Trabajar como periodista de investigación es difícil. Trabajar como periodista de investigación siendo mujer suma capas de dificultad, complejidad y -digámoslo- ataques y situaciones de acoso. En la XI Conferencia Global de Periodismo de Investigación celebrada en Hamburgo (#GIJC19) en septiembre pasado, se habló sobre las presiones cotidianas de las colegas que se dedican a investigar.
La mayor reunión de periodistas de investigación del mundo tiene lugar cada dos años. Coorganizado por GIJN, este año nos acompañaron nuestros socios alemanes, Netzwerke Recherche e Interlink Academy. #GIJC19 ha tenido una serie de logros notables. Junto con una asistencia récord de 1.700 periodistas de 130 países, la conferencia logró la paridad de género tanto con los oradores como con los asistentes. Además, la mayoría de los miembros del comité organizador de la conferencia fueron mujeres, la conferencia incluyó sesiones centradas en temas de interés para mujeres periodistas, nuestra oradora principal fue una mujer y hubo cuidado de niños disponible durante todo el evento.
Cada vez hay más investigadoras contando historias importantes alrededor todo el mundo. Pero a pesar de este incremento todavía queda mucho por hacer para combatir la desigualdad y la discriminación. Las mujeres periodistas suelen pagar un alto precio personal y sufren por las largas jornadas de trabajo y los altos niveles de estrés. Es importante hablar sobre esto si queremos celebrar su trabajo inspirador.
Estrategias de supervivencia
En una de las sesiones más populares y comentadas de la conferencia, 10 mujeres compartieron experiencias personales, echando luz sobre el estado del periodismo y la variedad de problemas a los que se enfrentan. También hablaron de sus muchas "estrategias de supervivencia": formas prácticas de lidiar con los obstáculos con los que les toca lidiar regularmente.
En el peor de los casos, esos problemas incluyen la violencia sexual.
Shiori Ito, periodista y cineasta independiente, es reconocida por su libro Black Box, en el que cuenta que fue violada por un periodista de alto rango, y sus esfuerzos infructuosos por presentar cargos penales contra él. Se trata de un relato inquietante que revela un profundo sexismo en los medios de comunicación e instituciones japonesas. En la sesión, contó que tuvo que abandonar Japón para seguir trabajando como periodista. La reacción violenta y las amenazas contra ella continúan y el hombre que ella afirma la violó la está demandando.
Ito habló sobre su aislamiento y su deseo de reconocimiento y solidaridad por parte de los medios japoneses. Pero también dijo esto: "Tal vez la historia es personal y difícil de enfrentar, pero tenemos las herramientas y la capacidad de investigar y ahí está nuestro poder". Dijo que su trabajo de investigación y la solidaridad de otras mujeres la ayudan a lidiar con el continuo trauma.
Minna Knus-Galan, una reportera de investigación para televisión en Yle de Finlandia, contó que fue llamada públicamente "periodista sin experiencia", teniendo casi 40 años de carrera. A pesar de que Finlandia ocupa siempre los primeros lugares según todos los índices que miden la libertad de prensa, la lucha contra la corrupción y el desarrollo socioeconómico, el sexismo sigue siendo endémico. Denunciar el comportamiento sexista es muy difícil incluso en sociedades donde los hombres y las mujeres son aparentemente iguales, como lo ha demostrado claramente el movimiento MeToo.
Junto con el sexismo y el abuso sexual, el estrés es un tema recurrente en estas historias personales. Cubrir la violencia extrema puede traumar a los periodistas.
Marcela Turati, cofundadora de Quinto Elemento Lab en México, contó de manera conmovedora cómo ella y otras colegas han tratado de lidiar con el dolor y el miedo -y las pesadillas interminables-, tras cubrir a las víctimas de la llamada "guerra contra la droga" en el país.
Las periodistas creyeron apropiado ocultar su miedo a los jefes de sus medios para evitar ser reasignadas a otros temas, por lo que nadie las consideró débiles. Entonces bebían y compartían sus pensamientos y sentimientos en bares. Pero Turati y otras reporteras sabían que tenían que encontrar mejores estrategias de afrontamiento, y comenzaron a compartir sus sentimientos más abiertamente entre ellas. Establecieron un grupo de WhatsApp para apoyarse mutuamente cuando necesitaban hablar; crearon "deadlines emocionales" para quienes necesitaban un descanso de informar sobre historias fuertes, como el descubrimiento de fosas comunes; se reunieron en lugares amigables para los niños; fueron a temazcales (saunas tradicionales) para compartir experiencias en un ambiente relajado, e incluso invitaron a chamanes a brindar apoyo espiritual a quienes lo solicitaban en capacitaciones sobre coberturas de abusos contra los derechos humanos. Turati terminó pidiéndonos a todos que consideremos las muchas "formas no machistas" de lidiar con el estrés, el dolor y la violencia, y que son aconsejables tanto para hombres como para mujeres.
Red global
Ese mismo día en la conferencia, más de un centenar de asistentes llenaron una sesión sobre redes de mujeres. Lo co-moderé junto a Namrata Sharma, la presidenta del Centro de Periodismo de Investigación de Nepal, quien me dijo que durante el evento estaba "impresionada por la pasión y la camaradería entre las participantes". Ella dijo: "Todas las profesionales que asistieron estaban unidas por algo: la conciencia de que, como periodistas mujeres, deben trabajar más duro y justificarse más que sus colegas varones incluso hoy, sin importar cuán calificadas y experimentadas seamos”.
Entre los numerosos planteos y observaciones interesantes que se hicieron durante la sesión nombramos los siguientes:
- discriminación y desigualdad continua y generalizada enraizada en el género;
- falta de mujeres en la gestión de los medios;
- acoso generalizado de mujeres periodistas tanto online como fuera de línea;
- problemas sustanciales de seguridad y protección para las mujeres;
- falta de procesos y políticas dentro de los medios para abordar el abuso sexual, el acoso y la discriminación (como códigos de conducta y su aplicación);
- necesidad de adoptar un enfoque proactivo para la igualdad de género y garantizar que se compartan las mejores prácticas y se establezcan y apliquen estándares altos;
- importancia del lenguaje y garantizar que los así llamados "problemas de las mujeres" se aborden y no se releguen a la categoría de artículos "suaves";
- necesidad de una acción colectiva, a través de asociaciones de mujeres periodistas, sindicatos, etc., para abordar estos problemas;
- necesidad de utilizar y compartir herramientas -como una encuesta de mujeres periodistas que se llevó a cabo en Suiza y que brindó evidencia para abogar por el cambio.
Puede parecer una larga lista de problemas insolubles, pero creo que la mayoría de las mujeres en ambas sesiones, y muchas, muchas otras, están comprometidas a hacer su parte para mejorar sus condiciones de trabajo y las de sus colegas.
También hubo una clara demanda por una red global para compartir información y contactos sobre cuestiones de género, y sobre historias reales cuando sea relevante, así como un lugar donde el trabajo de las mujeres investigadoras pueda ser ampliado y celebrado. Estamos encantados de informar que GIJN está respondiendo a este pedido.
También recordamos a los lectores que GIJN publicó hace poco un recurso para mujeres periodistas (en inglés) que ofrece información sobre redes internacionales y regionales; cuestiones de seguridad, discriminación y acoso; tutoría, subsidios, becas y premios; mujeres expertas y cuestiones específicas de las mujeres que se dedican al periodismo de investigación. La guía está en permanente construcción y GIJN agradece aportes, nuevos temas y otras sugerencias para ampliarla y mejorarla.
Queremos ir más allá y por eso recibimos tus ideas (envíanos un correo electrónico) para mejorar la representación de las mujeres en nuestras conferencias y en el trabajo que hacemos entre eventos.
Esta es una versión resumida de un artículo de la Global Investigative Journalists Network (GIJN), donde puedes leer la historia completa. Se publica en IJNet con permiso.
Anne Koch es la directora de programas de GIJN. Trabajó en BBC News durante casi 20 años, incluyendo la subdirección del Servicio Mundial de Inglés. Hasta 2017 fue directora de Transparencia Internacional.
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