Este recurso forma parte del kit de herramientas para medios de comunicación en el exilio de IJNet, elaborado en colaboración con la Red de Medios de Comunicación en el Exilio (NEMO), y con el generoso apoyo del Fondo de Emergencia para Periodistas Joyce Barnathan.
En contextos de exilio y censura, varios medios han apostado por crear productos propios que capitalizan su identidad, su capacidad analítica o su vínculo con audiencias específicas. Dos caminos, muy distintos entre sí, pero igual de ilustrativos, son los emprendidos por Caracas Chronicles: su tienda online y su Reporte de Riesgo Político (Political Risk Report, PRR).
Estos productos, aunque nacidos de la misma organización, ilustran enfoques contrastantes: uno basado en la marca como cultura compartida; el otro, en la expertise como servicio de valor.
En un momento de experimentación creativa, Caracas Chronicles decidió lanzar una tienda online con productos impresos —principalmente camisetas— que reflejaban el humor político, la irreverencia y el espíritu crítico del medio. Además de un intento comercial, fue una apuesta por hacer tangible la comunidad editorial.
“Fue muy divertido… hacíamos camisetas con frases como ‘El socialismo no me dejó nada’, y eso conectaba con la audiencia”, cuenta Raúl Stolk, su director.
La tienda logró cierto eco entre lectores que querían no solo leer el medio, sino también portarlo, convertirlo en símbolo, conversación, identidad. Sin embargo, como producto comercial, pronto reveló sus limitaciones: el esfuerzo necesario para mantener inventario, logística, atención al cliente, marketing y diseño superó la capacidad operativa del equipo.
“Para que funcionara realmente, hacía falta un equipo creativo y de ventas dedicado. No lo teníamos, y no podíamos desviar energía editorial para eso.”
Lección estratégica: las tiendas pueden ser efectivas para profundizar la relación con la audiencia y reforzar la marca, pero difícilmente serán sostenibles sin una estructura de gestión profesional.
A diferencia de la tienda, el PRR nació desde otra matriz: la del análisis político riguroso como producto de alto valor. Inspirado en unidades como la Intelligence Unit de The Economist, el PRR, de Caracas Chronicle, se plantea como un informe semanal, elaborado por un equipo separado, destinado a clientes internacionales que necesitan entender el devenir político venezolano.
“Este producto se alimenta de fuentes tanto en la oposición como en el gobierno... Es un análisis que enviamos a los suscriptores cada semana”, explica Stolk.
Al análisis de riesgo político pronto le agregaron un análisis específico sobre el mercado energético venezolano, y consiguieron con ello un nuevo sector del mercado.
El desarrollo de estos reportes supuso varios aprendizajes claves para el equipo de Caracas Chronicles. Primero, fue necesario crear un equipo independiente que operara con lógica propia, separado editorial y éticamente de la redacción del sitio.
“Tuvimos que separar completamente al equipo que hace el PRR del equipo editorial... operamos con una muralla china”, insiste Stolk.
Esa separación fue estratégica, no solo para evitar conflictos de interés, sino para proteger la credibilidad de ambas unidades. Hoy, los reportes no solo representan una fuente estable de ingresos, sino que han dado lugar a una segunda línea de negocio: consultorías políticas por encargo para organizaciones internacionales.
Lección estratégica: monetizar el conocimiento profundo de un contexto político o nacional específico es posible, siempre que se resguarde la integridad editorial. Un producto como el Reporte de Riesgo Político o similares requiere estructura, metodología, canales de venta y compromiso ético, y puede garantizar la producción de otros contenidos de acceso libre para las audiencias de los países a los que tuvieron que salir los periodistas exiliados.
Imagen de Klára Vernacová, con licencia Creative Commons en Unsplash.
Nieves creó este recurso como parte de su beca ICFJ Knight.