Nacida en Azad Cachemira, parte de una región en disputa administrada por Pakistán donde las mujeres carecen de derechos fundamentales, Faiza Gillani decidió desde joven que quería elevar voces subrepresentadas a través del periodismo.
"El comienzo de mi carrera como periodista en Azad Cachemira estuvo impulsado por un profundo deseo de hacer escuchar las voces y los problemas de las mujeres cachemires", cuenta.
Gillani comenzó su carrera en 2014 en un medio de comunicación local, Capital News, donde sus colegas cuestionaron su decisión de dedicarse al periodismo en un campo dominado por los hombres. A pesar de ese escepticismo persistió, incluso tras recibir ataques y amenazas por su trabajo.
"Esta experiencia personal me hizo plenamente consciente de la disparidad de oportunidades educativas y profesionales de las mujeres de Cachemira, y me inspiró a defender la igualdad de género y utilizar mi plataforma para arrojar luz sobre los problemas que afectan a las mujeres de la región", dice.
Gillani atribuye a su padre el mérito de haberla motivado a seguir su pasión por el periodismo. "El apoyo de mi padre me inspiró a dedicarme a esta profesión. Su creencia en el poder transformador de la educación me impulsó a desafiar las normas sociales y a trabajar por una sociedad más equitativa y justa para las mujeres de Cachemira".
Desde entonces, Gillani se ha convertido en una de las primeras mujeres de Azad Cachemira que trabajan para medios de internacionales. Hoy es corresponsal freelance de DW Urdu.
¿Con qué obstáculos te has topado en tu carrera?
He pasado por desafíos importantes, sobre todo por ser mujer y periodista. Al principio, nadie estaba dispuesto a reconocerme como profesional. Después de un reportaje sobre el acoso a alumnas en la Universidad de Azad Jammu y Cachemira, recibí muchas amenazas y presiones de las autoridades, que me instaron a dejar mi trabajo.
Colegas masculinos y la sociedad en general cuestionaron mi lugar en el periodismo, sugiriendo que, por ser mujer y la única en esta profesión, estaba fuera de lugar. A pesar de estos obstáculos, seguí comprometida con la profesión.
Hace poco, el 24 de mayo, tras asistir a una ceremonia de entrega de premios organizada por el NCSW y UNICEF en Islamabad, un [Toyota] Hiace no matriculado chocó contra mi vehículo en la ciudad de Murree, cuando regresaba a Muzaffarabad. Ese choque me causó heridas en la frente, el cuello y la cara, que requirieron cirugía facial y reposo. Presenté una denuncia a la comisaría de Murree para que investigara el incidente, pero no la aceptaron.
A principios de ese mismo mes, el 11 de mayo, unos desconocidos se presentaron en mi casa y nos amenazaron a mí y a mi familia. Me advirtieron que no denunciara esas amenazas a la policía.
¿De cuál de tus coberturas estás más orgullosa?
Una de mis coberturas más importantes fue un video sobre los templos hindúes de Muzaffarabad. Antes de la partición, la Cachemira pakistaní era de mayoría hindú y aún existen numerosos sitios religiosos de esa época. Sin embargo, estos lugares estaban siendo usurpados por personas con influencia política.
Mi video llamó la atención sobre el problema, lo que llevó al Departamento de Turismo y Arqueología a tomar medidas y detener las apropiaciones. Ahora están trabajando para preservar estos importantes lugares hindúes. Esta historia tiene un significado especial para mí porque condujo a una acción concreta y a la protección del patrimonio cultural.
¿De qué manera te ha ayudado IJNet?
IJNet ha sido fundamental en mi carrera al darme acceso a recursos, oportunidades y programas de formación valiosos. La plataforma me ha ayudado a mantenerme al día en las últimas tendencias y técnicas periodísticas, mejorando mi trabajo y ampliando mi red profesional.
Como participante de las actividades de Empowering the Truth del ICFJ, aprendí claves para contrarrestar desinformación y verificar hechos. Estas formaciones han reforzado significativamente mi capacidad para producir historias impactantes y afrontar los desafíos del periodismo en una región compleja como Azad Cachemira.
¿Qué proyectos tienes a futuro?
Dentro y fuera de Azad Cachemira, espero que mi trabajo amplifique las voces de comunidades marginalizadas, especialmente en temas como la violencia de género, el cambio climático y los derechos de las minorías. Con estas coberturas espero concienciar, fomentar el diálogo y promover un cambio positivo.
Mis objetivos futuros son producir reportajes que conduzcan a mejoras sociales tangibles, ampliar mi alcance a una audiencia internacional más amplia y orientar a los aspirantes a periodistas, especialmente a las mujeres, para que puedan dedicarse a lo que les apasiona y superar los desafíos de este campo.
Además, como ganadora del Premio IVLP Impact, pondré en marcha una formación de tres meses en Azad Cachemira apoyar y formar a los aspirantes a periodistas de la región, ofreciéndoles las habilidades y oportunidades necesarias para sobresalir en sus carreras.
¿Qué consejos darías a jóvenes periodistas?
Mi consejo para los jóvenes periodistas, especialmente para las mujeres que viven en entornos difíciles, es que mantengan la determinación, no pierdan nunca la esperanza y trabajen mucho. Manténganse al día de las nuevas herramientas y técnicas, respeten las normas éticas y respétense a sí mismos. En su trabajo defiendan a las comunidades marginadas, independientemente de su raza, religión, color o sexo.
El éxito en esta carrera es fruto de la dedicación y la adhesión a sus principios básicos.
Fotos cortesía de Faiza Gillani.