Se suele elogiar a los periodistas por su capacidad para formular preguntas agudas y descubrir historias. Pero tras más de dos décadas como periodista de la BBC, me di cuenta de que la clave de un buen reportaje no es solo lo que se pregunta, sino también cómo se escucha.
La escucha profunda, como he explorado a lo largo de mi carrera, es un enfoque transformador que puede ayudar a los periodistas a ir más allá de las entrevistas transaccionales para comprender, conectar y representar realmente a sus fuentes.
¿Qué es la escucha profunda?
En periodismo, la escucha profunda supone ir más allá de escuchar palabras o extraer citas. Se trata de estar plenamente presente, dejar de lado (temporalmente) la propia agenda y escuchar con auténtica curiosidad y empatía. A diferencia del modo tradicional, a menudo transaccional, en el que los periodistas escuchan solo lo suficiente para obtener la información que necesitan, la escucha profunda reconoce la humanidad del interlocutor y crea la seguridad psicológica necesaria para que comparta lo que tiene para decir de forma más abierta y auténtica.
¿Por qué importa?
- La forma en la que escuchamos da forma a las historias: La autenticidad y profundidad de lo que comparten nuestras fuentes depende directamente de nuestra presencia, respeto (por la persona, no necesariamente por sus opiniones), curiosidad y empatía. Cuando las personas se sienten escuchadas, es más probable que revelen puntos de vista más complejos y no solo frases hechas.
- Genera confianza: Practicar la escucha profunda ayuda a establecer una buena relación y a generar confianza, sobre todo con quienes desconfían de los periodistas o han sido tergiversados en el pasado.
- Revela historias más profundas: La escucha profunda permite a los periodistas acceder a las historias, valores y emociones subyacentes que componen las perspectivas de las personas, algo fundamental para informar sobre temas complejos o polarizantes.
- Reduce la polarización: La investigación demuestra que la escucha profunda puede hacer que la gente sea menos extrema en sus puntos de vista y esté más abierta a entender ambos lados de un argumento.
Pasos prácticos para practicar la escucha profunda
Basándome en la investigación académica, la sabiduría indígena, extensas entrevistas con personas que escuchan en las circunstancias más extremas y las lecciones de mi propio trabajo, presento ocho pasos para incorporar la escucha profunda a tu práctica periodística:
(1) Crear espacio: crea un entorno —físico o virtual— en el que tu fuente se sienta psicológicamente segura e inspirada para compartir.
(2) Lo primero: escucharse a uno mismo: Revisa tus propios prejuicios, suposiciones y distracciones antes de comenzar la conversación. Ser consciente de uno mismo es la base para escuchar bien y con integridad.
(3) Estar presente: Presta toda tu atención. Aparta las distracciones, mantén el contacto visual y muestra que estás realmente presente ante tu fuente.
(4) Tener curiosidad: Aborda cada entrevista con auténtica curiosidad. Deja de lado las ideas preconcebidas y muéstrate abierto a aprender algo nuevo.
(5) Mantener la mirada: Usa señales no verbales —como mantener un contacto visual afectuoso, asentir con la cabeza cuando resulte natural, una postura abierta y un lenguaje corporal atento— para demostrar que estás presente e interesado. Estudios demuestran que las expresiones faciales positivas animan a la gente a compartir más profundamente.
(6) Respetar los silencios: No te apresures a llenar los silencios. El silencio da a los entrevistados espacio para reflexionar y suele dar lugar a respuestas más enriquecedoras. Tus silencios no son algo frío y duro, sino una quietud rica, cálida y espaciosa.
(7) Reflexionar: Resume lo esencial de lo que has oído, incluidas las emociones y los mensajes subyacentes. Chequea lo que has entendido y pide aclaraciones. Este proceso iterativo te ayuda a ti y a tu fuente a cristalizar el significado. Incluso si te equivocas, tu entrevistado puede decir: "no, no quise decir eso, sino esto".
(8) Profundizar: Explora las narrativas, necesidades y valores subyacentes que conforman el punto de vista de tu fuente intentando aclarar lo que tu interlocutor ha compartido, ya sea con palabras o de otra forma. Tus reflexiones lo invitarán a explicar lo que más le importa. Esto es muy distinto a que el intercambio se guíe por lo que más te interesa a ti.
Ejemplos del mundo real
- Entrevistar voces subrepresentadas: Al informar sobre los escépticos del cambio climático, descubrí que la escucha profunda —visitar a la gente varias veces y reflejar sus puntos de vista— ayudaba a descubrir las narrativas más profundas de desconfianza y frustración que daban forma a sus opiniones, en lugar de simplemente descartarlos como "negacionistas". Cuando este productor lechero leyó mi artículo, que colocaba su perspectiva en el contexto de la ciencia climática, siguió sintiéndose escuchado.
- Entrevistas difíciles: En una entrevista con el Presidente de Etiopía, Meles Zenawi, mi actitud de confrontación me llevó a ponerme a la defensiva y a poner fin a la conversación antes de tiempo. En retrospectiva, si hubiera escuchado con más curiosidad y apertura, podría haber comprendido mejor su visión, sin dejar de pedirle explicaciones.
El desafío, y la oportunidad
Escuchar en profundidad no es fácil. Los periodistas lidian con deadlines, presiones editoriales y la necesidad de conseguir la cita perfecta. Pero cuando dejamos de lado nuestra agenda, aunque sea por un momento, creamos espacio para historias más auténticas, balanceadas e impactantes. Esto es especialmente importante cuando cubrimos comunidades polarizadas o marginadas, donde la confianza es frágil y las historias a menudo se simplifican o malinterpretan.
Consideraciones éticas
Cuando se practica la escucha profunda, es posible que las fuentes compartan más información de la que pretendían compartir en un principio. Hay que tratar esta información con delicadeza y asegurarse de que la persona entrevistada está de acuerdo con que la publiques. Si la fuente pertenece a un grupo con opiniones fuertes, puede estar en peligro. Asegúrate de que entienden los riesgos de compartir opiniones balanceadas y confirma su consentimiento antes de la publicación.
Claves finales
- La escucha profunda no consiste en evitar preguntas difíciles, sino en abrirse a toda la complejidad de la experiencia del entrevistado.
- Requiere práctica y autoconciencia, pero la recompensa es grande: historias más ricas y reportajes más sólidos, empáticos y eficaces.
El libro de Emily Kasriel, "Deep Listening: Transform your Relationships with Family, Friends and Foes" (Escucha profunda: transforma tus relaciones con la familia, los amigos y los enemigos), fue publicado por HarperCollins este año. Incluye importantes orientaciones para periodistas. Para más información sobre la escucha profunda en el periodismo, visita EmilyKasriel.com.
Foto de Tima Miroshnichenko vía Pexels.