La respuesta de los países latinoamericanos ante el ranking de libertad de prensa de RSF

25 août 2022 dans Libertad de prensa
afasfas

“En casi todo el continente los periodistas desarrollan su labor informativa en un entorno cada vez más deteriorado y tóxico”, explica la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) a partir de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de 2022. La crisis por el COVID-19, las dificultades económicas que enfrentan los medios y la retórica estigmatizante por parte de la clase política contra la prensa hacen de América Latina y el Caribe una región extremadamente difícil para los periodistas, y hasta mortífera. La escala que realiza RSF cada año funciona como un medidor de la libertad de prensa en el que para el 2022 al menos 12 países del continente descendieron respecto al 2021. Parte de estos cambios se dieron por una modificación en la metodología que utiliza la organización internacional para evaluar cada situación. Pero, ¿qué postura han tomado los gobiernos de algunos de estos países para justificar resultados cada vez más desalentadores?

Según la clasificación de RSF, Centroamérica es la región que ha tenido los cambios más vertiginosos. Principalmente Nicaragua y El Salvador, países con regímenes muy autoritarios. “Imagínense si aquí nos ponemos con esas leyes, todos los que escriben, lanzan amenazas en las redes, los que dicen que hay que hacer daño al país, aquí no caemos en eso. Aquí hay libertad de expresión. Ah, pero vienen los yanquis (y dicen) que no hay libertad de expresión y los europeos dicen que no hay libertad de expresión”: En un discurso del 8 de marzo de 2021, tal como consignó el medio nicaragüense Divergentes, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, hizo referencia a que sí existe libertad de expresión en el país y manifestó su opinión sobre las organizaciones internacionales que aseguran lo contrario.

En tanto, en Divergentes se refieren a Ortega y su pareja, Rosario Murillo, como “depredadores implacables de la libertad de expresión y prensa”. En la clasificación de RSF Nicaragua descendió 39 posiciones, y entró en la zona roja junto con Venezuela, Honduras y Cuba. Es el país de América Latina con el descenso más abrupto en la clasificación del último año, y el que está sentando las bases en la región para la criminalización, persecución, ataque y exilio de periodistas de forma generalizada. 

El presidente salvadoreño Nayib Bukele va trazando el mismo camino autoritario ubicando a la prensa como enemiga. Entre 2021 y 2022 El Salvador descendió 30 puestos en la clasificación, y se encuentra en la categoría de situación “difícil”. A partir de la creación de medios oficiales y la persecución de medios y periodistas independientes (utilizando software de espionaje), el gobierno de Bukele intenta crear una narrativa única. Según Laura Aguirre, periodista salvadoreña, el gobierno no solo niega el deterioro de la libertad de expresión, sino que “justifica la persecución y acoso de periodistas diciendo que son colaboradores de las pandillas”.

Guatemala (puesto 124) recientemente fue foco de la opinión pública internacional por encarcelar a José Rubén Zamora, periodista que investiga la corrupción en el país hace décadas. En el caso de México (127), y a pesar de que tuvo una leve mejoría en la clasificación de RSF, aún sigue siendo el país más mortífero del mundo para los periodistas. Mientras, su presidente, Manuel López Obrador, alimenta en los discursos oficiales el ataque contra periodistas y la narrativa antimedios. Otros de los países que siguen cayendo en la clasificación de RSF compromentiendo la libertad de prensa son Colombia (145), Bolivia (126), Venezuela (159) y Honduras (165).

¿Qué pasa en el Cono Sur?

En América Latina también existen países que históricamente han tenido buenas posiciones en las clasificaciones de RSF, pero que para el 2022 presentaron cambios significativos. En el último año Chile descendió 28 puntos en la clasificación, y se encuentra en una situación “problemática”. A partir del estallido social de 2019 y la crisis por COVID-19, las agresiones, la censura y el descrédito contra la prensa fueron en aumento. Incluso, integrantes del gobierno del ex presidente Sebastián Piñera deslegitimaron a medios internacionales por ser críticos con el manejo de la pandemia.

El otro caso es Uruguay. RSF evalúa la situación del país con respecto a la libertad de prensa como “más bien buena” (junto con Argentina y República Dominicana), igualmente, en la última clasificación decayó 26 puestos. Pasó del puesto 18 al 44; a lo que se le suman las denuncias de organismos locales como el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo). Para mayo de 2022, el presidente Luis Lacalle Pou manifestó en una entrevista con la cadena televisiva BBC que no respeta la clasificación de RSF ni tampoco un informe de Cainfo que avala 69 agresiones contra la prensa en 2021 (y que muestra un aumento de casos por tercer año consecutivo).

Frente a las acusaciones del gobierno uruguayo, el presidente de Cainfo, Fabián Werner, dice que “desde el gobierno no se mostró ninguna evidencia de que fuera falso o equivocado el contenido de los informes. Quedó claro que la situación de retroceso en la libertad de prensa es evidente”. Y asegura que esta primera reacción del gobierno “no ha permitido un ámbito de diálogo para mejorar la situación”.


Imagen de Matt C en Unsplash.