Los componentes más importantes de los proyectos de periodismo internacional suelen ser quienes están detrás de escena: los fixers.
"Los fixers son necesarios cuando no conoces la zona", explica Joshua Leonard, un productor de reality TV que dirige programas en varios países. Incluso cuando filma en un país de habla inglesa contrata a un fixer para facilitar el trabajo del equipo de producción.
Cada fixer es distinto, pero en términos generales, actúan como una fuente de saber local para medios de comunicación, empresas de publicidad y otras organizaciones que necesitan logística, un intérprete y, a veces, ayuda de producción en el extranjero.
Mike Garrod, director de World Fixer, una plataforma que conecta a clientes y fixers alrededor del mundo, cuenta que allí trabaja “gente de origen académico, ex oficiales de policía, ex voceros gubernamentales y personas con diferentes tipos de conocimiento”. Actualmente, la plataforma tiene más de 6.500 miembros.
Las habilidades necesarias para ser un buen fixer no se limitan a saber un segundo idioma, señala Habib Zohori, periodista y fixer afgano. Conocer el área es también extremadamente importante, pero lo que realmente hace la diferencia es tener buenas conexiones.
“Si no conoces gente, no podrás conseguir lo que tu colega extranjero necesita”, dice Zohori. “Tengo más de 10.000 números de teléfono acumulados a lo largo de los años. A veces llamo a gente que no necesito entrevistar solo para construir una relación”.
Zohori comenzó a trabajar como traductor de una red internacional por necesidades financieras, y pronto se dio cuenta de que el trabajo era una experiencia reveladora.
“Me abrió muchas puertas en términos de conocer el mundo, la política, y lo que estaba sucediendo en Afganistán", dice. "No sabía lo que estaba pasando en mi país, pero una vez que empecé a viajar fuera de esa pequeña burbuja que es Kabul, la capital, me di cuenta de que la gente sufría y había guerra en todas partes".
En zonas en conflicto, los fixers a menudo corren mayores riesgos que los corresponsales internacionales. Esto ha planteado preguntas respecto del grado en que los periodistas y los medios son responsables de la seguridad del fixer, en detrimento de una cobertura ambiciosa.
“Cuando los periodistas viajan a estos países, no deben presionar a sus fixers y choferes para que consigan todo lo que pretenden", dice Zohori. "Si un fixer dice que algo es imposible, es porque sus vidas correrán peligro y eso debe respetarse”.
Otra controversia importante es la cuestión de si los fixers –especialmente aquellos que trabajan en zonas de conflicto– obtienen el suficiente crédito (o lugar en la autoría) por el trabajo que hicieron para producir una historia.
"Siento que nuestro trabajo también debe ser intelectualmente reconocido”, dice Zohori. "Y no es una cuestión de dinero".
Fuera de las zonas de conflicto, la demanda de los fixers sube, especialmente cuando los medios internacionales acuden al lugar para cubrir otras noticias globales, como ocurrió en Brasil durante los Juegos Olímpicos de 2016 y la Copa Mundial de 2014.
“Mientras más precaria sea la infraestructura de un país, más necesario será un fixer, especialmente en lugares que no son seguros o donde la gente no habla inglés", explica Carin Petti, una de las propietarias de Brazil Media Base, una empresa que provee fixers e instalaciones para medios extranjeros que trabajan en Brasil.
E incluso si los fixers no están trabajando en una zona de guerra, el trabajo tiene sus desafíos.
“Un fixer debe saber que no todo es glamour; a veces se le exigen largas horas de trabajo", dice Petti. “Los fixers deben estar disponibles para trasladar equipaje, planear la logística, reservar transporte y alojamiento, y también lidiar con contingencias, como por ejemplo un periodista enfermo".
Los fixers que busquen ayuda adicional pueden revisar la plataforma HackPack, cuyo objetivo es conectar fixers con freelancers; un nuevo seguro que cubre fixers, y pautas de seguridad que tanto fixers como freelancers deberían revisar junto con la redacción antes de aceptar un trabajo.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Chris Beckett.