La violencia contra periodistas en Colombia aumentó casi un 40% en 2015, en un marcado contraste con la esperanza de un próximo acuerdo de paz para el conflicto que ha asolado al país durante décadas. La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) registró cerca de 150 atentados contra más de 230 periodistas en el reciente informe de la organización llamado Paz en los titulares, miedo en la redacción.
“Vimos un incremento del 39% en el número de periodistas afectados el año pasado. Se trata de un aumento considerable", dice Pedro Vaca, director de FLIP. "La agresión vino sobre todo de individuos y fuentes desconocidas".
Los tres mayores agresores contra periodistas en Colombia en 2015 fueron personas no relacionadas con la delincuencia organizada o con una institución en particular, fuentes desconocidas y las fuerzas públicas de Colombia, que incluyen a la policía militar y nacional. Se trata de un cambio significativo respecto de años anteriores, en los que los periodistas eran más propensos a convertirse en objetivos a raíz de coberturas relacionadas con el conflicto, a través de agresiones de parte de grupos guerrilleros y de las fuerzas paramilitares, o ataques durante protestas sobre este.
"La primera hipótesis es que los que están amenazando a los periodistas no son los actores del conflicto”, dice Vaca. "La segunda hipótesis es que lo son, pero cuentan con mecanismos más sofisticados para ocultarse".
La violencia contra periodistas en Colombia alcanzó su pico en los últimos seis años en 2015, con 77 periodistas amenazados y dos que fueron asesinados. Luis Antonio Peralta, director de un programa radial de noticias, fue asesinado en febrero pasado frente a su casa al sur de Colombia. Él hablaba frecuentemente sobre la corrupción gubernamental y la explotación de grandes empresas. Flor Alba Núñez fue asesinada en septiembre por denunciar a grupos criminales y asesinos armados en el departamento de Huila. Un total de 47 periodistas han sido asesinados en Colombia desde 1992 en relación con su trabajo, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
Septiembre y octubre fueron los peores meses para los periodistas, cuando en Colombia se realizaron las elecciones regionales. El incremento de las amenazas y las agresiones durante las elecciones se ha convertido en una tendencia reciente, que Vaca atribuye a un aumento de las críticas y de la atención hacia los funcionarios públicos (particularmente por corrupción), lo que puede poner a los periodistas en riesgo.
La impunidad en el país sigue siendo un obstáculo clave, con un 90% de los crímenes contra periodistas sin condena, según el CPJ. El informe de FLIP resalta la necesidad de llevar a la justicia a cualquier persona involucrada en un crimen. Y esto incluye no solo el autor material sino también a la persona que lo ordenó y a cualquier otro relacionado con su planeamiento.
"Que un delito no tenga ningún costo judicial alienta a su autor a repetirlo”, sostiene Vaca.
Sin embargo, algunos casos emblemáticos en el último año demuestran la capacidad de Colombia para hacer avances respecto a esta impunidad por crímenes contra periodistas. En junio de 2015, un tribunal revocó un fallo que había absuelto a dos personas, entre ellas un ex diputado, por el asesinato del periodista Orlando Sierra hace 13 años. En noviembre de 2015, otro tribunal confirmó un fallo contra miembros del ejército implicados en el asesinato del periodista Efraín Varela en 2002. El caso de Jineth Bedoya, una periodista que fue secuestrada y abusada sexualmente en el año 2000, mientras cubría el conflicto, está tratándose en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y FLIP continúa asistiendo a Bedoya con el proceso legal.
Estos casos, si bien suponen un importante avance, no son suficientes.
"Todavía no hay una respuesta judicial para una amenaza que ha sido recurrente en Colombia”, afirma Vaca. Las instituciones colombianas deben seguir trabajando para proteger a los periodistas que se ponen a sí mismos en peligro al exponer la corrupción e informar sobre la guerrilla y las fuerzas paramilitares, explicó.
La manera de hacer esto, según el informe, es a través de un esfuerzo conjunto entre el sistema judicial, el Congreso y los medios colombianos, para implementar las leyes actuales de manera más eficaz y llevar a más responsables a juicio. La protección de los periodistas será aun más sensible este año, ya que el 23 de marzo es el plazo límite para firmar el acuerdo de paz, lo que supondrá posibles amenazas a la libertad de prensa, cuando los periodistas tengan que cubrir las conversaciones de paz o la creación de un canal de televisión gestionado por la guerrilla.
"La situación en Colombia sigue siendo problemática para el periodismo, con numerosos debates sobre la libertad de prensa todavía abiertos”, concluye Vaca.
Anna-Catherine Brigida is una periodista freelance que vive en Colombia. Ha escrito para LA Times, The Daily Beast y Christian Science Monitor.
Imagen de Bogotá, Colombia, con licencia Creative Commons en Flickr, vía Diego F. Garcia P.