar, los fotoperiodistas y los medios de comunicación deben velar por la autenticidad de una fotografía, y ser más transparentes en cuanto a la captura y el tratamiento de una imagen. Como ejemplo, las noticias digitales tienen espacio para publicar tanto el archivo editado como el archivo "crudo" (el raw) de una imagen: los archivos sin procesar permitirían al público ver exactamente qué contenido se ha alterado, así como la información de captura de la imagen que proporciona el archivo raw (como la velocidad de obturación y la apertura). Tal transparencia podría ayudar a restaurar la confianza del público en los medios.

En segundo lugar, las audiencias deben aprender a evaluar críticamente los contenidos, especialmente las fotografías. Si bien hay muchos aspectos a considerar, los siguientes puntos básicos pueden ayudar a determinar tanto la manipulación como la tergiversación digital.

Estudia estética fotográfica, explorando detalles como iluminación, ángulo y recorte. Revisa la narrativa que acompaña a la fotografía –ya sea en las redes, en un título o en un artículo– y compara la palabra escrita con la documentación fotográfica. Reflexiona sobre la fuente, aprendiendo a separar las noticias de las fuentes partidistas, así como de la publicidad, las relaciones públicas, la parodia y la propaganda. Revisa de qué manera otros medios están informando sobre la misma historia, y visita sitios de verificación no partidistas. Por último, reconoce tus propios sesgos personales acerca de un tema y de un medio de comunicación.

Una continua integridad y transparencia periodística sumada a consumidores de noticias bien formados puede garantizar que las fotografías sean narradoras confiables de la realidad.

Nicole Smith Dahmen es profesora asistente de comunicación visual en la Universidad de Oregón.

Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Brian Gratwicke.