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Periodistas de canal de televisión despedidas en Paraguay, tras denunciar violencia sexual

Jan 1, 2023 发表在 Libertad de prensa
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Angie Prieto trabajó durante 13 años para el canal de televisión C9N, parte del grupo mediático Albavisión en Paraguay. El 5 de octubre de 2022 la conductora fue despedida, junto con otras compañeras, por denunciar acoso sexual en el ámbito laboral. El denunciado es Carlos Granada, el exgerente periodístico del canal acusado por acoso sexual y coacción sexual en agosto de 2022, y que actualmente se encuentra con prisión preventiva.

Prieto, que empezó a trabajar con 18 años, contaba con estabilidad laboral por antigüedad y tiene dos hijos, quedó sin trabajo de un momento a otro por exigir sus derechos laborales. Incluso, Albavisión la denunció por el delito de injuria una vez que ella hizo públicos los abusos que vivió en el canal y se manifestó en redes sociales y en las calles junto con sus compañeras, y también realizó una querella autónoma en su contra para poder despedirla sin pagarle lo correspondiente por sus 13 años de trabajo.  

En los últimos meses Prieto ha narrado a medios locales e internacionales los abusos que sufrió junto con sus colegas por parte de jefes y compañeros de trabajo. Lo sufrido va desde actitudes y comentarios sobre sus cuerpos o vestimenta, hasta presiones a tener sexo para conseguir “pantalla”. También dice que durante mucho tiempo no asumían la gravedad de los hechos por normalizarlos, y aunque las incomodara los dejaban pasar. De alguna forma sabían que denuciarlos podría implicar represalias, como está sucediendo ahora. 

La normalización de los hechos de acoso y abuso sexual es una actitud de sobreviviencia en los medios de comunicación por parte de las periodistas paraguayas. Las cifras más recientes son de una encuesta que realizó la Red de Mujeres Periodistas y Comunicadoras del Paraguay, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Este año encuestaron a 106 trabajadoras de los medios, de las cuales seis de cada diez contestaron que sufrieron acoso sexual durante su carrera.

A su vez, el 73% dijo que se desempeñaba como periodista en un medio cuando ocurrió el hecho; el 88% de estos casos no fueron denunciados. Solo siete denuncias se hicieron a oficinas de recursos humanos; una ante el Ministerio Público; y ninguna a la Policía nacional. Según datos de la encuesta, la razón por la que no denunciaron fue porque “cuando ocurrió no sabía si se trataba de un acoso sexual” (39%); “por miedo a quedar expuesta y ser estigmatizada en mi lugar de trabajo” (35%); y “por miedo a sufrir persecución de los y las jefes” (30%). 

La secretaría de género del Sindicato de Periodistas del Paraguay viene realizando campañas en contra del acoso sexual y laboral contra periodistas en los medios de comunicación, así como compartiendo relatos de las víctimas, por lo menos desde 2017. Lo mismo para la organización paraguaya por la defensa y promoción de los derechos humanos TEDIC.

Desde su cuenta de Facebook, el Sindicato de Periodistas del Paraguay repudia el accionar del Grupo Albavisión, y reconoce que el despido arbitrario y el enjuiciamiento de Prieto “no es más que una maniobra para acallar las voces que denuncian los acosos y las malas condiciones laborales en el medio”. Para Noelia Díaz, coordinadora de la Red de Mujeres Periodistas y Comunicadoras de Paraguay, el caso de Prieto tiene como objetivo “amordazar a las periodistas”: “es lo que se conoce como disciplinamiento, el castigo que deberían recibir las mujeres que se atreven a hablar, a denunciar”.

Díaz agrega que también “se trata de un caso de espionaje y violación a la intimidad”, debido a que “el demandante fundamenta su acusación con prints de pantalla de mensajes que se compartieron en un grupo privado de Whatsapp”. Ella se refiere al grupo de contención “Yo te creo”, que crearon Prieto y 14 colegas para impulsar la denuncia.

Fabiola Gutiérrez, de la Red de Periodistas Feministas de Chile, dice que situaciones de esta naturaleza ocurren en los medios y redacciones de toda América Latina. “El acoso sexual es una práctica que en el medio periodístico está normalizada e invisible. Por eso creemos que el ejercicio del periodismo en sí mismo es un peligro, las mujeres que lo ejercemos estamos en riesgo de vivir este tipo de situaciones todos los días”. Y agrega: “A veces el hostigamiento se confronta, otras se evade y otras que se sostiene con sonrisas incómodas para mantener el puesto laboral”.       

Según Díaz, el caso de Angie Prieto “ayuda a visibilizar el acoso sexual” en los medios y a “dejar de normalizarlo”. También “mostró que ni Angie ni las demás están solas”, porque “hay muchas mujeres que acompañan y esa presión puede lograr algún tipo de justicia y reparación”. “Ya no les sale tan barato acosar, explotar y no asegurar trabajo digno para todas y todos”, dijo.

Por su parte, el Grupo Albavisión no emitió postura sobre el caso al ser consultado por IJNet a través de correo electrónico. Tampoco respondió ni aceptó la propuesta de la Red de Mujeres Periodistas y Comunicadoras de Paraguay para implementar un protocolo de acción ante situaciones de abuso y acoso sexual en el ámbito laboral.  


Imagen de Leticia Chamorro en Flickr, con licencia Creative Commons.