Veneno en mi agua: periodismo de datos revela niveles de arsénico que se consumen en México

14 avr 2022 dans Periodismo de datos
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Empezó como un problema focalizado en una zona urbana entre Coahuila y Durango en México y concluyó como una de las mayores investigaciones en periodismo ambiental que reveló los niveles de arsénico y fluoruro en el agua que beben y usan millones de mexicanos en el país.

Veneno en mi agua es una investigación periodística que revela cómo la extracción de agua fuera de control ha provocado que los pozos sean un riesgo para la población al intensificar la liberación de arsénico y fluoruro en el agua. El gobierno lo sabe, pero no actúa, señala la investigación a cargo de los periodistas Patricia Curiel y Gibrán Mena del medio Data Crítica.

En entrevista para IJNet, los periodistas compartieron cómo desarrollaron esta investigación que involucró el ejercicio en periodismo ambiental, periodismo de datos y periodismo de soluciones, así como la visualización de información.

Carencia de información

La falta de información sobre el daño que causa el arsénico en las personas, así como la reserva de los datos en poder del Estado hacía limitadas las posibilidades de realizar esta investigación, no obstante, Curiel y Mena decidieron realizarlas con los limitados estudios académicos existentes sobre el tema, hasta que el gobierno mexicano hizo pública la base de datos de la red nacional de monitoreo de calidad del agua, que fue clave en esta investigación.

En 2017 los periodistas ubicaron la base de monitoreo de pozos, metales pesados y otras sustancias contaminantes en México, la cual solicitaron vía transparencia. Sin embargo, la información estuvo reservada y cuando se hizo pública no estaba en un formato digerible para la ciudadanía.

Este trabajo representó un amplio manejo de datos: casi 120 mil registros entre 2012 a 2019, a los que Curiel y Mena buscaron darle sentido para que fuera mucho más cercano a las personas. Por ello se concentraron en revelar los efectos del arsénico y fluoruro en la salud humana y en contar las historias de las defensoras de agua y de territorio en las comunidades.

El principal hallazgo de esta investigación, compartió Curiel, fue determinar los alcances de los contaminantes, cuántos kilómetros a la redonda se impactan y la situación que deriva de la extracción masiva de agua.

Beca periodística

Los trabajos en periodismo de datos no son fáciles de hacer por el tiempo que demandan, aseguró Mena. Es por ello que decidieron postular a una beca de producción periodística con la organización mexicana Quinto Elemento Lab, de la cual resultaron beneficiados.

Con esta beca pudieron dedicar el tiempo necesario para desarrollar el análisis de datos y comprender cada uno de los registros de la red de monitoreo, dimensionar el alcance nacional de la investigación y contrastar la información con entrevistas a especialistas que explicaron las mediciones de la calidad del agua.

La integración del equipo de trabajo incluyó a periodistas con manejo de datos y a un desarrollador digital, responsable del micrositio y del interactivo que permite a los lectores descargar un cartel informativo que advierte de los niveles de arsénico en su localidad.

Información cercana al lector

¿Cómo lograr que la ciudadanía se interese por una investigación de miles de datos? Es la pregunta que se hizo el equipo de Data Crítica con este proyecto. De esta manera se planeó el diseño de carteles informativos a los que cualquier persona puede acceder únicamente eligiendo el lugar donde habita y conocer así, los niveles de arsénico y fluoruro que hay en el agua de su comunidad.

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Uno de los carteles utilizados por Data Crítica. 

 

“La idea del cartel era que fuera descargable para que la gente pudiera pegarlo en los mercados, las escuelas, o en sus casas; que fuera una herramienta informativa para la comunidad para que se organice y exija a las autoridades locales exponer los niveles de riesgo”, explicó Curiel.

Alertar a la población sobre los niveles de arsénico en el agua y que esto generara pánico no era la finalidad de la investigación. En cambio, querían ofrecer alternativas sobre cómo organizarse como ciudadanía y sumarse a acciones colectivas. Es por ello que integraron un enfoque de soluciones a su investigación dando respuesta a algunas preguntas: ¿Cómo averiguar si el agua que llega a mi casa tiene arsénico o fluoruro? ¿Cómo sé si tengo arsénico en el cuerpo?, y ¿qué otras alternativas hay para combatir la contaminación del agua?

¿Existe la visualización correcta?

No hay un tipo de visualización exacta que se adecue a todos los objetivos de la investigación, comentó Mena, al señalar que para elegir la visualización adecuada para cada proyecto periodístico es necesario trazar todos los enfoques de la investigación y mapear los resultados del análisis. Esto permitirá encontrar la mejor opción para visualizar.

Tener siempre presentes los objetivos de investigación permitirá, además, un manejo más efectivo de la narrativa periodística, agregó.

La investigación muestra un mapa que reúne el número de pozos con arsénico en México que están en operación o fuera de ésta; también una infografía que exhibe cómo la extracción de pozos, principalmente para usos industriales, intensificó la liberación de arsénico y fluoruro en el agua. Con ambas visualizaciones, el equipo buscó hacer entendible la información procedente de datos o contenido académico.

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Mapa de pozos de arsénico en México.

Más periodismo de datos

Para hacer más periodismo de datos “deberíamos estar más expuestos al trabajo con datos”, afirmó Mena. No se trata de cubrir perfiles de periodistas de datos, sino de leer, consumir y generar más periodismo con datos; también se trata de que cualquier periodista de capital o provincia pueda acceder a capacitación o ejercicio periodístico y no solo limitarlo a un cierto grupo, sector u organización.

Trabajar con datos implica metodología, planteamiento de una hipótesis y tener muy clara la misión a informar. Curiel reveló que la mayor parte del análisis de los datos en esta investigación se concentró en comparar los niveles de arsénico con las normas nacionales e internacionales.

Con la limpieza de la base de datos, Data Crítica ha logrado hacer periodismo colaborativo, al focalizar trabajos en otras entidades o localidades, lo que los ha llevado a extender el aprendizaje de este proyecto con más colegas y acrecentar los alcances de la investigación en diferentes zonas del país. ”Nos interesa que más periodistas busquen los niveles de contaminación en sus estados y juntos generemos nuevas investigaciones”, dijo Mena.


Imágenes cortesía de Data Crítica.