Un estudio reciente descubrió que el acoso online hacia mujeres periodistas suele presentarse en la forma de acoso sexista: amenazas de violación, intimidación sexual y referencias vulgares a su apariencia física.
Un ejemplo de la India: después de que una periodista trabajara en una historia sobre mujeres abusadas, fue acosada por trolls que publicaron comentarios ofensivos, entre ellos que "debería ser violada y arrojada a los perros".
El estudio, desarrollado por el Center for Media Engagement (CME) de la Universidad de Texas en Austin, es una prolongación de investigaciones anteriores. Los hallazgos se suman al cuerpo de trabajo sobre el problema que sufren muchas mujeres periodistas que son blanco de acosadores cibernéticos.
Durante el primer proyecto se entrevistó a profesionales de medios de comunicación, tanto hombres como mujeres, sobre los comentarios irrespetuosos o degradantes publicados en las redes sociales sobre ellos y su trabajo. Los investigadores notaron una tendencia.
"Durante las entrevistas, escuchamos historias terribles de mujeres periodistas sobre la naturaleza sexual del acoso que sufrían. Esto difirió de lo que escuchamos de parte de los hombres", dice Gina Masullo Chen, quien dirigió el estudio. "De modo que decidimos que teníamos que hacer una investigación por separado".
Esos "ataques sexistas y virulentos" tienen un impacto significativo en las periodistas y su trabajo.
"No hay duda de que el acoso tiene un costo emocional real y les dificulta hacer sus tareas", explica Chen. "Para ellas puede volverse doloroso ir a trabajar o mirar comentarios en las redes sociales. Reduce la satisfacción que sienten por su trabajo, lo que podría impedir a algunas de ellas continuar en la profesión”.
La autocensura es otro problema.
"Estas periodistas pueden dejar fuera de sus artículos ciertos detalles que saben que podrían agravar el enojo e intensificar los ataques contra ellas. Terminan evitando ciertos temas, lo que podría influir en la forma en que cuentan las historias. Y eso es muy preocupante para el periodismo", dice Chen, quien también es autora del libro de 2017 Online Incivility and Public Debate: Nasty Talk.
En palabras del CME, el proyecto "buscó comprender de qué modo las periodistas que trabajan en publicaciones impresas y online lidian con este acoso y de qué manera influye en su capacidad para hacer un trabajo que requiere cada vez más compromiso con el público".
La muestra incluyó a 75 periodistas de Alemania, India, Taiwán, Reino Unido y Estados Unidos, principiantes y veteranos.
El estudio se centró en dos preguntas principales:
¿En qué medida el acoso online influye en la forma en que las mujeres periodistas hacen su trabajo?
¿Qué estrategias usan las mujeres periodistas para prevenir ese acoso o enfrentarlo cuando ocurre?
Entre los resultados del informe del CME:
Casi todas los periodistas dijeron haber experimentado alguna forma de acoso cibernético centrado en su persona, género o sexualidad. La editora de un medio alemán dijo que la intimidación que experimentó no estaba dirigida a su trabajo, sino a "la destrucción de mi persona".
Las encuestadas notaron que el acoso difería del de sus homólogos masculinos. Lo consideraban más sexista, e incluía amenazas de ataque sexual.
Muchas de las encuestadas sintieron que sus medios habían hecho poco para ayudarlas a enfrentar esos ataques. Les preocupaba que, si protestaban por un problema de hostigamiento, en la redacción se las etiquetara de "hipersensibles".
De las 75 mujeres entrevistadas, 24 describieron las estrategias que habían puesto en marcha para lidiar con los abusos. Algunos ejemplos:
Un periodista televisiva estadounidense utiliza la función de bloqueo de palabras de Facebook en su página profesional para evitar que vocablos como "sexy", "caliente" o "tetas" sean publicadas por los usuarios.
Otra periodista televisiva de ese país dijo que borra las palabras que suenan a coqueteo de su página profesional de Facebook por temor a que dejarlas atraiga más de lo mismo.
Una periodista latinoamericana en los Estados Unidos enfrentó un "acoso extremo" cuando comenzó a trabajar hace cinco años. Ahora se muestra "más vigilante" al momento de mostrar distintas aristas de una historia para evitar enojos que puedan derivar en abuso.
Una freelancer de Reino Unido evita las redes sociales después de publicar una historia. "Si escribo para el periódico dominical, los comentarios aparecen en mi cuenta de Twitter y me arruinan el fin de semana", dijo.
Las encuestadas de Alemania consideraron importante poder contar con colegas para hablar sobre el acoso que sufren y para ayudar a moderar los comentarios.
Según el estudio, "la mayoría de las mujeres entrevistadas creen que los medios podrían hacer más para capacitarlas sobre cómo manejar el abuso y respaldarlas cuando ocurre". Esto indica que hay una necesidad de que las escuelas de periodismo y los cursos de desarrollo profesional incluyan capacitación sobre cómo manejar el acoso online.
"La mayoría de las periodistas con las que hablamos deseaban que sus supervisores comprendieran que parte de su trabajo consiste en garantizar un espacio laboral más seguro y libre de acoso online", concluyó Chen.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía wocintech.