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Trabajos alternativos para periodistas: un ejercicio de adaptabilidad y reinvención profesional en tiempos de pandemia

Jul 30, 2021 发表在 Cobertura del coronavirus
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“La industria del periodismo está en horas bajas”. Esa es una afirmación fuerte, hecha por la periodista guatemalteca Susana Portillo, pero que no está alejada de la realidad. Hay muchas razones a las que podemos atribuir esta caída anunciada, desde la popularización de las redes sociales, el periodismo ciudadano y la creciente capacidad de creación de contenidos de parte de los “no periodistas”.

La también periodista y columnista guatemalteca Lesly Veliz reforzó otra idea que todas y todos conocemos desde hace tiempo: que el interés de la población en general por los contenidos periodísticos ha caído debido a que “la viralización está por encima de la calidad”, lo que pone en entredicho, según Veliz, “la seriedad y las auténticas funciones por las que fueron creados los medios de comunicación masiva”.

Todo eso ha tenido un impacto directo en la estabilidad laboral de las y los periodistas en todo el mundo. Además, la pandemia se sumó a esta conversación, y ha complicado aún más el panorama para el periodismo en general. Y aunque no podemos negar que la nube negra de negativismo se mueve sigilosamente sobre nuestras cabezas, no todo está perdido.

Mientras el periodismo sale de su crisis de identidad y termina de redefinir el papel que quiere interpretar en la sociedad moderna actual, como periodistas aún podemos poner nuestras habilidades al servicio de la comunidad, sin que esto represente un paso atrás en nuestras aspiraciones laborales y financieras.

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La habilidad de adaptarse

La desventaja que los contenidos creados con fundamentos periodísticos enfrentan contra aquellos realizados por la población en general es que los primeros requieren de mayor tiempo de producción, ya que se hacen en base a información contrastada y producto de un proceso investigativo claro, mientras los segundos se hacen en base a las tendencias del momento y no requieren de datos certificados o de la opinión de gente experta en el tema.

Pero, enfocado en las actividades correctas, ese proceso periodístico riguroso puede adaptarse a casi cualquier otra actividad no periodística, y puede llegar a convertirse en un elemento clave en la cadena de valor de algún producto o servicio. “Un médico no puede adaptar lo que sabe a otras actividades, como un restaurante o consultorías para el empoderamiento de la mujer, mientras que el periodismo (una forma de comunicación) sí”, dijo Portillo, quien abandonó el periodismo e inició un emprendimiento de creación de contenidos para empresas de diferentes sectores.

“Como comunicadores podemos adaptar la experiencia que tenemos y aplicar técnicas de contenido. El consumidor ahora no solo está pendiente del precio de los productos o servicios, sino también de dónde viene ese producto y cómo se construyó la empresa”, añadió Portillo. La mejor manera de adaptarse es dejar de pensar únicamente como periodista y empezar a pensar como comunicador.

A partir de esta visión más amplia, más allá del periodismo nos pueden esperar consultorías con entidades no gubernamentales, redacción de comunicados de prensa, perfiles empresariales, creación de archivo fotográfico para empresas de productos, documentación de procesos de investigación científica, o incluso el ghostwriting.

Este es un concepto relacionado con el content marketing, dirigido al posicionamiento de marcas, empresas y productos online. Según el sitio web Posted-In, “la demanda de trabajo bajo esta modalidad es casi que infinita”. “En la web hay millones de sitios que requieren publicar contenido a diario para mantener las relaciones con sus clientes y la relevancia de su marca”, agrega.

Es aquí en donde los conocimientos periodísticos pueden generar ingresos extras, o una nueva carrera menos intensa que el periodismo mismo. “No todo el mundo puede escribir. Existen emprendedores, influencers e incluso grandes empresas en donde el gerente tiene una idea en la cabeza, pero no lo puede escribir”, añadió Portillo, describiendo que existe una falta de habilidades que pueden ser oportunidades laborales idóneas para cualquier periodista.

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La rentabilidad del contenido periodístico

Estas alternativas, sin embargo, no deberían alejarnos de la idea de incorporar nuevas estrategias para ser más rentables como periodistas. “El periodismo por sí solo no es rentable, siempre fue así. Ahora, como trabajadores de la comunicación, debemos de buscar actividades tangenciales que nos ayuden a financiar los contenidos que hacemos”, dice Daniel Wizenberg, periodista y escritor argentino de Late.

Todo esto funciona si eres un periodista independiente o colaboras para un medio independiente: escribir guiones para los videos institucionales de una empresa, lanzar campañas de crowfunding, los grants (que son más una lotería que cualquier otra cosa), escribir libros, organizar talleres formativos dirigidos a empresarios. Estas son actividades útiles que podemos tomar en consideración para mejorar la rentabilidad del oficio.

Sin embargo, si de promocionar nuestro trabajo (o a nosotros mismos) se trata, las redes sociales también pueden ser nuestros mejores aliados, sin tener que abandonar el aprendizaje que el oficio periodístico nos enseñó. “No se trata de desechar nunca conocimientos. Lo que toca es adaptarse a las nuevas narrativas y a las nuevas audiencias”, comentó Wizenberg. A su modo de ver, la nueva forma de comunicar sigue basándose en los principios periodísticos en el que nos basamos siempre. “Tienes que tener un título que impacte, una primera línea que sostenga la atención de la audiencia, y después un contenido que sostenga al consumidor. Esa estructura de los videos de YouTube es la misma que tenían los contenidos de los periódicos a principios del siglo XX”, añadió.

A su juicio, no hay que caer en la desesperación y trabajar para los algoritmos, sino todo lo contrario. “Ahí está la diferencia, y el desafío, en el periodismo: que los algoritmos trabajen para ti. La mayoría de gente solo busca adaptar sus contenidos para que cumplan la regla de los algoritmos. (Los periodistas) además, deben de buscar que eso tenga rigurosidad, tenga calidad. Se trata de ir usando lo que surja y no ir tirando lo que sabemos”, finalizó el escritor argentino.

En resumen, el periodismo como profesión, y como industria, no pasa por su mejor momento, incluso a niveles de credibilidad, pero eso no significa que el proceso deba de abandonarse. Al contrario de lo que sucede con otras profesiones que requieren de conocimientos teóricos muy específicos, aplicables a situaciones muy particulares, las habilidades periodísticas pueden ser usadas en muchas de las actividades que se consumen actualmente, y solo requiere que seamos un poco más creativos y constantes, y que no perdamos la fe en un oficio que ante todo es muy gratificante y especial.


Imagen de Tyler Franta en Unsplash