Estar bien informado sobre un tema y entender cómo funciona es una forma de ser inmune a la desinformación. Pero no es algo sencillo y no todos podemos estar bien informados sobre todos los temas. Muchas veces, para los ciudadanos que siguen la actualidad de manera superficial puede ser aún más difícil. Pero eso no significa que no haya mucho que hacer para mejorar la situación.
Los procesos electorales son complejos e incluyen muchísima información. Desde quiénes son los candidatos y cuáles son sus propuestas, hasta cómo se debe emitir el voto, qué día y en qué lugares. En el medio, hay información sobre las encuestas y las posibilidades de cada uno de ganar, sobre quiénes están habilitados para votar y sobre cómo se hace el conteo. Toda esa información puede volverse un exceso de contenido que vuelva difícil estar al día.
Y, a eso, se suma que muchas veces no hay información clara publicada sobre el tema en formatos sencillos. Esto es lo que llamamos "vacíos informativos". Temas sobre los cuales no existe buena información publicada y fácil de encontrar. Y estos vacíos pueden llevar a quien busca información sobre el tema a caer en desinformación porque es lo primero que aparece.
La falta de información puede darse por distintas razones. A veces se da porque es algo muy nuevo, algo que acaba de ocurrir y todavía hay poca información al respecto: como un altercado en un centro de votación. En estos casos, muchas veces los periodistas pueden preferir esperar a tener buena información confirmada antes de publicar lo que pasó. Es lógico. Pero al hacerlo, dejamos el espacio vacante para que lo llenen desinformantes que no tienen esos escrúpulos.
Por eso es importante tener en mente que estos vacíos pueden ocurrir para actuar rápido y contar qué información sí sabemos y qué no se puede saber. Ser honestos y transparentes sobre lo que se conoce de una situación puede ayudar a las personas a entender qué ocurrió, qué está confirmado y qué no se puede saber aún. Así, cuando alguien les afirme con certeza algo que todavía se está investigando, la persona puede saber que eso aún no se puede confirmar.
Otra razón por la que pueden darse los vacíos informativos es porque no se identificó la necesidad de informar sobre un tema particular, por ejemplo porque se considera algo sabido o conocido por todos. Esto puede ocurrir con los sistemas de votación. Se asume que la población sabe cómo se vota o qué puede invalidar un voto, cuando en realidad muchas personas no tienen esa información tan clara. Repetir la información básica es una buena práctica.
Y esto no afecta a todos por igual: hay comunidades para las cuales se produce peor información que otras. Es el caso, por ejemplo, de las comunidades latinas en los Estados Unidos, para quienes existen más vacíos informativos porque hay menos medios y organizaciones produciendo contenido de calidad alineado con sus preocupaciones. Esto es aprovechado por los desinformantes, como encontró un análisis que mostraba que los grupos más extremistas producían más contenidos sobre eventos que involucraron a las comunidades latinas en algunas plataformas.
Pero estas comunidades están lejos de ser las únicas afectadas por los vacíos informativos. Y en todos los países Latinoamérica hay muchas desinformaciones que justamente aprovechan estos temas sobre los que no hay información de calidad de fácil acceso.
Por ejemplo, en Estados Unidos, una narrativa desinformante que circuló con mucha fuerza en las últimas elecciones presidenciales fue que hubo fraude, principalmente gracias a los votos anticipados por correo. Este es un sistema que se usa desde hace 150 años en algunos estados del país y los especialistas aseguran que es seguro. Pero al ser algo distinto al voto manual y más complejo en términos técnicos, es más fácil que haya desinformaciones virales (con mentiras o medias verdades) sobre ese tema.
Algo similar puede decirse sobre los documentos con los que se debe ir a votar. Como a veces las regulaciones van cambiando, circulan desinformaciones sobre este tema en muchos países. Y esto se intensificó especialmente cuando debido a la pandemia de COVID-19 algunas naciones permitieron que se votará con distintos documentos, incluso algunos vencidos.
También pasa con las fechas de las votaciones. En las elecciones de 2020 en Chile, donde se plebiscitó una nueva Constitución, circuló falsamente que debido a un nuevo protocolo de salud por la pandemia se iba a poder votar en dos días distintos. Pero esto era falso. Y, en parte, esta desinformación se hizo viral porque otras elecciones chilenas, como las municipales, sí se realizan en dos días distintos.
Estar atentos a qué búsquedas están haciendo las distintas comunidades puede ayudar a identificar cuáles son los vacíos informativos y llenarlos. Una posibilidad es analizar las búsquedas que se hacen en Google, a través de Google Trends, o también ver qué se busca en otras plataformas podría ayudar a identificar esas inquietudes y completar los vacíos.
Muchas veces esa información incluso está disponible en Internet, sólo que está en largos documentos difíciles de encontrar. Pasar eso a textos sencillos, que usen las palabras que las personas están usando al buscar contenido sobre ese tema, o generar imágenes y videos que puedan circular en redes sociales puede hacer toda la diferencia.
Para más información sobre los tipos de desinformación electoral, puedes consultar Portal Check y este sitio donde hay más recursos para periodistas.
Este recurso forma parte de un kit de herramientas para cubrir períodos electorales y detectar desinformación relacionada, producido por IJNet en alianza con Chequeado y Factchequeado, y con el apoyo de WhatsApp.
Imagen de Najib Kalil en Unsplash.