En los últimos 15 años, la erosión se ha cobrado la mitad del pueblo de Bedono, situado en la provincia indonesia de Java Central. Mientras que la vegetación de manglares del lugar ha sido parcialmente diezmada debido a la construcción, la erosión ha consumido casi 800 hectáreas de la costa. Miles de residentes abandonaron sus comunidades cuando el agua del mar subió e inundó sus hogares.
La erosión costera, vinculada a la pérdida de manglares, no solo ocurre en Bedono, sino en muchas otras regiones de Indonesia. El ritmo de destrucción de los manglares del país es uno de los más rápidos del mundo. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), Indonesia ha perdido el 40% de sus manglares en los últimos 30 años.
Los habitantes de la costa y de las pequeñas islas son los más vulnerables a esta deforestación. Si no se restablece el bosque de manglares dañado, se producirán erosiones más graves, con consecuencias severas para las comunidades costeras.
Al notar la escasez de información disponible en formato digital sobre los manglares de Indonesia, Ganis Riyan Efendi y su colega Aris Priyono fundaron MangroveMagz en 2014. La publicación es la primera y única revista en línea del país dedicada a debatir sobre la conservación de los manglares, con el objetivo de aumentar la conciencia pública sobre su destrucción y sus consecuencias.
Un foco en el tema
MangroveMagz se ocupa de tres temas principales: los manglares, las personas que los cuidan y diversas actividades centradas en su conservación. Efendi y su equipo presentan sus piezas en forma de videos, ensayos, noticias e incluso cuentos infantiles en su sitio web, Youtube e Instagram. Varias secciones del sitio incluyen investigaciones, perfiles, recorridos, consejos, datos culinarios y culturales.
La revista está dirigida por activistas de la conservación de los manglares que son miembros del Grupo de Estudio del Ecosistema de los Manglares de Teluk Awur (KESEMAT), una organización estudiantil de la Universidad de Diponegoro. Sus miembros se encuentran 12 ciudades de Indonesia.
Efendi, redactor jefe de la revista, considera que los medios de comunicación deben contar historias personales para crear conciencia sobre los manglares en las audiencias. Además, este tipo de contenido es más fácil de comprender que las investigaciones científicas.
"El simple hecho de saber qué son los manglares, sus beneficios, y acerca de comprar productos hechos con esta vegetación, apoyará los esfuerzos de conservación", dice Efendi.
Perspectivas de cambio
La historia de Hani Ristiawan, por ejemplo, cuenta su experiencia explorando antiguos manglares en la Reserva Natural de Leuweung Sancang, en Garut, Java Occidental. Encontró un bosque de manglares aún intacto, con un asombroso ecosistema de flora y fauna endémica.
También hay una cobertura de Sari Poncowati sobre su visita a Mangunharjo, un pueblo de la costa de la ciudad de Semarang, en Java Central. En las últimas décadas, esta zona ha experimentado una destrucción masiva de manglares debido a la conversión de tierras. Hoy, al tiempo que la erosión se intensifica allí, se está promoviendo la plantación de manglares.
El daño a los manglares en Indonesia ocurre a la par del desarrollo masivo de la costa, de acuerdo con Priyono, editor de MangroveMagz. Esto va acompañado de falta de información y comunicación sobre la importancia de los manglares. "Así que falta conciencia pública para conservarlos", dice Priyono. "Por eso MangroveMagz intenta llenar ese vacío informativo".
Sri Weni, una lectora de MangroveMagz, dice que el medio ha contribuido a ampliar sus conocimientos sobre los manglares y sus beneficios. "Ahora conozco la magnitud del daño causado a los manglares y la contribución que debo hacer para preservarlos", explica la profesora de secundaria.
"Estoy segura de que si la gente conoce los beneficios de los manglares, no los dañará fácilmente", agrega.
Apelar a un público joven
MangroveMagz también lleva a adelante varios programas para empoderar a la comunidad, incluida la formación periodística. Estas actividades incluyen la plantación de manglares, talleres de capacitación comunitaria, investigación, campañas y documentación sobre la formación vegetal. "MangroveMagz brinda información y actividades de nuestra red comunitaria a nivel local, nacional, regional e internacional", dice Efendi.
Una de las causas de la tala de manglares en Indonesia es la falta de programas de educación ambiental en las escuelas, especialmente las relacionadas con el medio ambiente costero. Por ello, MangroveMagz crea contenidos para niños, como cuentos y dibujos animados. Para captar la atención de los jóvenes lectores, Efendi y su equipo también hacen podcasts, emiten series web, desarrollan canales de YouTube y organizan un evento anual de voluntariado.
"Los jóvenes son los agentes más importantes para el éxito o el fracaso de los esfuerzos de conservación de los manglares. Hay que enseñarles qué son y para qué sirven, y los problemas que los rodean, para que en el futuro no se conviertan en una generación de destructores, sino en una generación que se preocupe por la sostenibilidad del medio ambiente", explica Efendi.
Un estilo de vida para preservar los manglares
En el futuro, MangroveMagz espera servir de centro de información sobre los manglares, no solo publicando el trabajo de sus colaboradores, sino también piezas de la comunidad en general. "Creemos que la conservación de los manglares no solo puede ser llevada a cabo por las comunidades costeras, sino también por la comunidad en general. Todos están interrelacionados y deben ayudarse mutuamente en esta campaña", dice Efendi.
La gente debe responder rápidamente a la amenaza que las actividades humanas y la crisis climática suponen para el medio ambiente, instó. Para él, hacer campaña por la conservación de los manglares es uno de los esfuerzos para evitar daños masivos. "Queremos que la conservación de los manglares sea un estilo de vida, una discusión diaria, y que los esfuerzos por preservarlos se conviertan en un hábito".
Imagen de Aldino Hartan Putra en Unsplash.
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