“La raza es el problema originario de este país”.
Eso fue dicho por Nikole Hannah-Jones, una de las periodistas de investigación y de datos más respetadas de Estados Unidos y miembro de la organización de periodismo de investigación y de datos Investigative Reporters and Editors (IRE). La semana pasada visitó la Universidad de Missouri para dar la conferencia “Covering racial injustice in the age of Black Lives Matter” ("Cubrir la injusticia racial en la era del Black Lives Matter").
Era un tema apropiado y oportuno para los estudiantes de periodismo de esa universidad, que han estado cubriendo las protestas contra el racismo desde hace meses. Pero los consejos de Hannah-Jones son útiles para todos los periodistas que se ocupan del tema, sin importar su edad o experiencia, así que los compartimos a continuación.
Puede que la raza sea el problema originario de Estados Unidos, pero en los últimos dos años manifestantes, activistas de Black Lives Matter y periodistas ciudadanos han presionado a los grandes medios para que las injusticias raciales sean reflejadas bajo una nueva luz.
El problema es que aún vivimos en un país donde solo el 12% del personal de los periódicos está compuesto por negros, latinos o asiáticos, a pesar de que el 39% de la población de Estados Unidos es negra, latina o asiática.
¿Por qué esto es importante? Si una redacción es completamente uniforme, dijo Hannah-Jones, los periodistas tendrán puntos ciegos y nunca escribirán artículos importantes sobre los conflictos raciales porque no sabrán dónde ir a buscarlos.
“Pero algo está cambiando”, opinó Hannah-Jones. “Algo está cambiando en la manera en la que percibimos la injusticia racial”.
¿A qué cambio se refiere? Ella lo llamó revolución digital. “Y odio las hipérboles, de manera que si uso la palabra ‘revolución’ es porque realmente me refiero a una revolución”, dijo.
La gente está usando las redes sociales y los smartphones para desafiar las narrativas dominantes de los medios de comunicación tradicionales. Antes, muchos periodistas blancos simplemente no eran conscientes de los casos en los que policías disparaban contra mujeres y hombres desarmados. “Los periodistas han sido históricamente muy deferentes con la policía”, sostuvo Hannah-Jones, “y no lo suficientemente escépticos en sus coberturas”.
Sin embargo, con el advenimiento de las tecnologías móviles y personales, los testigos pueden capturar el momento y subirlo a la red. Se convierten así en periodistas ciudadanos.
La primera persona en dar la noticia de que un policía de Ferguson había disparado contra Michael Brown en Missouri no era periodista. Era un ciudadano que subió a Instagram la foto del padrastro de Brown sosteniendo un cartel que decía: “La policía de Ferguson ejecutó a mi hijo cuando estaba desarmado”. El post llamó la atención de un periodista de televisión local que fue a Ferguson para averiguar más. Y, desde luego, los medios nacionales no tardaron en llegar.
Otro periodista ciudadano, St. Louis Alderman Antonio French, estaba en Ferguson durante las protestas más intensas. Él twitteó en vivo lo que veía y en tan solo una noche decenas de miles de personas empezaron a seguirlo en Twitter. Los tweets de French desafiaron la narrativa procedente de los medios tradicionales de que la violencia se había generalizado en la zona. Gracias a French y otros, esos medios se vieron obligados a enfrentarse con sus puntos ciegos.
“Así que, ¿cuál es el problema al escribir y cubrir temas raciales en este país?", se preguntó Hannah-Jones.
Bueno, todo se resume en las intenciones. O más bien, en nuestra fijación con ellas.
"Cuando la intención es lo más importante, cuando lo que nos interesa saber es qué hay en el corazón de alguien, nos quedamos petrificados al cubrir la injusticia racial”, dijo Hannah- Jones. “¡No me importa lo que hay dentro del corazón de alguien! Lo que me importa saber es qué está pasando realmente”.
Eso, dijo, es lo más importante de nuestra cobertura: la acción y las consecuencias. Y podemos investigar esas acciones y consecuencias a través de los datos.
Sin embargo, los datos en sí mismos no son suficientes. Para darles sentido, los periodistas necesitan encontrarlos, analizarlos e interrogarlos. Así es como trabaja Hannah-Jones. Cuando se dio cuenta de que los distritos escolares en Tuscaloosa, Alabama, habían sido manipulados para que la mayoría de los estudiantes negros de bajos ingresos se agruparan en una misma escuela que ni siquiera estaba dentro del distrito, quiso saber por qué.
Para ella, no es suficiente con mostrar que la disparidad existe. Eso es aburrido. Lo que hay que hacer es analizar los datos, prestar atención a las narrativas en juego e investigar las causas.
Este post fue publicado originalmente en Investigative Reporters and Editors y es reproducido en IJNet con permiso. Kasia Kovacs es editora asociada de la organización.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Chris Wieland.