Cómo involucrar a tu audiencia para detener la desinformación en medio de la pandemia

May 4, 2021 en Cobertura del coronavirus
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El presente artículo corresponde a nuestra serie sobre el coronavirus. Entra aquí para leer más.

La saturación de información y la circulación de contenidos engañosos y maliciosos en el contexto de la pandemia por la COVID-19 obliga a los medios de comunicación a profesionalizarse en la verificación de información, pero también exige a las y los lectores a ser más críticos en su consumo informativo; ya no cabe espacio para amplificar el ya rebasado poder que ha ganado la desinformación.

Como periodistas y medios de comunicación vemos el impacto de la infodemia y del desorden informativo en el consumo de noticias, lo que ha llevado a modificar el ecosistema de la información y, con ello, un declive en la confianza de los lectores hacia el ejercicio informativo.

La desinformación en medio de la emergencia sanitaria se ha convertido en uno de los mayores desafíos que actualmente enfrenta el periodismo. Los periodistas y medios se encuentran en desventaja porque ese contenido engañoso circula mucho más rápido que la propia verificación.

Si la realidad es que el consumo del buen periodismo es bajo, ¿qué estamos haciendo para revertirlo? Un camino posible recae en la integración de audiencias como aliadas; no se trata solo del consumo de contenidos, sino del entendimiento y disertación de lo que involucra la información errónea en la toma de decisiones y vida pública.

La apuesta ahora es mostrar cómo la desinformación manipula o engaña a quién la recibe y a quién la comparte, cómo siembra miedo y crea reacciones en cadena, y cómo detrás de ese 'virus' hay intereses personales o políticos.

Es el momento de la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI) que permita a las y los lectores distinguir la información confiable de la fabricada, a garantizar su acceso a la información desde un ambiente ético, y a consumir contenido privilegiando la calidad y la precisión sin comprometer, en gran medida, su tiempo en medio de un ambiente digital donde la velocidad es importante.

[Lee más: ¿Cómo se interpreta realmente la desinformación? Un proyecto internacional busca respuestas]

 

El avance de la desinformación recae en la vulnerabilidad de los receptores del contenido, a quienes usan como amplificadores de sus mensajes, ¿de qué forma los medios pueden educar a las audiencias para ser barreras de contención? La respuesta está en mostrar que los periodistas existen, que son transparentes y que con ellos hay credibilidad.

El compromiso social que implica la verificación se extiende. La audiencia no se limita a lecturas, sino a comprender conceptos que les impulsen criterios de consumo de noticias: ¿qué es la desinformación y cómo impacta en medio de una crisis sanitaria?, ¿qué es una fuente fiable?, ¿cómo evitar la malinformación? y ¿cómo las plataformas digitales contribuyen en el desorden informativo?

Un buen aporte está en generar una guía de verificación de información que otorgue a los lectores herramientas para que reconozcan y se resistan a un efecto de manipulación frente al contenido falso disfrazada de noticia.

La iniciativa de la UNESCO sobre cómo frenar la desinformación en tiempos de coronavirus sirve de ejemplo para replicar el esquema, incluso en alianza, como lo hizo con Chequeado y LatamChequea, a través del proyecto Portal Check que promueve el pensamiento crítico.

Difundir pensamiento crítico en la audiencia de los medios informativos involucra:

  • Mostrar preocupación de lo que significa ser parte de una red de mensajes intencionalmente dañinos
  • Generar alertas para tomar un tiempo de observación sobre el contenido que les llega
  • Incentivar lectores y lectoras ávidos de un consumo de noticias razonado
  • Desarrollar un escepticismo saludable sobre la información que se consume, que permita sopesar la veracidad de las fuentes, videos, imágenes, datos y gráficos.

Compartir los cinco pilares de la verificación resulta clave en el ejercicio de alfabetización sobre las noticias: cuestionar sobre el contenido original, quién está detrás del contenido, cuándo se creó, dónde se creó y la razón que motivó la creación.

Uno de estos proyectos que impulsa los pilares de verificación es el lanzado por Univision, International Fact-checking Network y Luminate, con la creación del personaje de Lupita, que comparte 10 antídotos contra la desinformación en tiempos de la COVID-19 y otorga a los lectores una serie de consejos para reaccionar adecuadamente cuando reciban noticias con enfoque alarmista.

Ejercicios exitosos sobre la alfabetización de audiencias han resultado en medios como The Guardian, al integrar historias en Instagram para contrarrestar la propagación de desinformación, o por medio de cuestionarios en su sitio web.

A su vez, un periodismo de investigación con análisis de datos que revele identidades falsas detrás de movimientos digitales con fines engañosos es una forma de aportar a la batalla contra la desinformación, como es el caso de Rappler.

Reportes periodísticos que expliquen cómo el contenido falso se propaga en casos de estudio ha resultado un camino para The New York Times dentro de la alfabetización informacional.

Las narrativas generadas como parte de la alfabetización mediática deben estar diseñadas desde el consumo de la audiencia; de esta forma, encontramos casos de éxito como el medio The Quint, que buscó contrarrestar el contenido engañoso desde WhatsApp en la India.

[Lee más: Estrategias para contrarrestar la difusión de desinformación]

 

Al incentivar en los lectores su colaboración para detectar contenidos falsos, se les incluye en el proceso informativo y se les reconoce. La colaboración periodista-audiencia debe sostenerse durante y después del proceso de verificación. De esta manera, la posibilidad de viralizar la verificación, en alcances similares a la desinformación, se mantiene presente.


Lucero Hernández García es periodista independiente y estratega digital; maestra en Comunicación y Medios Digitales con Especialidad en Producción Multimedia; docente universitaria en Periodismo de Precisión y Periodismo Digital, y tallerista sobre herramientas digitales. Síguela en Twitter y en Instagram.

Imagen con licencia Creative Commons en Unsplash, vía Priscilla du Preez