Parece que fue ayer cuando los periodistas hablaban sobre el big data, el streaming en vivo y los videos en 360°. Hoy, sin embargo, las expresiones que más resuenan son “noticias falsas” y “hechos alternativos”. La difusión deliberada de información errónea y su relación con los ataques a la credibilidad de los medios de comunicación ha sacudido el paisaje político y periodístico de Estados Unidos y de todo el mundo.
A la luz de esta nueva realidad, la credibilidad y el futuro de los medios fue un tema importante en la conferencia inaugural Newsgeist LatAm, organizada por Google y celebrada en San Paulo entre el 10 y el 12 de marzo. Más de 150 periodistas, tecnólogos, innovadores de medios y académicos de distintas nacionalidades participaron en el evento, diseñado para "reimaginar el futuro de las noticias".
Bajo un formato colaborativo, los participantes sugirieron temas y preguntas para trabajar durante los dos días. Entre las cuestiones clave planteadas estuvo la cuestión de si las máquinas y los algoritmos pueden detectar de forma fiable las noticias falsas y alertar a los usuarios/lectores, y discutir cuál es el rol de Google y de otras plataformas en el desarrollo de estas.
Los participantes de la comunidad tecnológica señalaron que la veracidad de la información sigue siendo un ejercicio subjetivo. Filtrar las noticias falsas depende de las preferencias y configuraciones individuales. Un usuario puede seleccionar información o pertenecer a grupos que comparten lo que otros podrían considerar "noticias falsas". Los motores de búsqueda y los algoritmos solo pueden predecir y responder a lo que los datos dicen que los usuarios quieren ver, ya sea en un sitio web, en redes sociales o en ambos casos.
Dado que las máquinas solo hacen lo que están programadas para hacer, los tecnólogos señalaron que es injusto culpar a los mensajeros, es decir, a los sistemas que proporcionan información. Algunos sugirieron que la responsabilidad recae sobre los periodistas, quienes deben encontrar una manera de ayudar a los usuarios/lectores a evaluar críticamente la información. Uno comentó: “No es nuestro trabajo jugar al dios editorial”.
#newsgeist crew pic.twitter.com/akylOa0QaW
— Cristian Ocampo (@ocountry) March 12, 2017
Aron Pilhofer, profesor de innovación periodística en la Universidad de Temple y ex editor ejecutivo digital para The Guardian, estuvo de acuerdo en que los medios de comunicación necesitan ayudar al público a comprender la diferencia entre el hecho verificado y la información falsa. Comentó que si los lectores no pueden averiguar qué es una opinión y qué es una noticia, "¿cómo demonios puede Google entender la diferencia?"
Dicho eso, hubo un acuerdo general de que todos –compañías de tecnología, periodistas, educadores e incluso anunciantes (puedes ver los comentarios del profesor Jeff Jarvis, de CUNY, en el Guardian Media Changing Summit del 15 de marzo)– deberían discutir la cuestión de las noticias falsas. Eso ya está sucediendo. Algunos ejemplos:
- El Facebook Journalism Project, que incluye "esfuerzos continuos para frenar los engaños en las noticias", está diseñado para apoyar al periodismo y la alfabetización mediática, y servir como un referente para que periodistas y editores aprendan y compartan información.
- El Trust Project, apoyado por el fundador de craigslist, Craig Newmark, y Google, está explorando "cómo el periodismo puede elevarse por sobre la multitud caótica y demostrar su credibilidad".
- El Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, por su sigla en inglés) lanzará en abril TruthBuzz: Concurso de Verificación. Con el apoyo de la Fundación Craig Newmark, se trata de un desafío global para inventar nuevas formas de ayudar a que los hechos verificados alcancen el público más amplio posible. ICFJ aceptará participaciones en varios idiomas.
- El Knight Prototype Fund invita a expertos en tecnología, periodistas, diseñadores, maestros e investigadores que residan en Estados Unidos a responder a la pregunta de cómo mejorar la circulación de información precisa. El fondo otorgará hasta US$1.000.000 en subvenciones, a razón de US$50.000 cada una, aproximadamente.
En la sesión de Newsgeist sobre noticias falsas, la mayoría reconoció que la desinformación no es algo nuevo. Lo que ha cambiado es cómo se difunde y qué tan rápido puede llegar a las audiencias. "Lo único sorprendente acerca de las noticias falsas", dijo un participante, "es que a alguien le sorprendan”.
Elisa Tinsley es vicedirectora de programas del Centro Internacional para Periodistas.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Rob Young. Imagen de Newsgeist, cortesía de Cristian Ocampo.