Organizando artículos complejos

por Anonymous
Oct 30, 2018 en El ABC del periodista

por Steve Buttry

 

Un artículo complejo no debería implicar un desafío para el lector pero sí para quien lo escribe. El trabajo diligente y aplicado en cuanto a la organización de los reportajes y la redacción es fundamental para ayudar a los lectores a comprender aquellas historias que traten temas económicos o técnicos de complejidad, o telenovelas que presenten varios personajes con giros narrativos confusos. Las técnicas que se describen a continuación sirven de ayuda para que las historias complejas permanezcan inteligibles.

 

La organización del material

 

Diseñe un plan. Cuando se disponga a escribir un artículo que vislumbra complicaciones, diseñe un plan para organizarlo. Comience determinando el propósito del artículo, especifique si se trata de un resumen para su editor, una guía para usted o el comienzo real del artículo. La redacción significa su mejor forma de comunicarse, y lo ayudará a aclarar ideas y a trazar sus líneas de investigación. ¿Qué desea transmitir a través de su artículo?¿Adónde buscará información para escribir su historia?¿Por qué debería resultarle interesante al lector? Para obtener consejos en torno al diseño de un plan, lea “Developing Story Ideas”.

http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/RepARC/idea.asp 

 

Comente su plan. Converse con su editor acerca del plan. Algunos reporteros prefieren no comunicarle nada al editor hasta que tienen algo elaborado para presentar. Sin embargo, el editor probablemente lo ayude a pulir el esquema. El editor es capaz de decirle si dicho plan es compatible, entra en conflicto o se superpone con el de otro reportero y a su vez lo puede guiar para que usted cristalice la idea. Coméntele el plan a un colega. Converse con reporteros experimentados que hayan escrito en el pasado sobre temas similares y busque sus consejos. Coméntele el plan a un colega cuya área de cobertura periodística pueda estar relacionada con su tópico y pídale consejos o pregúntele si quiere colaborar con usted. Coméntele el plan a sus fuentes. Si bien cada una de ellas puede manejar información en torno a un área en particular, también es posible que le aporten ideas sustantivas.

 

Pregúntese cuál es el tema central de la historia. A medida que recaba información y escribe el artículo, pregúntese con frecuencia por qué el lector estaría interesado en leer su historia. Bruce DeSilva de la Associated Press sugiere que uno debe hacerse estas preguntas mientras encuentra el eje central de la historia: ¿Por qué a usted le interesa esto?, ¿por qué ha querido escribir esta historia?, ¿cómo lo afecta emocionalmente?, ¿quién se vería favorecido o afectado?, ¿alguien ganaría o perdería dinero?, ¿cómo resultarían afectados los lectores en cuanto a lo que usted ha encontrado?, ¿cuál es la novedad del tema?

 

Canalice la búsqueda información. Jack Hart del Oregonian sugiere desarrollar un resumen del tema en no más de seis palabras. Esto lo ayudará a identificar cuál es el eje central de la historia, y lo mantendrá concentrado durante la instancia de reportajes y el proceso de redacción. También puede ser fructífero si escribe un titular o un esquema sobre los principales hechos de la historia, incluso si recién está comenzando a recabar información. Bill Luening del Kansas City Star recomienda identificar el eje central de la historia tras resumirla en tres palabras: un sustantivo, un verbo activo, y un objeto:

“Generalmente estos elementos emergen como temas en lugar que como eje central de la historia, pero pueden conducir al resumen del tema. Tal vez, si la historia es una narrativa, puede dividirla en introducción, desarrollo y desenlace. La historia del Flautista de Amelín podría resumirse entonces de la siguiente manera: las ratas invaden la ciudad, la ciudad contrata a un cazador de ratas, el cazador de ratas mata a las ratas, la ciudad traiciona al cazador de ratas, el cazador de ratas se roba a los niños. Moraleja: cumpla su palabra o los flautistas se cobrarán venganza”. Más allá de cuál sea su eje central, puede que cambie a medida que recaba más información y aprende más sobre el tema. Si este es el caso, rescriba el resumen del tema, el titular o la oración de tres palabras. Esto indicaría que su eje central ha evolucionado en lugar de parecer que usted ha perdido noción sobre los parámetros del mismo.

 

Divida la historia en fases. Una historia con características complejas puede significar una tarea abrumadora. Puede resultar desmoralizante desde un comienzo si se percata del largo camino que debe recorrer. Por consiguiente, divida la historia en diferentes etapas. Cada fuente a la cual usted entrevista constituye una fase distinta. Cada lugar consultado para obtener información es otra etapa. La recolección y análisis de la información son instancias separadas, tal vez consistan en varias instancias. La organización de elementos para conformar una gráfica es otra etapa. El resumen de la información es también una etapa diferente. Si escribe todo el artículo de una sola vez luego de haber conseguido toda la información, ésta también es una instancia aparte. Si escribe gradualmente y a medida que obtiene nuevos datos, esto estaría conformado por varias subdivisiones. La reescritura representa por lo menos una etapa. Un paso a la vez será menos abrumador que concebir a la historia como un todo. Si divide la historia en diversas etapas podrá mantenerse concentrado en el eje central cuando se desplace hacia la siguiente instancia, y de esta manera podrá continuar gradualmente el proceso hasta cumplir con su objetivo. Deberá definir un inventario de fases ya que es posible que se abran nuevas instancias a media que se profundice en el tema. Las hojas de cálculo pueden resultarle efectivas para mantener registro de sus pasos, ajustes y el progreso plasmado. Esto es sumamente importante cuando más de un reportero trabaja en el mismo artículo. La delineación de las diferentes etapas puede ayudar a repartir las tareas y a mantener a todos los involucrados actualizados en torno a la evolución de la historia.

 

Escriba mientras recaba información. Muchos redactores conciben su trabajo de forma lineal: primero recaban la información y después comienzan a escribir. Siempre es una buena idea comenzar a escribir mientras se recolecta la información correspondiente, pero es más importante aún cuando se trata de un artículo complejo que puede llevar semanas e incluso meses. Se entiende que el encabezado recién podrá elaborarse más adelante, pero es importante que comience a escribir pasajes y oraciones cuando los conceptos son claros y nuevos. Cuando busca información para escribir una historia compleja puede llegar a confundirse, y la redacción ayuda a mejorar la claridad y canalizar el tema en cuestión. En algún punto del proceso, la historia final adquirirá cierta coherencia en su mente y es importante traspasar estas ideas a la computadora a fines de no perder la claridad y elocuencia de las mismas. A través de la redacción usted gradualmente percibirá qué áreas restan por ser cubiertas y cuáles no. Para obtener mayor información en referencia a esta técnica lea “The Storytelling Process”.

http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/WriteARC/teller.asp

 

Utilice hojas de cálculo. Mientras que busca información, utilice hojas de cálculo para guardar registro de sus fuentes, cronologías, etc. Las hojas de cálculo permiten organizar toda la información acumulada en diferentes libretas de apuntes y documentos e igualmente le brindan la posibilidad de establecer relaciones entre diferentes hechos, contradicciones y tendencias que de otra manera podrían pasar desapercibidamente. Si no posee el programa de Excel puede organizar el material en Word o en un cuaderno.

 

Afine su enfoque. Luego de las fases iniciales de recolección de información, es posible que se sienta superado por toda los datos acumulados. Este es el momento para hacer una pausa y dividir la información en función de operar con mayor facilidad. En un proyecto que conste de múltiples aspectos, decida el tema de sus artículos y concéntrese en escribir una historia a la vez. De todas formas, mientras que se enfoca en una sola historia, puede recabar información para otras recurriendo a las mismas fuentes. Archive tal información para esas historias y continúe con el artículo que está escribiendo. Cada historia junto al proyecto en su totalidad serán más sólidos si se concentra debidamente en cada instancia en particular. Tras finalizar con el conjunto de historias debería realizar nuevamente una pausa y analizar todo el proyecto de forma integral: ¿Ha olvidado incluir cierta información importante en alguna de las historias o en alguna columna lateral?¿Hay alguna historia que se superponga con otra? ¿Los diferentes temas se complementan correctamente? ¿Ha variado considerablemente el estilo para evitar que las series se tornen monótonas? Esta técnica también es aplicable para historias subdivididas en varias secciones.

 

Realice un resumen de sus apuntes. Algunos reporteros utilizan los resúmenes de forma religiosa, mientras que otros sienten que son simplemente un estorbo. Sea que redacte un resumen ordenado o no, cuando se trata de una historia compleja es útil organizar los apuntes aunque sea de forma desestructurada. Revise sus apuntes, documentos y otros materiales y subraye los de mayor relevancia junto a las citas y hechos que son importantes, clasifíquelos basándose en los temas o en las fuentes consultadas. Supongamos que usted está escribiendo sobre las dificultades de procesar penalmente los casos de violación. Puede clasificar con una “P” la información proveniente de las autoridades policiales, con una “F” la provista por la fiscalía, con una “D” la de la defensa, con una “V” la recabada en torno a las víctimas y así sucesivamente. También puede clasificar la información basándose en las diferentes temáticas: con la letra “E” puede catalogar aquella información que conforme la evidencia del caso, con la letra “J” puede clasificar al jurado, etc. También algunos datos pueden estar interrelacionados, entonces puede tipificarlos por ejemplo como “E-J”. Cuando hace un resumen de sus apuntes, logra detectar ciertos vínculos previamente inadvertidos en torno a los datos recabados en las distintas entrevistas. Más allá de que siga o no de cerca el resumen elaborado, el ejercicio mental de analizar sus apuntes contribuye a la hora de organizar el artículo.

 

Organizando sus historias.

Escriba sin utilizar sus apuntes. Luego de haber organizado sus apuntes, déjelos a un lado por un momento. Si ha investigado correctamente, y si ha estado pensando en el artículo, usted tiene una gran parte de la historia en su mente. Usted sabe cuáles son los puntos más importantes. Seguramente recuerda las contradicciones vergonzosas, las citas interesantes, la evidencia irrefutable. Por esta razón debería escribir el artículo sin la distracción que provocan la montaña de papeles, fotocopias y faxes Es probable que no recuerde de forma exacta la composición de una cita, pero escríbala tal cual la recuerde (adjúntele una nota indicando escribir luego la cita exacta que se encuentra en sus apuntes). Haga lo mismo cuando se trate de números, escriba algunos puntos suspensivos y luego coloque la cifra correspondiente. Si ha subrayado eficazmente sus apuntes, recordará la información más importante e interesante y podrá escribirla sin interrupciones y desvíos causados por consultar constantemente sus documentos y apuntes. De todas formas, es evidente que cuando termine de escribir debe consultar los apuntes y otros documentos y probablemente encuentre algo que no incluyó en el artículo, pero si se olvidó de hacerlo, seguramente fue porque dicha información no era tan relevante. No se olvide de verificar cada nombre, cita o hecho, ya que esta técnica mejora la calidad y organización del texto, pero la exactitud y precisión de la información no debe relegarse nunca a un segundo plano.

 

Prepare un resumen. Si se encuentra confundido o estancado un resumen puede ayudarlo a organizar y clarificar la información. Cuanto más se oponga a escribir un resumen, mayor debería ser el grado de importancia de éste. No prepare un resumen si no depende de éste para organizar la información eficazmente pero si experimenta problemas intente probar con algunas historias para ver si obtiene resultados positivos.

 

Escriba en secciones. La redacción de una historia en varias secciones organiza el artículo de forma lógica para el lector. Por ejemplo, si está escribiendo una historia sobre el amplio despliegue de soldados de la Guardia Nacional y reservistas, la subdivisión puede contribuir a explicar diversos aspectos tales como los motivos, la frustración de la familia, las emociones de los soldados, los empleadores que deben arreglárselas por la ausencia del personal, y las reacciones políticas. Esto también ayuda para artículos extensos. Digamos que tiene 50 pulgadas de espacio para escribir sobre el despliegue de las tropas militares. Puede atribuirle a cada sección 9 pulgadas, y 5 pulgadas para la introducción y final. Le va a resultar más fácil reducir una sección de 11 pulgadas en 9 pulgadas que un artículo de 60 pulgadas en 50 pulgadas.

 

No se altere pensando en el encabezado. No tiene por qué escribir el encabezado de entrada, especialmente cuando se trata de una historia compleja. Esta debería ser una de las últimas cosas que escriba. La redacción del artículo probablemente lo ayudará a encontrar el encabezado ideal. No tiene por qué escribir la historia en el mismo orden que la leerá el lector. Si siente que necesita un encabezado para comenzar, escriba una oración provisoria para poder empezar. Siempre puede volver más tarde para modificarla, revisarla o escribir una diferente.

 

Considere la narrativa. Las historias que representan complejidad son más fáciles de seguir cuando se las ordena narrativamente. Incluso aquellos elementos que pueden ser concebidos como tema de historias, pueden funcionar como un relato. Puede explicar el problema del tema en cuestión mediante la narración del contexto, personajes, trama y conflicto.

 

Considere escribir historias independientes. ¿Puede simplificar la historia para el lector (y para usted) situando algunos temas de forma independiente? Puede hacerlo diseñando columnas laterales o fijando partes interrelacionadas de una misma serie.

 

No se olvide de los principios básicos. La organización de una historia puede remitirlo a los principios básicos del periodismo. Pregúntese cuáles de las seis preguntas clásicas (¿cuándo?, ¿qué?, ¿dónde?, ¿por qué?, ¿quién?, y ¿cómo?) son las más importantes e interesantes en su artículo. Probablemente sea el encabezado. De hecho, las primeras palabras del encabezado deberían posiblemente dirigir al lector a contestar tales preguntas. Las historias complejas a menudo también plantean otras interrogantes tales como, ¿cuánto? , ¿entonces qué?, y ¿quién se está beneficiando con esto? También es útil pensar la historia en términos narrativos (contexto, trama, personaje, conflicto). ¿Cuál de éstos es el más importante o interesante? Puede de esta manera organizar su historia o resumen contemplando estas preguntas o elementos narrativos.

 

Considere las fotografías y las gráficas. ¿Algún colega podría contar la historia con elementos visuales mejor que usted a través de la palabra? Las gráficas pueden comunicar tablas de tiempo, procesos y cifras, entre otros caracteres, de forma más clara, evitando que su historia incurra en pasajes confusos. Por su parte, las fotografías pueden ilustrar cómo es un personaje o una locación, dándole la libertad de resaltar otros aspectos relevantes en el texto.

 

Organice la instancia de revisión. Las historias complejas engendran mayor expectativa por parte de los lectores que aquellas historias de formato y contenido tradicional. Por consiguiente, usted debe esperar que las historias de mayor complejidad alcancen estándares más elevados. Mientras revisa el artículo asegúrese de limar cada detalle en torno a la organización del mismo e intente perfeccionar cada detalle a efectos de mejorar su calidad. Para obtener mayor información en cuanto a la revisión de los artículos, lea “Putting on the Polish”.

http://www.notrain-nogain.com/Train/Res/WriteARC/polish2.asp

 

Escriba un encabezado alternativo. Una vez que haya finalizado el primer borrador, considere enfocar la nota desde otra perspectiva. Escriba un nuevo encabezado, o incluso toda la introducción a fines de conseguir un nuevo ángulo de abordaje para la historia. Si es mejor que el original, conseguirá mejorar la calidad del artículo. Si el original era mejor, este ejercicio aumentará su credibilidad en la historia tal cual está escrita. Realice esta práctica incluso cuando está satisfecho con el contenido de los encabezados.

 

Reduzca el encabezado. ¿Su encabezado refleja la complejidad de la historia en lugar del interés potencial? Muchas veces las historias complejas contienen un encabezado donde el redactor intenta acumular demasiados elementos. Intente utilizar un encabezado breve que invite al lector a adentrarse en el contenido del artículo. Si tal historia no funciona con un encabezado de estas características, por lo menos intente reducir el caudal de elementos. Cuando el encabezado se limita a resaltar un punto en particular o cuando una o dos frases compendian un concepto puede lograr que el artículo se torne más sugestivo para el lector.

 

Confórmese sólo con lo mejor. Pregúntese frente a cada cita o hecho, si éstos entrañan distinción. Pregúntese si son redundantes. ¿Podría expresarse mejor si parafrasea? Sea exigente con las citas. Utilícelas como diálogo o para comunicar imágenes, opiniones o emociones fuertes. De lo contrario, vea si puede comunicar la misma información de forma más directa y con sus propias palabras.

 

Minimice el uso de atribuciones. La atribución es necesaria pero al mismo tiempo complica la complexión del artículo. Si la historia es compleja, evalúe los caminos posibles para reducir o consolidar las atribuciones. Si está contando un relato constituido por varias fuentes, donde no haya partes enfrentadas, considere escribir el texto con una voz facultada y con pocas o ninguna atribución. Si lo desea, puede incluir un apartado que contenga todas las fuentes consultadas, pero no sofoque el relato con muchas citas. Esto no funciona en aquellos artículos en donde las fuentes colisionan. Considere el uso de atribuciones generales para cada una de las partes opuestas, tales como:” Los médicos afirman que el Ministerio de Salud le ha atado las manos de diferente manera”, luego mencione los diversos puntos implícitos y no incluya más atribuciones. Luego cite los dichos de las autoridades del ministerio con una atribución general.

 

No se pierda en el proceso. Cuando se trata de escribir una historia compleja, los periodistas deben aprender y comprender varios procesos. Algunas veces el reportero pierde perspectiva y piensa que la importancia del proceso tiene las mismas connotaciones para los lectores que para las fuentes. Los lectores se preocupan más de los resultados. Cuando culmine de escribir una historia que comprende varios procesos, examine cuán sólido ha sido el enfoque sobre dicho proceso y determine si es apropiado. Si un artículo o encabezado se centra en el proceso, considere si sería más contundente concentrarse en los resultados. Quizás una gráfica o una columna lateral pueden explicar la importancia de un determinado proceso sin ahogar el concepto principal de la historia.

 

Piense en el lector. Cuando escriba y rescriba, plantéese las mismas preguntas que se haría un lector. ¿Por qué me interesaría esto? ¿De qué forma esto me podría afectar? Asegúrese de contestar las preguntas desde la perspectiva del lector. Si no puede hacerlo, debe contestar dichas preguntas desde su perspectiva, o considere borrar las secciones que plantean tales preguntas, o explique por qué no pueden ser contestadas. Puede ayudar si le enseña el borrador de la historia a alguien que no sea periodista y escuchar posteriormente cuáles serían sus preguntas.

 

Evite los desvíos. Inevitablemente las historias complejas implican algunos desvíos. Le dedicará demasiado tiempo a la verificación de datos o respuestas. Es probable que como reportero deba tener que acostumbrarse a estos desvíos, pero como redactor debe asegurase que el lector no desvíe su atención del tema en cuestión. Intente que la historia sea directa, y presente una estructura armoniosa entre el comienzo y el final. No incluya variaciones que no son parte de la esencia de la historia. No intente utilizar toda la información que contiene su libreta de apuntes, el hecho que usted haya recabado un dato en particular no significa que tenga que compartirlo con los lectores. Incluya solamente los hechos que ayudan a contar la historia. Quizás le dedicó demasiado tiempo a un aspecto que finalmente no era importante. No se detenga demasiado en estos puntos, si bien el hecho puede ser importante, no es trascendente explicarle al lector cómo obtuvo tal información. Concéntrese exclusivamente en los hechos. Algunas veces sucede que uno se detiene a describir una anécdota ocurrente o intrigante que no se relaciona directamente con la historia, pero uno lo hace porque simplemente está encantado con ella. Quizás debe incluir tal información en una columna lateral, o quizás simplemente deba contentarse por compartirlo con su editor o un colega. Si se trata de algo que lo desvía del eje central de la historia, intente dejarlo fuera de la misma.

 

 

Lea el artículo en voz alta. Nuevamente, esta es una práctica inteligente en cualquier historia, pero fundamental cuando se trata de un artículo complejo. Los temas profundos seducen a los redactores para incurrir en oraciones muy extensas y ambiguas que pueden ser detectadas tras una lectura en voz alta. Si siente que el texto es muy monótono, probablemente lo sea. Lea atentamente una determinada sección y vea si puede reducirla, hacerla más vivaz o cambiarle el ritmo. Sin lugar a dudas no puede cambiar el hecho de que su historia sea compleja, pero su misión consiste en no opacar o ignorar aquellos datos económicos o técnicos que a veces pueden resultar desconcertantes. En caso de estar contando una historia compleja con matices conflictivos o misteriosos, no puede dejar afuera los giros y curvas que son parte de la esencia de la historia. Debe asegurarse que la redacción está simplificando la comprensión de la historia en lugar de complicarla. Advierta el tono y el ritmo de la historia a medida que la lee en voz alta. Si la misma suena sugestiva, el lector la leerá con interés y se la comentará a sus familiares y compañeros de trabajo.

 

Aumente los estándares. Luego de haber trabajado exhaustivamente en su artículo, es posible que sus editores decidan adjudicarle menos espacio de lo necesario para incluir toda historia. Si no logra que sus editores le otorguen el espacio suficiente, acepte igualmente que puede ofrecerle al lector un artículo contundente con el espacio que dispone. Conciba la modificación del texto no como una mutilación sino como la acentuación de los estándares. Si ha escrito un espacio de 50 pulgadas y los editores sólo le dan 40, trate de que su nueva versión comprenda el 80 por ciento más significativo de su historia original. Aunque sus editores no le impongan realizar algún recorte realice esta práctica. Cuando crea que su borrador es satisfactorio, intente recortarlo un 10 o 20 por ciento a efectos de elevar los estándares de calidad del texto. Si los resultados determinan que su nueva versión es mejor que la original, presente la primera. Si no es así, estará más preparado para afrontar otras instancias futuras en este aspecto o podrá sentirse más seguro a la hora de argumentar los motivos por los cuales tales recortes actuarían en detrimento de la historia.

 

Sondee la historia con un lector de su confianza. Una vez que haya interpretado su artículo lo suficiente como para comunicarlo, también tendrá la capacidad necesaria para juzgar si lo ha redactado correctamente. Para esto necesita ayuda. Muéstrele el artículo a un amigo a quien no se lo haya comentado previamente. Intente elegir a alguien que refleje el nivel de interés de sus potenciales lectores. Elija a alguien que le dará una respuesta honesta. No le pregunte simplemente si le gustó. Formúlele preguntas específicas para determinar si ha comprendido el contenido de la historia. Pregunte lo siguiente:”¿Cómo los desechos químicos han llegado a contaminar el agua subterránea?, o, “¿qué sucede cuando los desechos tóxicos son quemados junto a materiales sin refinar para fabricar cemento?”. Si el lector no llega a comprender puntos sustanciales, necesita esclarecerlos para que sean inteligibles.

 

Tómese un descanso. Si los plazos de entrega se lo permiten, guarde el artículo por un tiempo siempre y cuando piense haber concluido. Luego regrese para revisarlo desde una perspectiva renovada y quizás detecte algún pasaje ambiguo que no pudo advertir mientras estaba totalmente compenetrado con la historia. De esta manera se sentirá satisfecho de haber podido eliminar o corregir tales errores antes de la publicación de la historia.

 

Disfrute. Las historias complejas pueden agotar totalmente a los reporteros, por lo tanto conténtese solamente por el hecho de haberla terminado. Ese es un sentimiento completamente natural. Pero también reconozca lo que ha logrado. Observe el contenido del artículo y no repare en los elementos que quedaron fuera de éste. Producir este tipo de artículos puede ser entretenido pero también puede ser muy duro.

 

Otros recursos para la organización de artículos complejos

 

Sitio electrónico del Providence Journal, “Power of Words”:

http://www.projo.com/words/past.htm#longer

http://www.projo.com/words/past.htm#organize

 

Sitio electrónico de Bob Baker, “Newsthinking”:

http://www.newsthinking.com/nutsandbolts_theme.cfm?TID=organizing 

http://www.newsthinking.com/story.cfm?SID=86

http://www.newsthinking.com/story.cfm?SID=81

http://www.newsthinking.com/story.cfm?SID=16

Fuente: Steve Buttry, steve.buttry@owh.com, (+1 402) 444-1345, www.notrain-nogain.com; www.poynter.org/profile/profile.asp?user=1795