Cuando Code for South Africa decidió analizar los datos de los presupuestos municipales y los ingresos procedentes de las multas de tránsito, la conclusión fue clara: algunos municipios sudafricanos estaban manipulando abusivamente sus ingresos por multas. Esto indica que estaban utilizando controles de velocidad simplemente para hacer dinero, y no como medida de seguridad vial. La historia resultante –en la que se demuestra que las multas son esenciales para los ingresos de algunos municipios en Sudáfrica– tuvo un impacto importante entre los lectores, quienes suelen tener una relación antagónica con la policía de tránsito.
Hay una cuenta de Twitter con un nombre sin ambigüedades: @PigSpotter [localizador de cerdos], que tiene más de 410.000 seguidores que contribuyen con avidez al propósito de la cuenta: “Ayudémonos a denunciar los lugares en que la policía nos pone trampas y obstáculos a diario”.
Algunos tweets muestran de qué modo existen automovilistas que se burlan de quienes deben mantener la seguridad en las carreteras:
Porcine feast on the M2 East between Denver and Cleveland. Expect delays.
— PigSpotter Cliff (@PigSpotter) January 24, 2016
Notorious P.I.G speed trapping on Witkoppen between Paulshof and Main rd. Reminder that it's 60 km/h
— PigSpotter Cliff (@PigSpotter) January 22, 2016
En contraste con ese lenguaje colorido, los informes financieros municipales son bastante tediosos. Adi Eyal, de Code for South Africa, se refirió a su método para encontrar historias detrás de los datos de tránsito, a partir del cual descubrió cómo las multas sirven para engrosar las arcas de ciertos municipios: “básicamente estaba siendo un nerd de los datos. Busqué los datos más aburridos que pude encontrar, y luego fui por una historia interesante dentro de ellos”.
Eyal encontró una historia simple, pero con múltiples ramificaciones. El punto principal era que algunos municipios de Sudáfrica estaban utilizando multas de manera desproporcionada para aumentar sus ingresos. Observando los datos de fines de 2014, Eyal estableció que el ingreso per cápita nacional por multas es de R65.20 [rands sudafricanos] (US$4,13). Concentrándose en las principales rutas nacionales, como la N1 de Johannesburgo a Ciudad del Cabo, Eyal descubrió municipios que ganan hasta 40 veces el promedio per cápita nacional por multas de tráfico. El municipio de Ubuntu, por ejemplo, gana R2.821.01 per cápita al año (US$178), 44 veces más que la media nacional.
A continuación, el desafío fue ayudar a los medios asociados con Code for South Africa a encontrar el ángulo editorial adecuado. Code for Africa incorporó al becario ICFJ Knight Ray Joseph a Code for South Africa, cuya tarea es ayudar a convertir visualizaciones de datos en buenas historias. A menudo, Joseph lamenta que las redacciones no vean el potencial del uso de las herramientas de datos para descubrir historias. Así que se aseguró de que esto no ocurriera a través de atractivas visualizaciones de datos sobre las multas de tráfico, y trabajó en estrecha colaboración con los medios elegidos.
TimesLive, el medio con el que Code for South Africa se asoció para crear contenido a partir de datos, puso el énfasis en los aspectos demográficos: "El pequeño municipio de Ubuntu tiene una población de solo 18.601 personas de acuerdo al censo de 2011. El año pasado, el 49% de sus ingresos vinieron de multas por velocidad: los R18,5 millones (US$ 1.170.495) que la municipalidad recaudó por servicios y los R2,5 millones (US$158.175) que recaudó por impuestos a la propiedad no se comparan con los R52 millones (US$3.290.040) que embolsó por multas de tránsito. Nada mal para un área municipal en la que, de acuerdo al último censo, solo uno de cada cuatro residentes tiene automóvil”.
El título de la historia fue: "Ubuntu: Where it is all fine, fine, fine." [“Ubuntu: donde todo está bien, bien, bien". Se trata de un juego de palabras: en inglés “multa” y “bien” se designan con la palabra “fine”].
Otras historias también portaron títulos punzantes, como "Conduzca despacio: municipalidad en quiebra”, y el elegido por Code for South Africa: "¿Las multas son asaltos de carretera?"
El tiempo de publicación de las historias fue el apropiado, ya que coincidió con el peregrinaje de los sudafricanos a destinos vacacionales. Los artículos estuvieron acompañados por visualizaciones de datos que mostraron los puntos en los que se expiden más multas en las grandes rutas nacionales.
Hasta ahora, sin embargo, todo lo que tenemos es un periodismo que se hace eco de un estereotipo social específico: la creencia, compartida por muchos, de que los controles de velocidad tienen más que ver con la avaricia que con la seguridad vial. Lo que Code for South Africa demostró, como sostiene Eyal, es que "hay algo mal en el sistema”.
"Algunos municipios consideran la ruta N1 como un recurso que pueden ordeñar, y el tema no es tanto que multen gente, sino que un municipio como el de Ubuntu esté prácticamente en bancarrota: el 49% de sus ingresos provienen de multas de tránsito. Eso es más que las tarifas de electricidad, agua, recolección de basura y sistema cloacal acumuladas. Es la mayor fuente de ingresos del municipio”.
La historia que está esperando a salir de entre los datos implica que, si las multas de tránsito son una importante fuente de ingresos del municipio, entonces no hay incentivo alguno para evitar el exceso de velocidad, lo que reduciría los accidentes”.
Acaban de publicarse los datos del año 2015, y ahora la pregunta que habrá que hacerse es cuánto presupuesto será destinado a los controles de tránsito, y qué nos dirá esto sobre los presupuestos generales, el estado de las finanzas de los municipios y las implicaciones para la seguridad vial del país.
Imagen con licencia Creative Commons en Flickr, vía Andreas Levers.