Medios grandes y pequeños: enseñanzas y vivencias durante la pandemia

Автор Luis Fernando Cascante
Aug 6, 2020 в Cobertura del coronavirus
pandemia

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La crisis del COVID-19 obligó a ajustar tuercas en las redacciones de medios de comunicación de todo el mundo. Había que prepararse para lo imprevisto.

Dos redacciones en Costa Rica aún transitan por la tormenta sin llegar a un puerto seguro, una con más problemas que otra, pero ambas comparten enseñanzas.

Una de ellas es la del diario La Nación, el medio más grande y reconocido de Costa Rica, y la otra Delfino.cr, un portal digital que nació hace tan solo tres años pero ya es uno de los tres medios más visitados en el país.

Pese a tener planillas y esquemas de negocios completamente diferentes, ambos medios coinciden en que se trabaja sobre la marcha mientras se aprende a trabajar en medio de una pandemia.

El director de La Nación, Armando González, afirma que la pandemia generó una mayor demanda por información veraz y confiable, y que esto se ha traducido en un aumento en las suscripciones, pero aún no es suficiente para compensar la caída en pérdidas.

Esa caída en ingresos publicitarios se tradujo en tres meses de rebaja salarial del 50% a todos los empleados del Grupo Nación y, posteriormente, en el despido de 17 periodistas y una reducción del 20% de su planilla.

“La redacción que queremos no la podemos mantener a punta de publicidad digital. Ni siquiera el New York Times puede hacerlo. No hay publicidad digital suficiente que permita mantener una operación periodística de calidad”, comentó González.

El periodista y abogado afirma que apuestan por volcar el peso hacia la modalidad de suscripción digital, pero que el tamaño del mercado costarricense puede ser un obstáculo. Aun así, considera que esa debe ser la apuesta.

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“Siempre ha sido una limitante. En el momento de oro de la prensa escrita ya lo era; nosotros teníamos limitantes de circulación. También es limitante para las suscripciones, además de que no todo mundo tiene acceso a Internet. Estamos en una etapa de transición. El que en este momento le dé la espalda al ingreso por venta de contenido es porque no quiere hacer un periódico de calidad, lo que quiere es tratar de buscar muchos ojos (clics) y financiar una redacción pequeñita con un producto limitado”, agregó.

El caso de La Nación no es único en su especie, otros medios grandes están viendo sus operaciones disminuidas a razón del covid-19. Unos decían que iba a pasar tarde o temprano, pero la pandemia adelantó una ola de despidos a nivel mundial.

The Guardian (Reino Unido), El Comercio (Perú) y El Tiempo (Colombia), así como otros medios emblemáticos de diferentes países, se han visto obligados a tomar acciones para mantenerse en pie.

González considera que aún es temprano para tomar distancia y sacar conclusiones, pero destaca la implementación del teletrabajo como una conclusión preliminar positiva.

“Hemos aprendido que el teletrabajo es posible, hemos aprendido que no puede ser exclusivo, hay que combinar. Lo presencial sigue siendo importante en el periodismo; antes el teletrabajo no se practicaba mucho, yo tenía a una sola persona en la redacción que me planteó la posibilidad. Funcionó muy bien con ella. Yo me preguntaba si eso lo podría hacer con más gente, pero había mucha duda. Esto nos ha enseñado que sí se puede”, dijo González.

El medio emergente

El sitio Delfino.cr experimenta la pandemia de otra manera. No ha existido necesidad de despidos y tampoco se requirió un proceso de adaptación al teletrabajo.

El medio es nativo digital y desde sus inicios en 2017 funciona en “modo pandemia”. Su director, Diego Delfino, salió de La Nación hace unos cinco años y decidió fundar un proyecto periodístico con sello propio, que inició como un resumen de noticias en Facebook.

Delfino utilizaba el espacio para resumir las noticias del día y añadirles un toque de fisga e ironía. Noticias “curadas y sufridas” por Delfino: así comenzó a venderse y a aprovechar el buen nombre que ya había cultivado con su experiencia en otros sitios que fundó.

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Hoy, con un equipo de solo cuatro periodistas, Delfino.cr es el tercer sitio de noticias más leído en Costa Rica. Recientemente recibió el Premio de Periodismo Pío Víquez (máximo reconocimiento periodístico en ese país), y tiene cerca de 3.000 suscriptores en su modalidad de D+.

“Nuestra redacción es pequeña, pero procuramos que fuera diversa en sus áreas de conocimiento. En el equipo hay personas con estudios en derecho, ciencias políticas, geología, psicología, mercadeo y periodismo. Siempre vimos esto como un valor agregado para tener una visión más amplia y nutrida de la agenda noticiosa”, dijo.

Como sucedió con el sitio web de La Nación, la llegada del COVID-19 significó un aumento en la visitación de su página y en el interés de nuevas empresas por anunciarse en su sitio web.

“Percibo que una de las industrias que podría haber visto proyectada o amplificada su relevancia es la de los medios de comunicación. Como está inherentemente ligada a la publicidad, que más gente consuma más medios no implica más ingresos”, explicó Delfino.

Este director de 40 años improvisó una sala de redacción en su casa y es desde ahí donde transmite desde Facebook y donde graba un podcast llamado “Curul en llamas”, donde dos de sus reporteros discuten la actualidad de la Asamblea Legislativa de ese país.

El equipo de Delfino.cr
El equipo de Delfino.cr

Delfino coincide en que el tamaño del mercado es una limitante para aumentar las cifras de suscripciones, por eso apuesta por un modelo combinado en donde exista una pauta publicitaria con un ligamen social.

“La crisis de los medios de comunicación puede ser una oportunidad si nos movemos lo suficientemente rápido. Yo creo que se puede trabajar cosas interesantes a niveles de publicidad. Estamos atrapados en la dinámica del influencer, a poner a alguien a promocionar chicles. Pueden hacerse cosas que impulsen la proyección social de las marcas. La gente empieza a apreciar que las marcas impulsen valores, como se ha visto en el caso de la NFL en Estados Unidos o el boicot de marcas a Facebook”, agregó.

En el caso de Delfino.cr, la pandemia no les ha traído mayores limitantes hasta el momento, pero sí muchos aprendizajes.

“La pandemia nos recordó que no importa cuán preparada esté y cuánto conocimiento y experiencia acumulada tenga la redacción, siempre habrá situaciones frente a las cuales lo único que puede hacer la diferencia es la escala de valores humanos del equipo profesional. Nada nos podría haber preparado para esto. Cuando pase, si pasa, solo podremos tener la paz de no solo haber dado el mejor de nuestros esfuerzos, sino de haberlo hecho desde el mejor de los lugares y con la mejor de las intenciones: informar, servir y colaborar”, concluyó.


Imagen principal de la redacción de La Nación tomada antes de que comenzara la pandemia, cortesía de ese medio. Imagen de texto cortesía de Delfino.cr.