El periodismo digital “todavía no ha alcanzado su madurez profesional” porque la tendencia que prima es que los periodistas trabajen en condiciones laborales "mermadas”, al punto de que por cada 10 reporteros en un medio tradicional su versión online suele tener a una persona, dijo el profesor de ciberperiodismo y director del Departamento de Proyectos Periodísticos de la Universidad de Navarra, Ramón Salaverría.
Tal vez por esa razón hasta ahora los medios sólo han ofrecido en Internet textos “cortos” y sin profundidad. “No es que en Internet la gente sólo lea textos cortos (…). La clave no es si corto o largo sino si bueno o malo”, opinó Salaverría durante la entrevista que mantuvo con IJNet en la que reflexionó sobre los desafíos del periodismo digital.
Esta es la primera parte de la entrevista.
- IJNet: Usted tiene una visión optimista sobre el futuro del periodismo a diferencia de muchos. ¿Es esta una etapa de transición para los medios?
- Ramón Salaverría: Es evidente que hay incógnitas. Pero hay algunas razones que me llevan a pensar que el periodismo tiene un brillante futuro.
En una sociedad como la actual que no es industrial ni post industrial, sino que lleva el apellido de sociedad de la información, es justificado pensar que los profesionales de la información tendrán cabida en esta sociedad.
- IJNet: ¿Cuáles cree usted que son los mayores desafíos que tienen los medios que planeen subsistir en el futuro y ser rentables económicamente?
- RS: Desafíos hay muchos. Empezando con el desafío tecnológico, de cambiar de tecnología. También el empresarial: la arquitectura interna de las empresas periodísticas, donde hay estructuras que se están reformulando. Los procesos de integración de redacciones, de coordinación entre las distintas unidades de prensa atienden a este desafío.
En tercer lugar el perfil de los periodistas, porque no se puede seguir haciendo el mismo periodismo del siglo XX. Y finalmente el producto. No tendría sentido que si se modifican todos los elementos anteriores no hubiera una redefinición de lo que entendemos por periodismo. Las redes sociales o también el “data-journalism”, el periodismo basado en datos, nos están apuntando a que la forma de concebir el periodismo en este siglo XXI guarda referentes del siglo XX pero tiene notas distintivas específicas.
- IJNet: Usted sostiene que Internet también es una plataforma apropiada para el análisis y los textos largos si son de calidad, en contraposición de la idea extendida de que en Internet se encuentra la noticia “pura y dura” y que en el papel debe ir la profundidad. ¿Por qué cree que se extendió este último modelo?
- RS: El ciber periodismo todavía no ha alcanzado su madurez profesional. Hay que ver la sociología de las redacciones, si se compara el perfil de los periodistas que trabajan en los medios impresos muy particularmente -pero también en radio y televisión- con los que trabajan en los medios digitales, veremos que todavía hoy los medios digitales contratan perfiles jóvenes, con condiciones laborales más mermadas que las que pueden tener sus colegas en otras plataformas y con unos presupuestos y capacidad de acción más limitada.
Durante la primera década de este siglo confirmé en muchos lugares que se producía un fenómeno curioso: por cada 10 periodistas de un medio impreso, en su correspondiente edición digital había una persona. Siempre una relación de 10 a una.
Con ese número reducido difícilmente se pueda hacer nada más que mantener actualizado un sitio web. Sin embargo, ahora que se está pasando hacia un modelo de coordinación de plataformas y donde los periodistas que antes trabajaban únicamente para el medio tradicional, tienen que empezar a asumir responsabilidades en la edición digital, es ahí cuando se genera un equipo suficiente como para nutrir al medio digital.
Esto me lleva a confirmarme en mi tesis. No es que en Internet la gente sólo lea textos cortos. Otra cosa es que hasta ahora los medios solo les hayan proporcionado textos cortos.
Me parece que como en cualquier otro lugar la clave no es si corto o largo sino si bueno o malo. Si uno pone un texto corto y malo, por corto que sea probablemente no lo van a leer. En cambio si el texto es muy bueno, por largo que sea, seguro va a haber muchos lectores dispuestos a leerlo, incluso en la edición digital.