¿Por qué fracasan algunas plataformas promisorias para freelancers?

por Julie Schwietert Collazo
Oct 30, 2018 en Freelancing

Spot.us. Contributoria. Uncoverage. Emphas.is.

Algunos de esos nombres pueden resultarte familiares, o tal vez nunca hayas oído sobre otros de ellos. No te sientas en falta: las plataformas de financiación y publicación periodística van y vienen rápidamente, y nos encontramos en un momento que extrañamente recuerda al fracaso general de muchas empresas punto com a fines de los 90.

Sitios y aplicaciones se inauguran todos los días, afirmando su compromiso de revolucionar el periodismo. Promocionan su trabajo en TechCrunch, MediaShift, WIRED y The New York Times, y se las arreglan para asegurarse una o dos rondas de financiamiento o alguna prestigiosa subvención antes de retirarse y desconectarse para siempre.

Por su parte, los periodistas que trabajaron en esos proyectos luego quedan abandonados, y deben volver a invertir su tiempo para construir un nuevo perfil e importar enlaces y PDFs a un nuevo portafolio.

Han traído a su red con ellos, y convencido a amigos, familiares y colegas de que apoyen su trabajo en estos nuevos y prometedores sitios. Incluso los periodistas que apoyan a la innovación digital en el periodismo empiezan a perder el entusiasmo al ver que un sitio cierra y otro abre.

Pero los periodistas no solo lamentan el tiempo invertido y el flujo de ingresos cuando estas plataformas fracasan. Lauren Razavi, una periodista freelance que trabaja para The Guardian, New Statesman y VICE, y que usó Contributoria para financiar y publicar siete reportajes en siete meses, dice que la desaparición de este sitio también tuvo consecuencias menos tangibles. 

“El mayor impacto que Contributoria tuvo en mí fue en términos de experimentación y comunidad”, dice. "Las historias con poca cobertura encontraron una audiencia a través de la plataforma, y para los escritores incipientes fue posible recibir devoluciones y ediciones de su trabajo por parte de periodistas profesionales. Creo que el elemento colaborativo sumado a la agenda irrestricta era algo realmente interesante”.

Razavi señala, sin embargo, que ese enfoque democrático en la financiación y la publicación también tenía un lado negativo que pudo contribuir a su desaparición.

“Uno de los mayores problemas de Contributoria era la infiltración de no-escritores (y de personas que no hablaban inglés, en muchos casos) que querían hacer dinero. Esto significaba que algunas propuestas y a veces incluso algunos reportajes que aparecían en el sitio tenían muy poca calidad”, comenta.

Con la abundancia de fuentes con las que el lector puede acceder a historias bien investigadas y correctamente escritas, ¿por qué este invertiría tiempo en leer artículos de mala calidad en Contributoria?

Esta cuestión apunta a la parte faltante de la ecuación a la hora de diseñar una plataforma orientada al periodismo innovador con poder de permanencia, dice Kevin Davis, ex editor y jefe de la Investigative News Network, y ahora consultor principal de KLJD Consulting.

El problema de sitios como Contributoria, Spot.us, Uncoverage, Emphas.is, y otros, sostiene Davis, “es que todos intentaron ayudar a los autores a monetizar desde la perspectiva de los autores, y no de la audiencia. En otras palabras, el problema que estaban intentando resolver estuvo articulado por y para periodistas, pero no estaba enfocado en las comunidades de personas a las que ese periodismo debía servir”. Davis se refiere, por supuesto, a los lectores.

Según su opinión, el lector promedio no está interesado en contribuir a revolucionar el periodismo, ni mucho menos en salvarlo. Los lectores quieren lo que los consumidores de periodismo han querido siempre: estar informados y entretenidos.

“Ninguna de estas plataformas ayudó a los consumidores en modo alguno”, continúa Davis. De hecho, “no lograron articularse y convertirse en una solución al problema en el nivel del consumidor”. Esto es una pena, añade Davis, ya que “los consumidores son, en última instancia, la fuente más grande de financiamiento”.

Por estas razones Davis está interesado en ver si un sitio como Beacon, que sí incluye al lector en la ecuación, está apto para sobrevivir en el largo plazo.

Davis dice que hay sitios que evitan estos problemas pero, curiosamente, ninguno de ellos se vende como un sitio de periodismo. Como ejemplos señala a WordPress y MailChimp, que ayudan a los editores "a alcanzar y atraer a las audiencias en lugar de monetizarse”.

Tarde o temprano, sin embargo, una plataforma necesita de una fase de monetización si espera sobrevivir más allá de la etapa del lanzamiento. A la espera de una plétora de nuevos sitios para esta temporada como Pressland y el muy esperado PitchLab/WordRates, ¿serán capaces los innovadores periodísticos de desarrollar productos que reúnan todas las piezas de modo que funcionen?

Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Johan Larsson.