Es el año 2028. En tu casco de realidad virtual (RV), en el que puedes ver las noticias en una vista inmersiva de 360 grados, el presidente de los Estados Unidos se encuentra frente ti. Pero, ¿estás seguro de que realmente es el presidente y no una simulación que recita el guión de algún troll? ¿Puedes confiar en que los periodistas que usan la realidad virtual sean honestos con el público?
Preguntas sobre la ética y la transparencia están creciendo entre periodistas y académicos a medida que más medios experimentan con el poder de la realidad virtual y aumentada. Ambos avances tecnológicos permiten a los usuarios interactuar personalmente con las noticias mediante la creación de escenas virtuales a las que se accede a través de cascos.
En momentos en que la desinformación es un problema grave en la industria de las noticias, el desafío para el periodismo en realidad virtual es evitar que personas y medios deshonestos produzcan imágenes falsas y las transmitan como reales. Mientras tanto, el alto costo de crear periodismo inmersivo es causa de preocupación entre algunos expertos en ética de los medios.
La ética de la realidad virtual
James Pallot, pionero de la narrativa virtual y cofundador, junto a la documentalista Noony de la Peña, del Emblematic Group, se enfrentó a un dilema ético.
En 2017, Emblematic había trabajado con Frontline de PBS para crear una historia sobre el cambio climático en Groenlandia llamada Greenland Melting. Un holograma de Eric Rignot (profesor de ciencia del sistema terrestre en la Universidad de California, Irvine, y científico de la NASA) se utilizó para narrar la historia.
"Para hacer el holograma trajimos a Rignot a nuestro laboratorio en Los Ángeles”, cuenta Pallot. "Pero tuvimos que debatir: ¿tendría que usar ropa normal para la entrevista, ya que vivía en Los Ángeles? ¿O debería vestirse con su equipo de clima frío, para que se vea más ‘realista’ cuando lo veamos de pie sobre el hielo?” Terminaron vistiendo a Rignot con una chaqueta ligera.
"Puede sonar como una pregunta trivial, pero va al meollo del asunto. La realidad virtual tiene un poder increíble para hacerte sentir como si estuvieras realmente ‘presente’ en un lugar diferente, y debes tener cuidado de no explotar esa ilusión, para que el espectador sepa qué es real y qué no, y cuál fue el proceso para crear esa ilusión ", agregó Pallot.
En 2016, los profesores de filosofía Michael Madary y Thomas Metzinger publicaron un documento titulado Real Virtuality: A Code of Ethical Conduct, en el que señalaban que la realidad virtual es una "forma poderosa de manipulación mental y conductual" que podría ser engañosa, "especialmente cuando intereses comerciales, políticos, religiosos o gubernamentales están detrás de la creación y el mantenimiento de los mundos virtuales".
La realidad virtual puede ser una herramienta periodística que permite a los consumidores trascender el tiempo y el espacio. The Displaced (Los desplazados), por ejemplo, es un documental en realidad virtual de 2015 producido por The New York Times Magazine. Representa la vida de tres niños pequeños refugiados en Siria, Ucrania y Sudán del Sur y permite a los televidentes sentir que están presentes con los niños. Otro caso es On the Brink of Famine (Al borde del hambre), un documental de 2016 de PBS Frontline y The Brown Institute for Media Innovation, sobre una aldea en Sudán del Sur que enfrenta una crisis de alimentos.
Pero Douglas Rushkoff, teórico de los medios y crítico de Silicon Valley, argumenta que esos tipos de documentales no califican para nada como periodismo. "Creo que los medios inmersivos tienen un propósito realmente limitado, sin duda en términos de periodismo y de informar a la gente. Supongo que puedes hacer que las personas sientan ciertas formas al sumergirlos en ciertos tipos de mundos. Pero en la mayoría de esas experiencias estás mirando a personas que no te pueden ver, por lo que en cierto modo exacerban la sensación de poder que las personas privilegiadas pueden sentir sobre las menos privilegiadas”.
Realidad virtual y noticias falsas
Una de las amenazas más preocupantes de la incursión de la realidad virtual en el periodismo es la posibilidad de que organizaciones de noticias falsas y trolls comiencen a producir noticias falsas en realidad virtual.
Tom Kent, presidente de Radio Free Europe/Radio Liberty, un medio de radiodifusión financiado por el gobierno de EE.UU., fue uno de los primeros periodistas que habló sobre los desafíos éticos de las coberturas en realidad virtual. En un post de Medium en 2015, abrió el debate sobre la ética de la realidad virtual y el problema de las noticias falsas, mucho antes de las elecciones presidenciales de 2016.
"En unos pocos años, es muy posible que la realidad virtual empiece a simular eventos noticiosos utilizando imágenes creadas que serán indistinguibles de las personas reales", me dijo recientemente Kent. Por ejemplo, "una recreación virtual de una escena que involucre a Putin o a Obama tal vez tan precisa que no se pueda distinguir si se trata del verdadero Putin o del verdadero Obama, o si fueron virtualmente recreados".
“Quienes hacen periodismo en realidad virtual deben tener un código ético, deben publicar ese código y deben explicar su ética", agregó Kent. Por ejemplo, los espectadores deben saber si la acción en la pieza de RV está escrita o no y si el diálogo fue capturado de la realidad o elaborado con un guión”
La realidad virtual no se puede sostener económicamente
El informe de 2017 del Instituto Reuters VR for News: The New Reality? profundiza en el costo del periodismo en realidad virtual. Las producciones siguen siendo caras, lo que resulta en una falta de contenido de calidad, y a su vez afecta negativamente el potencial de ingresos publicitarios.
Rushkoff considera que la realidad virtual no es más que publicidad, y dice que no puede ser parte del periodismo de calidad. "Una vez que el periodismo pasó de ser algo que las personas compraban para estar informadas a algo que pagan los anunciantes para llamar la atención de las personas", dice, "todas las tecnologías implementadas en el periodismo tienen mucho más que ver con ayudar a los anunciantes a difundir su mensaje que con informar a la gente".
La verdadera esperanza para el periodismo en realidad virtual es que las salas de redacción puedan crear experiencias basadas en la realidad y con la misma ética del fotoperiodismo: las fotos no se manipulan, y los fotógrafos solo muestran lo que ven. Para hacerlo, el periodismo en realidad virtual debe ser financieramente independiente. Si debe confiar únicamente en el patrocinio de grandes compañías para sobrevivir, Rushkoff probará que tiene razón.
Este artículo fue publicado originalmente en MediaShift y es reproducido en IJNet con permiso.