Con Myriam Redondo, especializada en verificación e Inteligencia de Fuentes Abiertas

Dec 18, 2023 в Lucha contra la desinformación
zfcsafaf

La verificación de datos como metodología del periodismo cada vez más es reconocida como antídoto a la desinformación. 

 Pero, ¿será esta la única solución o existen otras metodologías? ¿Cómo ayudan o cuáles son las posibles limitaciones de la verificación en contextos de múltiples guerras y la dificultad global de distinguir la verdad de la mentira en los medios de comunicación?

 Sobre esto y mucho más hablamos en esta entrevista con Myriam Redondo, periodista especializada en verificación digital e Inteligencia de Fuentes Abiertas (OSINT, por su acrónimo en inglés), quien también es profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. 

 Con una mirada global, destacó que para hacer verificación digital es necesario regresar a los principios del periodismo. “Verificar es en realidad la esencia de esta profesión”, nos dice.

Vamos con lo primero, Myriam, ¿qué es la verificación de datos? 

 Verificamos datos, pero también hechos, por eso prefiero hablar de verificación digital. Aborda las dos cosas, es una expresión en español y además es la que asocio a emplear herramientas digitales para comprobar contenidos digitales o analógicos. 

 La verificación digital tiene componentes específicos, como que muchas veces estás verificando contenidos procedentes de una fuente que no conoces. Ese es, de hecho, uno de los principales elementos que tienes que averiguar: quién es la fuente que está expandiendo esa información. Eso no ocurre muchas veces con el fact-checking de declaraciones políticas, donde sabes quién ha dicho qué y lo que tienes que hacer es comprobarlo acudiendo a bases de datos. En realidad todo es verificar, dependiendo de la escuela de conocimiento de la que vengas preferirás un término u otro. 

¿Hay diferencias entre la verificación digital y la Inteligencia de Fuentes Abiertas?

 La OSINT es un campo de actividad que puede considerarse un modo de verificación digital más avanzada, en la que recopilas todos los elementos que puedas a partir de fuentes abiertas y después generas con ello una inteligencia, que es un conocimiento que puede llevarte a tomar una mejor decisión. La OSINT a veces involucra técnicas o programas más complejos, por ejemplo el uso de la línea de comandos para ejecutar acciones específicas de investigación en tu propio ordenador, en lugar de emplear un servicio online. 

También suele referirse a análisis más enfocados al crimen: encontrar a personas desaparecidas, detectar redes de pederastia, denunciar crímenes de guerra… Por último, la OSINT abre más a menudo caminos investigativos sin esperar a que exista un bulo, simplemente por sospechas o intuición de que algo no esté funcionando correctamente. Digamos que sigue más su propia agenda, y sus investigaciones pueden ser más laberínticas, más largas y hacer más uso de las reconstrucciones visuales forenses en 3D.

La OSINT ya existía en ámbitos como la inteligencia empresarial o los servicios de inteligencia. De ahí el peso que tiene en conflictos internacionales, pero ahora la tecnología la ha convertido en una metodología más accesible y muy atractiva para los periodistas.

¿Cuál es el impacto que la desinformación tiene en el escenario geopolítico cuando se habla de las guerras como la que continúa hasta el día de hoy en Gaza?

 En lo geopolítico la comunicación siempre ha sido un plano más de las relaciones internacionales y especialmente de las guerras, pero es que ahora va ganando terreno porque las personas afectadas tienen más acceso directo a esa comunicación internacional, a través de sus móviles y las redes sociales.

Si observamos en Israel-Palestina, lo que vemos es que la desinformación juega un rol prioritario con dos narrativas totalmente enfrentadas que tratan de contrarrestarse la una a la otra. La cuestión es que normalmente quienes tienen más poder para ejercer esas narrativas desinformativas son Estados autoritarios o Estados que tienen una larga experiencia y mucho músculo para la propaganda. 

Los pueblos o países que no forman parte de la élite mundial tienen menor capacidad de verificación digital o de OSINT para sus periodistas. Sería importante que la verificación se haga desde todas partes para combatir los posibles sesgos de la OSINT. Si yo hago un análisis sobre Gaza, va a tener más de “eurocentrista” que si lo hace una persona de la zona.

¿Cuál es el poder y límites de la OSINT como una metodología de verificación a las noticias sobre los conflictos globales?

 Cada vez hay más esfuerzos para que la OSINT combata los crímenes de atrocidad (crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y genocidio). Hace unos meses organizamos un congreso en Madrid que analizaba cómo podemos los periodistas enfocar nuestra tarea para que los contenidos que recopilamos sirvan como pruebas contra este tipo de crímenes en tribunales internacionales.

Esta es una vertiente de la verificación que puede ayudar mucho a ejercer la justicia internacional y en la que los periodistas pueden contribuir muchísimo. Se trata de guardar, archivar y preservar con ciertas condiciones para que luego esas imágenes o vídeos puedan ir a parar a un tribunal y se consiga meter en la cárcel a quien no respeta los derechos humanos.

En cuanto a sus límites, la verificación digital a veces genera rechazo hacia quienes hacemos verificación porque nos consideran un poco expertos de sofá por estar pegados al ordenador. Pero en realidad una verificación basada en técnicas digitales u OSINT no se aparta para nada de las buenas normas de estilo del periodismo como las cinco W. Verificar es la esencia del Periodismo, sólo le añadimos una dimensión digital.

 Y bueno, la verificación digital no es mágica. Tú puedes poner en marcha medidas para verificar, pero después de días trabajando quizá no consigas nada o, si el análisis es demasiado preliminar, tu resultado puede estar apuntando en la dirección equivocada. También hemos visto ese tipo de errores en la guerra de Gaza. 

La OSINT no es perfecta, pero puede ayudar cuando se trata de comprobar quién ha lanzado, o no, un ataque: qué tipo de explosivo se utilizó, a qué hora y en qué lugar sucedieron las cosas o cuál puede ser el número de víctimas. También puede verse afectada por los sesgos, pero es lo más científico que tenemos para acercarnos a la verdad siguiendo un procedimiento neutral. Es como un protocolo híper reforzado de verificación. 

¿Cuáles serían las preguntas y herramientas básicas para cualquier persona que quiera hacer verificación de una noticia o hecho?

 Bueno, yo siempre he sido partidaria de seguir las cinco W del periodismo: el qué, quién, cuándo, dónde y por qué, tal y como aprendí de los mejores en este campo. Lo hago empezando por el quién. En redes, donde los contenidos viajan sin autoría, recomiendo lo que llamo “el doble quién”, es decir, preguntarse qué medio o cuenta me presenta la noticia y quién le ha dado la información a ese medio, cuenta o periodista. Si ni siquiera se explicita de dónde procede eso, hay que evitar compartirlo. Esto sería lo básico si tienes mucha prisa. Eso y, para el “qué,” hacer una búsqueda inversa de imagen, que es muy sencillo y te evita los bulos más básicos.

El cuándo se puede verificar con la cronolocalización y el dónde con geolocalización, estas preguntas suelen tomar mucho tiempo. El por qué, lo más difícil, con operadores de búsqueda avanzada que permiten identificar quién ha compartido en primer lugar una información y reconocer si es una tendencia orgánica o propagandística. Para aprender más sobre esto, recomiendo los hilos de Marcelino Madrigal.

Hace muy poco abrimos al público, con licencia CC, el manual Verificación Digital para Periodistas, que desarrollé para reporteros, estudiantes de periodismo y todo aquel que tenga interés por las técnicas de la verificación digital orientadas a las fuentes abiertas y a la información internacional. Allí pueden conocer a detalle recursos gratuítos, pero sobre todo técnicas, protocolos. Algunos han cambiado o desaparecido desde su primera publicación, pero otras páginas y pautas siguen siendo muy útiles.


Imagen cortesía de Myriam Redondo.